Zulma Cucunubá

Contra la pandemia desde Londres y Bogotá

Cuando apareció el covid, Zulma Cucunubá llevaba años simulando al ordenador la difusión de infecciones. En el Imperial College de Londres (ICL), desarrollaba modelos computacionales de chagas, zika, chicunguya y malaria.

“En enero [de 2020] tuvimos que pararlo todo para dedicarnos a la pandemia”, relata.

Cucunubá se integró a un equipo de una cincuentena de investigadores del ICL dedicados en exclusiva al covid.

También  fue coautora del informe que tumbó la estrategia inicial de Boris Johnson contra la infección: dejar que arreciara para alcanzar la inmunidad de grupo. Ese y otros estudios demostraron que esa actuación habría costado muchísimas muertes.

“Fue muy difícil. Teníamos que correr nuestro modelo de virus respiratorios muy rápidamente. Lo logramos usando poquísimos datos, recogidos en China”, recuerda Cucunubá.

A la vez que se propagaba la pandemia, también lo hacían los bulos.

“Empecé a desmentir los bulos que me enviaban mis amigos. Uno de ellos me dijo: ¿por qué no haces un hilo de twitter donde lo explicas todo?”, recuerda la investigadora.

Ese hilo del 20 de enero de 2020 corrió como la pólvora en el mundo hispanohablante, hambriento de fuentes fiables.

“Al poco tuve que apagar las notificaciones del móvil. Desde entonces, comunicar sobre la pandemia se ha vuelto una responsabilidad adicional”, explica Cucunubá.

Hace más de una década, la investigadora aprendió de primera mano cuán importante es la comunicación en una epidemia.

En 2009, se da un brote de Chagas en un aeropuerto cerca de un pueblo de Colombia.

Zulma Cucunubá y su equipo identifican a tres trabajadores del aeropuerto como afectados. Se investiga el aeropuerto, se analizan todos los trabajadores y no se encuentra a nadie más infectado.

Mientras tanto, los vecinos se manifiestan contra el aeropuerto como fuente de la enfermedad.

Con un trabajo detectivesco de exploración de los contactos, Zulma y su equipo acaban centrando su atención en el cercano pueblo cercano al aeropuerto, donde estaba la familia de uno de los afectados.

Allí descubren que hay una treintena de personas infectadas, que todas ellas habían asistido a una reunión familiar. Los vecinos cambian de opinión, y ahora estigmatizan a esa familia.

Nacida en Socotá, Cucunubá estudió medicina. Cuando estudió el impacto de las epidemias de viruela del siglo XIX en Colombia, vio que era tan grave como el de las guerras.

“Eso me llevó a entender la relación entre epidemias y cambios sociales”, recuerda.

En 2005, se integró en la Red Chagas Colombia. Eso le llevaría a recorrer Colombia, Brasil, el Caribe y las Amazonas.

En 2013, emprendió un doctorado en modelos de epidemias en el ICL. “

Pasé de la investigación de campo a usar las matemáticas y los ordenadores”, explica.

Ya como investigadora posdoctoral, estudió el impacto de 10 vacunas en los países de renta mediana y baja. También investigó la reemergencia del sarampión en varios países Latinoamericanos a raíz de la diáspora venezolana.

"Justo antes de empezar la pandemia, Zulma se encontraba estudiando los virus peligrosos almacenados en el Darién, una zona de selva en límites entre Panamá y Colombia donde hay movimiento y migraciones de personas de muchos países.

Desde el inicio de la pandemia, decenas de países se han dirigido al ICL para pedir consejo. Cucunubá se ha ocupado de asesorar a muchos de los latinamericanos, con simulaciones hechas a medida.

En marzo de 2020, al ver acercarse el confinamiento, la epidemióloga se trasladó a Bogotá. Desde enero de 2021, compagina su trabajo al ICL con una plaza en la Pontificia Universidad Javeriana.

“Sospechaba que América Latina estaría entre las regiones más afectadas, por sus desigualdades y la escasa inversión en ciencia. Siento que no se pudo hacer mucho para prevenirlo. Fomentar la investigación en la región es un compromiso para mi”, explica.

En Bogotá, Cucunubá está trabajando en modelos específicos para ciudades y en incorporar el efecto de las variantes del coronavirus.

“Si quedan sitios de bajo acceso [a la inmunización], pueden ser focos que propaguen mutaciones más transmisibles, o incluso un escape inmunológico”, afirma, en referencia a posibles variantes resistentes a las vacunas.

La desigualdad global no ayuda.

“Hay países que vacunan a gente joven [mientras en otros aún no están inmunizados los mayores]. Yo recibí el mensaje de que podría vacunarme en el Reino Unido. En Colombia, aún me toca esperar”, dijo la investigadora hace unas semanas a EL PERIÓDICO.

El 15 de Junio de 2021, Zulma Cucunubá participó en una conversación con EL PERIÓDICO en la que analizó cómo combatir la pandemia a nivel global y cargó contra el "nacionalismo de las vacunas". El que sigue es el vídeo de la intervención...