ABUSOS A MENORES

Ser pederasta es cosa de hombres

Imagen de Interpol sobre las víctimas de la pornografía infantil

Imagen de Interpol sobre las víctimas de la pornografía infantil / INTERPOL

Luis Rendueles / Vanesa Lozano

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99 de cada 100 detenidos por crear, distribuir y consumir pornografía infantil en las redes sociales son hombres, según los datos que maneja la Policía Nacional. El sexo masculino es el principal rasgo común entre los pedófilos y pederastas españoles.

Dos agentes del Grupo 3 de Protección al Menor recuerdan cómo son los acusados a los que han conocido durante los últimos 10 años: "Hemos detenido a médicos, parados, periodistas, fontaneros... Hay hombres de clase alta y de clase baja, los hay jóvenes, adultos y ancianos. También hemos detenido ya a algún menor de edad".  En ese mapa del horror, destacan dos zonas: "Catalunya y Madrid son con diferencia los lugares de más consumo de pornografía infantil de todo el país", subraya el oficial David Reguero.

Grupos del colegio

"En 11 años hemos detenido a dos mujeres", recuerda este policía. Y se trata de un perfil muy diferente al de los hombres. Fueron madres preocupadas porque les había llegado un vídeo de pornografía infantil a través del Whatsapp o cualquier otro canal. Entonces, decidieron compartirlo con grupos de madres o del colegio para alertar de lo que estaba ocurriendo.

Eso le ocurrió a una inmigrante nigeriana que vive en la Comunidad de Madrid. La mujer fue detenida e imputada tras enviar por Whatsapp un vídeo donde se veía la violación de un bebé. Su intención era denunciar lo que estaba ocurriendo, pero en la ley española ese acto se considera también "distribución" de pornografía infantil. Finalmente, después de la investigación policial, que demostró que la mujer no tenía ni una sola imagen más y solo la había enviado a un grupo de madres de un club deportivo, la jueza archivó la denuncia contra la mujer.

Gente "honrada"

Los pederastas y los pedófilos suelen ser personas que no han cometido otros delitos antes. Por eso, cuando los policías del Grupo de Protección al Menor acuden a detener a un implicado en pornografia infantil, saben que cuando llaman a la puerta, "se acabará para siempre la vida de una familia normal. No solo para el hombre, sino también para su pareja, sus hijos...". Lo más habitual es que esos hombres nieguen su implicación y aleguen que alguien les mandó ese material o, en el mejor de los casos, que estaban viendo porno para adultos cuando les llegaron esas imágenes de sexo explícito con menores de edad.

En muchas ocasiones, además, los pederastas reinciden. Los policías recuerdan el caso de un pedófilo de Las Palmas al que han detenido ya tres veces. Lo mismo que otro hombre de Bilbao. Algunas sentencias contra esos depredadores sexuales ya les obligan a someterse a diferentes terapias psicológicas, pero ninguna ha demostrado una clara eficacia.

Hay otro rasgo común entre los hombres detenidos por la policía en los últimos años. Algo que los policías del Grupo de Protección de Menores distinguen cuando entran en una de esas habitaciones. Independientemente de la clase social del sospechoso, los agentes reconocen casi siempre, una falta de higiene y un olor desagradable, algo que les indica que están en el lugar correcto.