Antes que amigos, criminales

Prisiones separa a los asesinos de Cuenca y Pioz

Sergio Morate, durante el juicio

Sergio Morate, durante el juicio / periodico

Luis Rendueles

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Son dos de los asesinos más despiadados de los últimos años y convivían en la cárcel de Estremera (Madrid). Sergio Morate, condenado a 48 años de cárcel por el asesinato de su ex novia Marina Okarynska y la amiga de esta Laura del Hoyo en Cuenca, en 2015, compartía módulo de aislamiento en la prisión con Patrick Nogueira, el joven brasileño que mató a su tío, su esposa y sus dos sobrinos en Pioz (Guadalajara) en agosto de 2017.

Fuentes penitenciarias explican que los dos criminales se conocieron en prisión, pero Instituciones Penitenciarias los separó el pasado lunes 26 de febrero. Ese día, Morate fue trasladado a la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Las mismas fuentes señalan que el traslado se realizó después de que se produjera un incidente entre ambos presos peligrosos. Fuentes próximas a Morate, en cambio, desmienten ese episodio y explican que el traslado puede deberse a motivos de seguridad o a un cambio en el régimen penitenciario de Morate. Herrera de la Mancha es una de las pocas cárceles españolas donde existe un programa voluntario de reinserción para los delincuentes sexuales. 

El 6 de agosto de 2015, Morate citó a su exnovia en su casa de la urbanización Ars Natura de Cuenca para devolverle algunas pertenencias. Ella, que tenía miedo porque había sufrido malos tratos, pidió a su amiga Laura que la acompañara. Cuando llegaron, Morate las asesinó estrangúlándolas con una brida de plástico y con sus propias manos. Luego trasladó sus cuerpos a una zona de pozas en el nacimiento del río Huécar a tres kilómetros de la localidad de Palomera y los enterró en cal viva. Junto a los cuerpos dejó una botella de agua de la Virgen de Lourdes con su ADN. Posteriormente huyó a Rumanía, donde se refugió en casa de un viejo compañero al que había conocido en su primera estancia en la cárcel, cuando ingresó por secuestrar, maltratar y difundir fotos desnuda de otra ex novia.

El mejor momento: descuartizamiento

Dos años después de los asesinatos de Morate, el joven brasileño Patrick Nogueira acudía con dos pizzas a la casa de sus tíos en Pioz (Guadalajara). Allí acuchilló a su tía, Janaina Santos y a sus dos sobrinos, Marcos y Carolina, de uno y cuatro años de edad. Luego, limpió la casa mientras esperaba la llegada de su tío, Marcos Campos, al que también acuchilló. Troceó los cuerpos de los dos adultos y metió todos en bolsas de basura que dejó en el chalet antes de irse. En todo ese periodo, estuvo enviando mensajes de whatsapp ("ahora llega el mejor momento: descuartizamiento") a un amigo brasileño que le animaba a continuar con los asesinatos. Incluso se hizo selfies posando con los restos de sus familiares.

Tras los asesinatos, Patrick tomó un avión hacia Brasil. Un mes después, el mal olor procedente de la vivienda alertó a una vecina, que avisó a la Guardia Civil. Su familia y su convencimiento de que su vida sería más sencilla en una cárcel española que en una prisión brasileña le hicieron tomar un avión de vuelta a España, donde fue detenido. Los forenses que lo han entrevistado dictaminan que Nogueira, que está en prisión a la espera de ser juzgado y dice no recordar el momento de sus crímenes, tiene rasgos de psicópata y una alta posibilidad de reincidencia. Desde su llegada, vive tranquilo en la prisión de Estremera, donde conoció a Sergio Morate y parecía que se habían hecho amigos. Hasta ahora.