Sonia Villapol

Desentrañando el misterio del covid persistente

EEn Enero de 2020, Sonia Villapol se encontraba en Miami en un congreso sobre flora intestinal. Esta neurocientífica gallega afincada en Texas es una experta en uno de los fenómenos más fascinantes del cuerpo humano: la relación entre los microbios del intestino y el cerebro

En ese momento, Villapol no sabía que ese conocimiento sería muy valioso para la pandemia que se acercaba. Tres meses después, en marzo de 2020, la investigadora ya estaba dedicada al 100% a aplicar sus investigación al covid. En colaboración con un hospital de Buenos Aires, analizaba muestras de la microbiota de pacientes afectados por el nuevo virus.

"El covid produce neuroinflamación. Ya en marzo de 2020, llegamos a la conclusión de que produciría daños neurológicos"

El covid tiene efectos gastrointestinales que alteran el equilibrio de los microbios. Eso influye en los neurotransmisores que viajan del intestino al cerebro a través del nervio vago. Pero el virus tiene efectos neurológicos aún más directos.

Empieza dañando el nervio olfativo cuando entra en el epitelio respiratorio. Circula por el torrente sanguíneo, provocando trombos e hipoxia.

E incluso puede penetrar la barrera que suele proteger al cerebro: las “espigas” que forman parte del armazón del virus se han detectado en cerebros de pacientes fallecidos por covid.

En la primavera de 2020, una joven sanitaria de un pueblo de la Costa Brava, en Catalunya, se infecta de covid. La llegan a hospitalizar por neumonía. Tiene niebla cerebral y pérdida de gusto y olfato.

Al salir del hospital vuelve a trabajar, pero al cabo de una semana no se puede levantar de la cama. Tiene temblores en los brazos y piernas que no le dejan caminar sin ayuda de un andador. La ingresan durante meses, incluido el verano de 2020.

La enfermera lee un artículo de Sonia Villapol en prensa en el que habla de la afectación del covid en el cerebro y la contacta en octubre de 2020. Empieza a enviarle vídeos de sus síntomas y chatean por Instagram. Es una entre los muchos que la contactan.

Sonia busca artículos científicos de casos clínicos similares y se los envía por 'e-mail' para que ella consulte con su neurólogo. En marzo de 2021 la sanitaria informa a Sonia de que la causa de los temblores fue que el virus entró en el líquido cefalo-raquídeo.

Aunque no hay un solo día en que no tenga una molestia, la enfermera se ha recuperado y ha vuelto a trabajar de enfermera.

“Cuando se consiga la inmunidad con las vacunas, va a quedar el covid persistente. Esta será su huella más dañina. No hay muchas terapias. Como la investigación es lenta hay que empezar ya".

Desde entonces, la investigadora ha llevado a cabo un análisis de 18.000 estudios sobre covid persistente, detectando decenas de síntomas. 

“Estaba claro que el covid no era una enfermedad de dos semanas”, comenta Villapol. 

Villapol nació en 1977 años en Bretoña (Lugo). A los 10 años ya era una fan de Severo Ochoa, hasta el punto de visitar su pueblo, y a los 15 acudió a una charla de Margarita Salas que la iluminó. En 2003 se licenció en biología por la Universidad de Santiago de Compostela.

Durante la carrera, trabajó en el hospital en neuroendocrinología. Allí empezó su pasión por unir la investigación del laboratorio con la clínica.

Hasta 2007, cursó un doctorado en neurociencias en la Universitat Autònoma de Barcelona. Desde entonces, su especialidad serían los daños que sufre el cerebro, desde un ictus hasta un golpe en un accidente.

En los tres años sucesivos, llevó a cabo su posdoctorado en el Hospital Robert Debré de París. 

“Cada mañana, para ir al laboratorio, cruzaba el pasillo de los bebés prematuros. Era impactante ver que lo que iba a estudiar con ratones y ratas podía ayudar a la recuperación de los bebés”

En 2010, Villapol dio el salto a Estados Unidos. Antes en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), en Maryland. Luego en la Universidad de Georgetown en Washington, DC. Y finalmente en el centro de neuroregeneración del Methodist Hospital Research Institute, de Houston.

“Una de las razones que me trajeron a Houston es la posibilidad de hacer investigación clínica. Me motiva mucho más ver que la investigación tiene impacto en la gente”, concluye. 

El que sigue es el vídeo de la conversación que Villapol mantuvo con EL PERIÓDICO el 28 de octubre del 2021.