presunto pederasta

La policía afirma que la "desidia" del colegio Valdeluz dejó a muchas niñas "indefensas"

Una chica contó ya en el 2006 a varios profesores que Andrés Díez abusaba de ella en las clases de piano

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Luis Rendueles / Vanesa Lozano

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Una joven alumna del colegio Valdeluz acudió a su tutora en el 2006 y le contó que el profesor Andrés Díez la tocaba "entre las piernas" cuando le daba clases de piano. La chica, entonces de 16 años, desveló parte de su calvario al orientador del centro y al jefe de estudios.

Casi ocho años después, la investigación abierta tras la denuncia de otras niñas permitió descubrir ese episodio. La profesora explicó a la policía que no contó nada para respetar los deseos de la chica y que se quedó tranquila porque ella le dijo que había hablado con sus padres y ya estaba yendo a un psicólogo. "Creí que no había sucedido con ninguna otra alumna", añadió.

"Una alumna cuyo nombre no recuerdo"

El orientador declaró que "una alumna de tercero o cuarto cuyo nombre no recuerdo me contó que el profesor Díez se acercaba a ella e intentaba acariciarla durante las clases de conservatorio. Ella se sentía muy incómoda y la situación se repetía sistemáticamente". Le recomendó contárselo a sus padres.

La joven, que llegó a ser sorprendida vomitando en el cuarto de baño del colegio, acudió a otras profesoras. A una le explicó que ella y otras chicas tenían "problemas con Andrés". A otra, que había tenido "un problema" con el profesor de piano.

La policía llamó a declarar al jefe de estudios del colegio. Juan José de Cossío afirmó que "tuvo conocimiento de los hechos sufridos por la menor en el 2006" y que se lo contó al director, Eustaquio Iglesias. "Una alumna de segundo fue a mi despacho y me dijo que había sufrido abuso sexual por parte del profesor y que no lo iba a denunciar". Añadió que él tampoco denunció los hechos para respetar la decisión de la chica. 

El director y el jefe de estudios fueron investigados

El jefe de estudios y el director del colegio fueron detenidos y acusados de encubrimiento. Posteriormente, ante el juez, el jefe de estudios matizó sus palabras. La chica había ido a hablar con él, pero solo para pedirle no dar más clases con el profesor Andrés Díez. Se llevaban mal y la cambiaron de clase, contó. La policía, además, le había hecho sentirse un poco intimidado.

Los dos responsables del colegio fueron desimputados por el juez, porque "no consta que tuvieran conocimiento de todos o algunos de los delitos ni que dejaran de cumplir con sus obligaciones de perseguir los mismos".

En la Navidad del 2006, la adolescente explicó lo que estaba sufriendo a su padre, que la llevó a un psicólogo y al CIASI (Centro de Atención a Víctimas de Abusos Sexuales) de la Comunidad de Madrid, donde fue tratada durante un año como víctima de abusos. Sin embargo, y según la declaración del padre, un abogado de ese centro le recomendó que no pusieran denuncia. "Nos dijo: 'el juez va a llamar a tu hija al estrado, el abogado defensor [del profesor] va a ir a destrozarla y a tratar de demostrar que era ella la que se insinuaba', y que podíamos perder el caso", recordó años después el padre ante la policía.

La adolescente cambió de profesor y no denunció los hechos. El profesor Díez siguió dando clases. Y siguió, según la fiscalía y la policía, abusando de otras niñas.

Mientras tanto, lo que ocurría con el profesor fue extendiéndose entre los alumnos. Una de ellas admitió ante el juez: "Desde hace varios años, corre el rumor en el colegio de que varias alumnas habían dejado la academia porque Andrés solía tocarles el culo".

En febrero del 2014, cinco alumnas rompieron el silencio del Valdeluz. La investigación ha descubierto un total de 14 víctimas. Los informes de la Policía son concluyentes: el director del colegio y el jefe de estudios no adoptaron "ninguna medida de protección" hacia la primera joven que contó lo que estaba ocurriendo, tampoco se entrevistaron con el profesor ni con la familia y provocaron una "mayor indefensión" de la víctima.

2.416 euros al mes de alquiler por la academia

También, según la policía, al mantener en su puesto al profesor Díez, "facilitaron que pudiera seguir teniendo relación con menores de edad, incluso a solas". Por todo eso, concluyen que "la desidia" y la "conducta permisiva" de los directivos del colegio pudo provocar que "muchas otras menores de edad estuvieran indefensas ante los aberrantes actos cometidos por Andrés Díez a lo largo de los años".

Los investigadores apuntan una posible explicación a esa "cierta protección" que el colegio otorgó a Díez. El hombre y su esposa pagaban 2.416 euros al mes por el alquiler de las aulas donde daban clases de música.

La fiscalía, que pide 69 años de prisión para el profesor, reclama que el colegio indemnice con 270.000 euros a siete de las víctimas como responsable civil subsidiario por los daños morales que sufrieron.