Tenía antecedentes

Prisión para una mujer que sedaba a hombres que conocía en aplicaciones de citas

Los Mossos de Esquadra la detuvieron el pasado 28 de diciembre como autora de dos robos con violencia

La policía detuvo a la presunta ladrona el pasado día 28 de diciembre.

La policía detuvo a la presunta ladrona el pasado día 28 de diciembre. / Marina Lopez (ACN)

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Las aplicaciones de citas, y las redes sociales, se han convertido en un mecanismo útil para encontrar pareja –o sexo– pero también en un filón para los estafadores. Acostumbran a ser hombres quienes estafan a las mujeres. Pero tampoco es tan insólito que los roles se intercambien. Este domingo los Mossos d'Esquadra han informado de la detención de una mujer de nacionalidad argentina y 52 años de edad que drogaba a sus citas para desplumarlas. Hubo un caso muy parecido hace un año también en Barcelona, el de una mujer de nacionalidad panameña de menos de 30 años que actuaba de la misma manera. Hay más ejemplos de estafadoras que buscan víctimas a través de plataformas de contactos como Tinder o Badoo. Tal vez ninguno tan violento o cruel como el que encarna una venezolana de 34 años que desde Zaragoza atraía a hombres a través de mensajes sugerentes y fotografías de perfil seductoras para después, junto a un colaborador, golpearlos y robarles. La Guardia Civil la arrestó hace medio año y sigue encarcelada después de que ella y su compinche se ensañaran con un hombre a quien acabaron matando.

La sospechosa que han arrestado ahora los agentes catalanes no llegaba tan lejos y recurría a la sedación química para lograr sus propósitos. Se trata de una mujer que cuenta con varios antecedentes. Según fuentes policiales, sedaba a sus víctimas introduciendo sustancias relajantes en sus bebidas, dejándolas en un estado de desorientación y aprovechando ese momento para sustraer sus carteras y efectos personales. La investigación se inició a principios de diciembre de 2020 con la denuncia de un hombre. Se había citado con ella a través de una aplicación y habían terminado en un hotel. Allí la mujer le había ofrecido una copa de vino que contenía una substancia que lo durmió. Al recuperar la consciencia, se percató de que habían desaparecido varios enseres personales y ató cabos. Se notaba mareado y acudió a un médico. El análisis de orina reveló la presencia de benzodiacepinas en su organismo. Después avisó a los Mossos.

La policía recogió a los pocos días otra denuncia similar: un segundo hombre que había sido robado de la misma manera y que facilitó una descripción de la sospechosa asombrosamente parecida. A través de las redes sociales, los investigadores dieron con ella y la arrestaron el día de los Santos Inocentes. Ha ingresado provisionalmente en la cárcel.