plante de las familias

"O los agresores o nuestros hijos"

Los padres del colegio de Palma de Mallorca donde una niña de 8 años sufrió heridas graves al ser atacada por varios alumnos plantan cara al centro

XISCO UMBERT / PALMA DE MALLORCA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una asamblea improvisada de padres de alumnos en el patio del colegio público Anselm Turmeda de Palma de Mallorca ha terminado con una decisión tajante que ha puesto, acto seguido, sobre la mesa de la directora del centro: no llevarán más a sus hijos a clase si los presuntos autores de la agresión de la niña de 8 años, también alumnos, seguían estando dentro del colegio. La niña sufrió una fisura de costilla, desprendimiento de riñón y diversos hematomas.

¿Por qué no puede venir la niña, que está en casa muerta de miedo, y ellos sí? Con esa pregunta justificaban su postura. Algunos de ellos se adelantaban a primera hora de la mañana y ya no dejaron a sus hijos. "Fue ver a esos niños en el colegio y querer salir despavoridos". Así contaba una madre por qué se volvía a casa con su hija del brazo.

La tensión se palpa entre algunos progenitores reacios a que sus hijos convivan con la situación y otros que intentan quitarle hierro al asunto. En el foco del tema está la niña. Sus hermanas mayores intentan no tomar partido entre el resto de padres, pero insisten en que se tienen que depurar responsabilidades.

CRÍTICAS DE LAS HERMANAS

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Polic\u00eda vigilante fuera y dentro del recinto","text":null}}

Lo ocurrido no ha sido por un juego de niños. Es una agresión en toda regla. Si son niños para no tenerse que enfrentar a la justicia, no han sido tan niños para hacer el daño que han hecho". Así de contundente se muestra una de las hermanas de la niña agredida, que no termina de aceptar que los menores de 14 años son inimputables. Y rechazan de plano que algunas voces, algunas incluso políticas como la del propio ministro del Interior, hayan osado confirmar que esto ha sido un hecho puntual. “Si fuera un hijo suyo no lo diría. Es un acoso escolar puro y duro y no viene de ahora”, sentencia Yessica, la hermana.

Asegura, además, que se cansaron de comunicarlo al centro y que les hicieron caso omiso. Recalca que su madre acudió a hablar con la directora exactamente tres días antes de los hechos para decirle que un grupito de niños “se la tenían jurada a su hija“ y todo porque “es una niña que se viste como un niño y le gusta jugar a la pelota”, añade.

No solo desde la familia sino también desde la plataforma que se ha creado en su apoyo se pide el cese del personal directivo del colegio. La ley exige -argumentan- que un profesor por cada determinado número de alumnos tiene que estar vigilando en los tiempos de patio para garantizar la seguridad y protección de los escolares. “Eso no se cumplió. A mí me dijo la directora que había una profesora y que se tuvo que ausentar porque otro niño se había escapado de una fila".

Esta es, según Yessica, la única justificación que les da el centro. No se la creen. Desde la Conselleria d'Educació, más mutismo aún: no anunciarán ninguna medida hasta que haya concluido la investigación. La policía ya ha terminado sus pesquisas. Ha mandado el expediente con los interrogatorios que ha efectuado a la Fiscalía de Menores. Ahí recae ahora el peso de atribuir responsabilidades. Complicada papeleta para un caso que ha levantado tanto debate como alarma social.