Un reportaje de Juan Fernández

Más allá del drama humano que causó la enfermedad -121.760 fallecidos y casi 14 millones de personas contagiadas- la irrupción del covid en España a principios de 2020 sacó a la luz un sistema sanitario y de control de epidemias manifiestamente deficitario para hacer frente a una pandemia como la que empezamos a vivir hace ahora cuatro años.

De pronto, descubrimos que no había mascarillas para proteger a la población, ni los médicos y enfermeros tenían ‘epis’ para trabajar en los hospitales, ni había protocolos para atender el drama que se estaba viviendo en las residencias, y ni siquiera el Gobierno disponía de herramientas legales para gestionar un país colapsado por una ola de contagios como nunca antes habíamos visto.

En aquellos meses de angustia y aplausos en los balcones al personal sanitario, desde el Gobierno y desde otras administraciones se lanzaron multitud de promesas para mejorar los sistemas de respuesta a la emergencia sanitaria y corregir los errores que a todas luces se habían cometido. El Congreso de los Diputados llegó a aprobar, en julio de ese año, un Dictamen que en el área de salud pública contemplaba 70 medidas muy concretas.

Cuatro años después, el análisis de aquellas promesas arroja un saldo decepcionante. Todos los profesionales de los sectores implicados reconocen que hoy estamos mejor que entonces para hacer frente a una situación similar, pero recuerdan que muchas de las propuestas que entonces se lanzaron apenas han pasado de la mera declaración de intenciones.

Una de las primeras promesas que lanzó el Gobierno tras declarar el estado de alarma el 14 de marzo de 2020, fue la de solicitar una 'evaluación externa' de la gestión que se estaba haciendo de la pandemia para aprender de los errores y corregirlos de cara al futuro.

Finalmente, esa auditoría se encargó en septiembre de 2021 y se presentó el 21 de diciembre de 2023.

✅ Se trataría, pues, de una promesa cumplida. Sin embargo, sus conclusiones destrozan cualquier invitación a la complacencia. La evaluación denuncia que la descoordinación, la falta de material sanitario de primera necesidad y la ausencia de protocolos de actuación que hubo al principio de la pandemia hicieron que España fuera uno de los países con mayor mortalidad por covid de todo el mundo en la primera ola.

Los autores de la auditoría aplauden las actuaciones que se hicieron bien, como:

✅ La campaña de vacunación.

✅ La creación de un "mando único".

✅ La comunicación continua que hubo entre el Gobierno y las comunidades autónomas.

Sin embargo, llaman la atención sobre 72 medidas que siguen sin aplicarse, como:

❌ Elaborar un plan de respuesta ante emergencias sanitarias.

❌ Modificar las leyes que amparan las actuaciones en crisis sanitarias.

❌ Reforzar los recursos humanos de la salud pública.

La economista experta en salud Rosa M. Urbanos, una de las autoras de la auditoría, habla de "ocasión perdida".

Las declaraciones de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, pronosticando en febrero de 2020 que España no iba a tener “más de dos o tres casos de covid” componen uno de los pasajes más lamentables, a nivel de gestión, de la pandemia. El tsunami de contagios que llegó a continuación dejó en evidencia que los sistemas de alerta habían fallado y quedó claro que había que mejorarlos.

El entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa y el director del CCAES, Fernando Simón, en rueda de prensa, el 19 de junio de 2020. Foto: EP

Durante las sucesivas olas, los mecanismos de detección de brotes víricos se consiguieron ensayar y afinar –desde el análisis de aguas fecales al seguimiento de búsquedas en internet-, pero quedó pendiente dotar al país de estructuras más sólidas para anticiparnos a situaciones de este tipo.

La Rambla, vacía en la Diada de Sant Jordi del 23 de abril de 2020 debido a la orden de confinamiento por el covid. Foto: Ferran Nadeu

Esa tarea, si bien está en marcha, sigue pendiente de culminarse:

🔁 En enero de 2024, el Gobierno sacó a consulta pública el real decreto para crear una Red Estatal de Vigilancia de Salud Pública, pero aún está pendiente de aprobarse e implantarse.

🔁 También está en tramitación parlamentaria la Agencia Estatal de Salud Pública, organismo que lleva desde 2011 pendiente de ponerse en funcionamiento y que está llamado a ser la principal herramienta para tomar decisiones útiles en una hipotética futura pandemia.

Dos sanitarios hacen un test de covid a un paciente en un CAP de Barcelona, el 14 de mayo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

Si ese escenario se diera, el Gobierno tendría hoy menos herramientas legales para hacerle frente, después de que el Tribunal Constitucional declarase "inconstitucional" el segundo estado de alarma que proclamó el Gobierno, tras la denuncia que interpuso Vox.

❌ El Dictamen de medidas aprobado por el Congreso en julio de 2020 y la Evaluación externa encargada por el Gobierno coinciden en la necesidad de crear un instrumento legal para gestionar una emergencia sanitaria que pudiera darse en el futuro (que permita, entre otras medidas, poder confinar a la población), pero esa ley no se ha tramitado aún en las Cortes, y ni siquiera se ha discutido de ella.

El entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa y el director del CCAES, Fernando Simón, en rueda de prensa, el 19 de junio de 2020. Foto: EP

El entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa y el director del CCAES, Fernando Simón, en rueda de prensa, el 19 de junio de 2020. Foto: EP

La Rambla, vacía en la Diada de Sant Jordi del 23 de abril de 2020 debido a la orden de confinamiento por el covid. Foto: Ferran Nadeu

La Rambla, vacía en la Diada de Sant Jordi del 23 de abril de 2020 debido a la orden de confinamiento por el covid. Foto: Ferran Nadeu

Dos sanitarios hacen un test de covid a un paciente en un CAP de Barcelona, el 14 de mayo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

Dos sanitarios hacen un test de covid a un paciente en un CAP de Barcelona, el 14 de mayo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

En los meses más duros de la pandemia, desde los balcones se lanzaron aplausos y loas al personal sanitario, que fue quien se echó sobre sus espaldas la gestión de esta tragedia, y desde las tribunas se pronunciaron promesas de mejora de sus condiciones de trabajo, que ya eran muy deficitarias antes de la llegada del coronavirus.

De pronto, descubrimos que España era uno de los países de Europa que menos porcentaje de PIB destinaba a sanidad, y que los médicos y enfermeros españoles se marchaban al extranjero por as pésimas expectativas de proyección profesional que encontraban aquí.

Vecinos confinados del barrio barcelonés del Besòs-Maresme aplauden al personal sanitario por su labor durante la pandemia, el 17 de mayo de 2020. Foto: Jordi Cotrina

Vecinos confinados del barrio barcelonés del Besòs-Maresme aplauden al personal sanitario por su labor durante la pandemia, el 17 de mayo de 2020. Foto: Jordi Cotrina

El Dictamen del Congreso de los Diputados era claro cuando señalaba una serie de recomendaciones para mejorar el sistema sanitario, muchas de las cuales no se han puesto en marcha, o solo se han aplicado tímidamente, como:

❌ "Aumentar los recursos destinados al Sistema Nacional de Salud" (punto 61).

❌ "Establecer modelos retributivos a los profesionales sanitarios que les garanticen un nivel de vida digno" (punto 7).

❌ "Poner en marcha un Plan de recuperación por síndrome de “burnout” de los profesionales sanitarios" (punto 9).

❌Aplicar un "incremento significativo de camas hospitalarias de gestión y titularidad pública” (punto 61).

En opinión de Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, hoy el personal sanitario está peor que hace cuatro años: “Aunque la gestión de la Sanidad es autonómica y la situación varía según la Comunidad, ninguna de aquellas promesas de mejoría se ha cumplido con carácter general. Ese incumplimiento ha extendido entre los profesionales un sentimiento de frustración y abandono. Están mucho más desmotivados que hace cuatro años, y esto es lo más peligroso de cara una hipotética nueva pandemia que pudiera llegar”, avisa este médico jubilado.

A partir de la segunda ola de covid, quedó claro que la Atención Primaria era el principal dique de contención contra la propagación de la enfermedad. A pesar de esto, los centros de salud continuaron arrastrando alarmantes déficits que no se han resuelto.

Una enfermera de un CAP de Asturias prepara una vacuna contra el covid. Foto: J. Peteiro / EP

❌ No se ha aumentado el número de médicos y enfermeros en los ambulatorios, ni se han abierto nuevos centros, ni se han rebajado las cuotas de pacientes que han de atender los facultativos. Por el contrario, el tiempo medio de espera para que te atienda el médico de cabecera ha aumentado. "La Atención Primaria era lo que peor estaba hace cuatro años, y sigue igual o peor. Hoy es la principal dolencia del sistema público de salud", diagnostica Sánchez Bayle.

✅ El Ministerio de Sanidad ha aumentado de manera significativa las plazas MIR de médicos residentes, que han pasado de las 6.513 que hubo en la convocatoria de 2019 a las 8.772 que se ofertaron en 2023, y muchas de ellas eran para médicos de familia, pero la Atención Primaria sigue arrastrando problemas que el propio secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, reconoce.

Una enfermera de un CAP de Asturias prepara una vacuna contra el covid. Foto: J. Peteiro / EP

Una enfermera de un CAP de Asturias prepara una vacuna contra el covid. Foto: J. Peteiro / EP

Dos residentes y una trabajadora en la residencia San Carlos de Celanova (Ourense), el 8 de mayo de 2020. Foto: Brais Lorenzo / EFE

Si hay un lugar donde el covid se ha vivido de manera especialmente dramática ha sido en los centros de mayores. El sentimiento de desamparo que anidó en las residencias a la vista del número escandaloso de fallecidos y de la falta de protocolos de actuación, llamó la atención sobre estos servicios asistenciales y puso sobre la mesa la urgencia por mejorarlos.

Así lo reclamaba el Dictamen del Congreso, que urgía a aplicar medidas que, de manera general, no se han aplicado, como:

❌ “Planes de contingencia para abordar posibles rebrotes de covid en las residencias” (punto 15.1)

❌ “Protocolos de atención en situaciones terminales” (punto 15.3).

❌ “Aumentar los recursos al sistema de dependencia” (punto 15.2).

En estos años, a nivel estatal y autonómico se han puesto en marcha diversas iniciativas para mejorar la situación de los geriátricos, como:

✅ El plan aprobado por el Gobierno en junio de 2022 para poner fin a las macrorresidencias y fomentar la creación de centros de menor tamaño –en la pandemia, los mayores índices de contagios y fallecimientos se dieron en los grandes locales-

✅la ayuda de 500 euros aprobada por el Govern de la Generalitat a finales de 2023 para facilitar el acceso de los mayores a las plazas de residencia en alguno de los 1.000 centros que hay en Catalunya.

Sin embargo, según Cintia Pascual, presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistencials, el sistema sigue adoleciendo de un grave problema “La infrafinanciación. El covid fue una crisis puntual, pero el verdadero tsunami nos espera en las residencias con la vejez del 'baby-boom', y no nos estamos preparando para él”, advierte.

Trabajadores de la residencia San Carlos felicitan a Elena Pérez por su 98 cumpleaños. Foto: Brais Lorenzo / EFE

El informe de Evaluación de la gestión de la pandemia llama la atención sobre la necesidad de integrar los servicios de Atención Primaria en los centros de mayores. “Pero esto no pasa por medicalizar todas las residencias, sino por mejorar la atención médica que los centros de salud ofrecen a los residentes, y esto está aún por conseguirse”, recuerda Pascual.

Dos residentes y una trabajadora en la residencia San Carlos de Celanova (Ourense), el 8 de mayo de 2020. Foto: Brais Lorenzo / EFE

Dos residentes y una trabajadora en la residencia San Carlos de Celanova (Ourense), el 8 de mayo de 2020. Foto: Brais Lorenzo / EFE

Trabajadores de la residencia San Carlos felicitan a Elena Pérez por su 98 cumpleaños. Foto: Brais Lorenzo / EFE

Trabajadores de la residencia San Carlos felicitan a Elena Pérez por su 98 cumpleaños. Foto: Brais Lorenzo / EFE

La pandemia pilló al país sin reservas de mascarillas y 'epis', y lo que es peor: con el mercado internacional colapsado. El Gobierno asumió desde el primer momento que aquella situación no podía volver a repetirse y en seguida se empezó a hablar de la necesidad de contar con reservas estratégicas de artículos de primera necesidad.

La fábrica de Nivea en Tres Cantos (Madrid), que modificó su producción para fabricar gel hidroalcohólico, del que dono dosis en la fase inicial de la pandemia. Foto: Rodrigo Jiménez / EFE

✅A través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), el ministerio de Sanidad, en colaboración con el de Defensa, creó un depósito estratégico, con naves situadas en Leganés (Madrid), Guadalajara y Barcelona, donde conserva un acopio de mascarillas quirúrgicas, FFP2, FFP3, gafas, gel hidroalcohólico, fundas, guantes, respiradores, test de anticuerpos y test de antígenos que nunca baja de los 20.000 metros cúbicos.

✅El 21 de febrero de 2023, a través del Real Decreto 118/2023, el Gobierno ordenó la creación de una Reserva Estratégica Nacional, gestionada por INGESA, que ha elaborado un listado de fármacos y artículos de primera necesidad, con una estimación de consumo de hasta 30 días en diferentes escenarios, para tenerlos disponibles si fuera necesario.

Hoy, una nueva pandemia no nos pillaría sin reservas como ocurrió hace cuatro años. Sin embargo, esta fórmula tiene un problema: “Esos productos son perecederos y caducan. Es imposible dar salida a todas esas reservas fuera de un escenario pandémico”, advierte Javier Padilla, secretario de Estado de Salud.

06-05-2021 Una trabajadora hace mascarillas FPP2 moradas en la fábrica de Airnatech Antiviral, en Castellón de la Plana, el 10 de febrero de 2021. Foto: Carme Ripollés / EP

El sector de la fabricación de 'epis' en España, formado por 114 empresas, es consciente de que no podría abastecer al país en una situación de pandemia, pero reclama una medida que el Gobierno no ha puesto en marcha:

❌"Necesitamos un plan de ayudas públicas para tener localizada maquinaria que podamos adquirir si fuera necesario. Esto afecta a la seguridad nacional, no a la industria, y dependemos de la Administración", recuerda Verónica Hernández, secretaria general de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Personal (ASEPAL).

06-05-2021 Una trabajadora hace mascarillas FPP2 moradas en la fábrica de Airnatech Antiviral, en Castellón de la Plana, el 10 de febrero de 2021. Foto: Carme Ripollés / EP

06-05-2021 Una trabajadora hace mascarillas FPP2 moradas en la fábrica de Airnatech Antiviral, en Castellón de la Plana, el 10 de febrero de 2021. Foto: Carme Ripollés / EP

La fábrica de Nivea en Tres Cantos (Madrid), que modificó su producción para fabricar gel hidroalcohólico, del que dono dosis en la fase inicial de la pandemia. Foto: Rodrigo Jiménez / EFE

La fábrica de Nivea en Tres Cantos (Madrid), que modificó su producción para fabricar gel hidroalcohólico, del que dono dosis en la fase inicial de la pandemia. Foto: Rodrigo Jiménez / EFE

Dos investigadoras de CSIC que estudian la secuenciación del covid.

El covid hizo que la investigación biomédica cobrara un protagonismo que nunca antes había tenido. De hecho, si la pandemia pudo ser doblegada tan rápido, fue gracias a los científicos que descubrieron la vacuna contra el SARS-CoV-2 en tiempo récord. ¿Qué queda hoy de aquellas promesas de dar más relevancia a la investigación científica en la sociedad y en los Presupuestos Generales del Estado?

✅ La Ley de la Ciencia, aprobada en septiembre de 2022, es la mejor señal emitida por la Administración en ese sentido, pues marca el objetivo de duplicar antes de 2030 la inversión de dinero público destinado a I+D. De momento, el gasto en ciencia en los presupuestos de 2023 es el más alto de la historia: 3.991 millones de euros.

Pero este impulso esconde una trampa (y un riesgo): las inversiones de los últimos tres años se han beneficiado de los fondos Next Generation, que no van a ser eternos. "El reto será mantener ese nivel de gasto cuando no contemos con el dinero europeo", advierte Margarita del Val, viróloga del CSIC y uno de los rostros que más ayudaron a generar confianza en la salida científica de la pandemia en los meses más duros del covid.

Margarita del Val.

La divulgadora ve el vaso "medio lleno", pero recuerda: “Hay que dotarlo de un motorcito para que no se vacíe. Sobre todo, hay que conseguir que el gran talento científico que hay en España no acabe yéndose fuera y no vuelva porque no tiene expectativas de desarrollo profesional aquí, y eso está por ver todavía".

Dos investigadoras de CSIC que estudian la secuenciación del covid.

Dos investigadoras de CSIC que estudian la secuenciación del covid.

Margarita del Val.

Margarita del Val.

Covid no es solo sinónimo de dolencia respiratoria. En la memoria toda la sociedad ha quedado la herida emocional causada por largos meses de confinamiento, miedo, mascarillas y aislamiento social, que en muchos casos se ha traducido en cuadros de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. Las cifras hablan por sí mismas: el año pasado se decretaron en España 600.000 bajas laborales por este tipo de dolencias (un 50% más que en 2019) y se suicidaron 4.097 personas (450 más que cuatro años antes).

Entre las promesas que con más énfasis se pronunciaron en la pandemia, destacó la de atender este problema. Desde entonces se han puesto en marcha varias iniciativas públicas, como:

✅ El ‘Plan de Acción 2021-2024 de Salud Mental y COVID-19’ que aprobó el Gobierno en 2021.

El plan que puso en marcha la Generalitat ese mismo año para prevenir los casos de suicidio.

Sin embargo, en las consultas la sensación es de impotencia, y recuerdan que este problema no se ha resuelto, a pesar de las promesas que se lanzaron.

Pancartas de 'todo irá bien' en un piso de Barcelona, en marzo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

“Estamos viviendo un tsunami de trastornos mentales y esos planes son insuficientes, cuando no son simples brindis al sol”, denuncia Óscar Pino, vocal del Colegio de Psicología de Catalunya.

El profesional alude a figuras como:

🔁 El referente de bienestar emocional que opera en los ambulatorios catalanes desde hace dos años. “La medida permitió incorporar a 350 psicólogos a los centros de salud, pero no dan abasto y no tienen tiempo de hacer terapia con los pacientes”, explica el facultativo.

🔁 El año pasado se crearon 247 plazas de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud. Son más que las 189 que hubo en 2019, pero muchas menos de las que serían necesarias para que el país alcanzara estándares europeos. “En España hay 6,5 psicólogos por cada 100.000 habitantes, en Catalunya llegamos a 9,5. Pero la media en Europa son 18, y en los países escandinavos llega a 60. Y no nos estamos acercando: hoy se jubilan más psicólogos en España de los que entran en sistema público de salud”, advierte Pino.

Esta es otra cuenta pendiente de la pandemia que aún no se ha resuelto, y otra promesa incumplida.

Pancartas de 'todo irá bien' en un piso de Barcelona, en marzo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

Pancartas de 'todo irá bien' en un piso de Barcelona, en marzo de 2020. Foto: Ferran Nadeu

Un reportaje de El Periódico

Textos: Juan Fernández
Diseño: Andrea Hermida-Carro
Coordinación: Rafa Julve