Los mineros encaran la última fase del rescate de Julen

La excavación manual de la galería de cuatro metros hasta el pozo donde cayó el niño podría prolongarse 24 horas

Salvamento Julen

Salvamento Julen / periodico

Julia Camacho

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“Con mucha energía y optimismo”. El equipo de salvamento minero empezó ayer la última fase de las labores de rescate de Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo de más de 100 metros de profundidad el pasado día 13. Pertrechados con martillos neumáticos, palas y hachas, ocho mineros deberán abrirse paso a través de las entrañas del Cerro de la Corona, en Totalán (Málaga) para acceder al punto donde se cree que se encuentra atrapado el pequeño: debajo del tapón de tierra hallado a 71 metros de profundidad. Reacios a dar plazos tras los continuos contratiempos, en el dispositivo se limitan a indicar que podrían tardar hasta 24 horas en horadar los cuatro metros de galería horizontal. “Hay que tener paciencia”, es la consigna entre los efectivos y voluntarios desplegados en la montaña, donde la esperanza se alimenta del hecho de que nunca han dejado a un minero atrás. “Y Julen es ya uno de los suyos”, explica un miembro del dispositivo.  

[Sigue aquí las últimas noticias sobre el rescate del niño Julen]

Tras comprobar con el georradar que la ventana del tubo de hierro estaba orientada hacia el pozo donde está el niño, y probar que la cápsula se desplazaba por el túnel sin problemas, la primera pareja de mineros descendió a las 17,33 horas en una jaula ascensor de 1,05 metros de diámetro y 2,5 de altura, pensada para dos personas. El panorama que encontraron abajo no es el más idóneo para trabajar: poca ventilación, escaso oxígeno, sin luz… Por eso, se irán turnando cada 30 y 40 minutos, e irán equipados con herramientas y unos pesados equipos autónomos de respiración que regeneran el aire que consumen.

A medida que avancen, irán asegurando la galería de entre 1 y 1.2 metros de altura con postes de madera. Al tener una leve pendiente ascendente, el material excavado caerá a la parte inferior de la jaula e incluso al tramo final del túnel, donde se ha dejado un tramo libre para que sirva de almacén.

El trabajo de los mineros será el más delicado de todo el proceso de rescate, iniciado hace ya 12 días. Tras comprobar la existencia de un tapón de tierra obstruyendo el pozo donde cayó Julen, ingenieros y expertos en rescate desplazados hasta Totalán intentaron llegar a él mediante un pozo horizontal construido desde la ladera cercana. La inestabilidad del terreno les hizo decantarse por elaborar un túnel paralelo, para lo cual primero hubo que rebajar la cota del monte unos 23 metros. Una vez desmontado el cerro, y con perforadoras llegadas incluso de una obra de la M-40, se abrió un nuevo túnel de 1,5 metros de diámetro y 60 metros de profundidad, una tarea titánica que se demoró hasta 55 horas debido a la dureza de los materiales encontrados en el camino y las irregularidades en las paredes, que dificultaron el encamisado con tubos metálicos para evitar derrumbes.