INVESTIGACIÓN

El joven desaparecido al que se tragó la montaña de Montserrat

La madre de Julián Beltrán llega a Barcelona para averiguar lo que ocurrió con su hijo, de 22 años, del que no hay rastro desde el 6 de enero

Estuvo en una fiesta ilegal en un chalet de El Bruc. Sus compañeros aseguran que se fue andando después de decirles que la montaña le "llamaba"

Una chica declara que varios testigos le dijeron: "Tu amigo ha hecho un viaje astral, ya está muerto"

Alerta sobre la desaparición de Julián Beltrán, a la izquierda, y el lugar en el que se le vio por última vez, a la derecha.

Alerta sobre la desaparición de Julián Beltrán, a la izquierda, y el lugar en el que se le vio por última vez, a la derecha. / SOS Desaparecidos

Luis Rendueles
Vanesa Lozano
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La montaña sagrada de Montserrat le llamaba. Le decía que él había sido el elegido. Y él se fue tras ella. Así lo han contado a los Mossos d'Esquadra los compañeros de fiesta de Julián Beltrán, un joven de 22 años que desapareció la noche del 6 al 7 de enero a las faldas del parque natural de Montserrat.

"Mi hijo estaba en una fiesta ilegal en una casa de El Bruc", explica a EL PERIÓDICO Lilian Rivera, que ha llegado a Barcelona desde Colombia para tratar de encontrar a Julián. En la fiesta clandestina, celebrada en un chalet de El Bruc, a los pies de Montserrat, hubo drogas y música electrónica. "Algunos de los que estaban allí han contado que la mañana del 7 de enero Julián dijo que quería irse solo y ellos desayunaron y se fueron a dormir", añade la madre.

Esa tarde, la señal del teléfono móvil de Julián se apagó. Su madre, con la que hablaba cada día, no consiguió dar con él y empezó su lucha contra la pandemia y la burocracia. Finalmente consiguió un permiso para llegar a Barcelona a finales del mes pasado. Desde entonces se ha instalado en casa de la familia de la ex novia de su hijo para continuar su búsqueda.

El joven Julián Esteban Beltran en un selfi tomado junto a su madre.

El joven Julián Esteban Beltran en un selfi tomado junto a su madre. / SOS Desaparecidos

Senderos con gente

Agentes de los mossos, bomberos y unidades caninas rastrearon los caminos que van desde El Bruc hacia el parque natural de Montserrat, también otras zonas más frondosas y de difícil acceso. La madre de Julián lo ha hecho estos días con la foto de su hijo. Los senderos están bien señalizados y por ellos pasa mucha gente, en bici o caminando. Nadie vio a Julián. "Es muy difícil perderse allí, es muy difícil tener un accidente. Pasa mucha gente. Si te vendan los ojos y te dejan allí, es sencillo regresar", insiste Lilian Rivera.

Nueve personas se quedaron en la casa de la fiesta ilegal cuando, según su versión, Julián se fue andando, solo, hacia la montaña de Montserrat. "No eran sus amigos de siempre, fue a la fiesta con una persona que ya no estaba en la casa cuando sucedió todo", explica la madre. Pese al frío y la helada de aquella mañana, el joven dejó su chaqueta en el chalet alquilado.

"Ya no está en la Tierra"

El testimonio de una chica que conoció a Julián puede dar un giro al caso. La joven asegura que estuvo en una fiesta en otra casa de Barcelona el 8 de enero, un día después de la desaparición del chico. "Empezaron a hablar de mi hijo y le dijeron que el alma de Julián ya no está en esta Tierra, que no pregunte más", explica la madre del desaparecido.

La joven ha aportado a los investigadores los nombres de esas personas y asegura que ha sufrido amenazas. "El que busca, encuentra y en la calle hay muros. Tu amigo ha hecho un viaje astral, ya está muerto", le dijeron. La madre de Julián sospecha que "quizás de pronto fueron todos juntos a la montaña para hacer algún rito, alguna ceremonia, quizás con drogas, y se les fue de las manos. Solo los que estaban allí saben realmente qué pasó".

Julián Beltrán había llegado a Barcelona en febrero de 2018. Quería ser "barbero" en la ciudad, montar su propio negocio y ganar dinero suficiente para comprarle una casa a su madre en Bogotá, la ciudad de la familia. Vivía en un piso con varios compañeros y había tenido una pareja de la que se había separado meses atrás. "Yo no creo que la montaña se lo tragara", insiste su madre, "quizás lo llevaron en coche y lo dejaron allí. Necesito saber qué ocurrió".

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