VIH

un virus corriente

Actualmente, la infección por el virus VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humano) es una enfermedad crónica. Como tal, su tratamiento y control regular permite a los portadores del virus, seropositivos, llevar una vida normal sin ningún riesgo de contagiarlo y sin desarrollar la enfermedad, el SIDA.

Aun así, sigue habiendo un miedo social infundado y mucha confusión. Por eso, cada vez que un personaje famoso declara que tiene el VIH contribuye a su normalización.

Charlie Sheen

El actor norteamericano lo reconoció en 2015 para ayudar a otros portadores del virus a normalizar su enfermedad.

“Estoy aquí para admitir que tengo VIH”

Conchita Wurst

La austríaca ganadora de Eurovision 2014 anunció en 2018 que era seropositiva.

“Es irrelevante para la opinión pública, pero un examigo me amenaza con hacer pública esta información privada y yo no le daré a nadie el derecho de causarme miedo e intentar de esta manera tener influencia en mi vida”

Gareth Thomas

La leyenda del rugby galés prefirió contarlo, en 2020, a que se filtrara.

“He sido amenazado por personas que decían que harían público mi secreto. Es enfermizo, he pasado por un infierno”

Magic Johnson

Al principio de los años 90, la estrella de la NBA conmocionó al mundo confesando que era seropositivo. Se enteró en un chequeo médico rutinario.

“No estoy enfadado con nadie. De verdad, no lo estoy. Si acaso estoy decepcionado. Porque tuve que abandonar el deporte por la mentalidad de la gente”

Magic Johnson abandonó su carrera deportiva y anunció que iba a dedicar su vida a luchar contra esa infección.

Los primeros casos de sida se habían detectado en 1981 en Nueva York y California. Ese mismo año se detectó el primer caso en España, en el hospital Vall d’Hebron.

La evolución de la enfermedad y su impacto social se ha reflejado hasta hoy día en el cine.

En la película 'Philadelphia' (1993) un brillante abogado es despedido cuando se hace visible que tiene sida. Decide llevar a juicio al bufete.

Nadie quiere defenderle y el abogado que lo hace, también tiene que luchar contra sus prejuicios.

El estigma de la época es que es una enfermedad de homosexuales de mala vida.

La búsqueda de una cura tuvo que combatir ese prejuicio. La película En el filo de la duda (1993) se centra en los esfuerzos del epidemiólogo Don Francis, personaje real, y su equipo para que se considerara un problema de salud pública.

En los primeros años morían muchas personas jóvenes y los tratamientos eran complejos y tóxicos. Padecían enfermedades como el sarcoma de Kaposi, un tipo raro de cáncer de piel, así como raras infecciones pulmonares. 

Los tratamientos eran costosos y muy tóxicos. Algunos pacientes tomaban hasta 20 pastillas al día.

En la película 'Dallas Buyers Club' (2013), el electricista y cowboy Ron Woodroof (personaje real) recibe un diagnóstico de sida y una esperanza de 30 días de vida.

Ante la inefectividad del tratamiento del momento, la zidovudina o AZT (Retrovir), busca alternativas en México que mejoran su salud. Crea el Club de Compradores de Dallas para la adquisición de medicamentos.

Woodroof demandará a la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU. La presión acabará convenciendo a este organismo y cambiará el paradigma de desarrollo y aprobación de fármacos vigente.

En Europa, las principales innovaciones terapéuticas se producen a partir de 1995. El progreso es el resultado de los más de treinta tratamientos antirretrovirales aprobados.

Hoy día, los tratamientos antirretrovirales disminuyen la carga viral hasta que se hace indetectable. Si es indetectable, no se puede transferir.

Por eso alguien con VIH y carga viral indetectable no contagia otras personas, aunque mantengan relaciones sexuales sin protección. En resumen, lleva una vida normal.

En serie 'Élite' (2018), Marina, adolescente de 16 años y heterosexual, explica a todos sus compañeros que es portadora de VIH.

Marina es rica y a quién más le cuesta aceptar su situación es a su familia.

Estamos lejos de la época en que unos padres podían evitar que sus hijos jugaran con una niña cuyos progenitores habían muerto por sida, como muestra una escena de 'Verano 1993' (2017).

Así, por un lado, tener VIH ya no es sinónimo de desarrollar el sida. Por otro, los avances médicos acercan cada vez más la cura.

En marzo del 2020 un paciente seropositivo no presentaba rastros del virus en el cuerpo tras 30 meses sin tratamiento.

La esperanza es que una vacuna efectiva para prevenir la transmisión del VIH vea pronto la luz.