Por Guillem Costa (textos)
y Alex R. Fischer (infografías)
Las riadas e inundaciones no son algo excepcional en el Montsià. En esta comarca, estos fenómenos se han venido sucediendo de forma violenta durante los últimos años. El episodio más reciente es el del temporal del fin de semana del 11 y 12 de octubre. Pero pese a ello, estas áreas no están catalogadas como zonas inundables en el mapa de peligro de la Generalitat de Catalunya, según reflejan documentos a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.
Precipitaciones acumuladas en la zona del Delta y del Montsià el 11 y el 12 de octubre en plena dana 'Alice'.
Precipitaciones acumuladas en la zona del Delta y del Montsià el 11 y el 12 de octubre en plena dana 'Alice'.
Para solucionar esta anomalía, el Govern contempla ampliar y actualizar las áreas anegables. Se prevé que en esta revisión, que debería estar lista en los próximos meses, se incluyan los barrancos del Montsià.
Hace poco más de dos años, la entonces consellera de Acció Climàtica, Teresa Jordà, advirtió de que el delta del Ebro podría ser testigo de los primeros refugiados climáticos de Catalunya, debido a la subida del nivel del mar y la fragilidad del territorio deltaico.
Sin embargo, el primer desplazamiento por motivos climáticos podría producirse no en el Delta, sino unos kilómetros más al sur, justo delante de la sierra del Montsià.
En esta zona, marcada en rojo por Protección Civil pero todavía no por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), las lluvias torrenciales se han repetido con fuerza. El agua que cae inunda los antiguos barrancos, secos la mayor parte del año, que recuperan con fuerza sus cauces naturales.
La Ràpita, tras la dana de octubre.
La Ràpita, tras la dana de octubre.
Los vecinos limpian de barro las calles de La Rápita, Tarragona. Foto: EFE/Enric Fontcuberta
Los vecinos limpian de barro las calles de La Rápita, Tarragona. Foto: EFE/Enric Fontcuberta
Operarios retiran escombros de las calles del municipio tras el paso de la DANA Alice en Santa Bàrbara, Tarragona. Foto: Zowy Voeten
Operarios retiran escombros de las calles del municipio tras el paso de la DANA Alice en Santa Bàrbara, Tarragona. Foto: Zowy Voeten
El problema es que, desde hace décadas, en medio de esos barrancos viven decenas de vecinos. Cansados de los daños y la falta de soluciones, muchos ya se plantean abandonar el lugar. Algunos habitantes de Alcanar incluso piden la expropiación de sus viviendas (o parte de ellas). El alcalde, Joan Roig, les da la razón, pero recuerda que la decisión está en manos de la Generalitat.
La situación es tan preocupante que un grupo de especialistas de la Universitat de Barcelona han realizado un estudio sobre esta área olvidada de Catalunya por su potencial riesgo de riada.
Pero, ¿por qué las inundaciones se repiten con tanta asiduidad en el Montsià? ¿Las demás comarcas de Catalunya están expuestas al mismo grado de peligro?
Para la primera pregunta hay varias respuestas. Una de ellas se centra en la orografía de este territorio. "La configuración geográfica es peculiar y muy propensa a chubascos intensos", afirma Toni Barrera, técnico de climatología del Meteocat, en conversación con este diario.
En un espacio reducido se encuentran dos sierras muy próximas al mar: en primer plano, la de Montsià, y más hacia el interior, la de Godall.
Esta situación contribuye a que la tormenta se pueda quedar en el lugar durante mucho tiempo y también a que descargue con fuerza.
"Si sopla el viento de levante con un flujo marítimo importante, arrastra las masas de aire húmedo que alimentan las tormentas", explica Barrera. "Al encontrar una sierra litoral tan pegada al mar, que actúa como muro, se forma una especie de zona aislada favorable para que las lluvias sean torrenciales", añade.
En los temporales de los últimos cinco años, se ha producido una convergencia de vientos en superficie que dispara las tormentas: "Pueden quedar situadas entre las dos sierras o entre la primera sierra, la de Montsià, y el mar".
"Cuando la tormenta se encuentra a baja altura y las condiciones son de inestablidad, la masa de vapor que procede del mar la va alimentando sin cesar", precisa el meteorólogo.
Técnicos de la ACA consultados por EL PERIÓDICO admiten que la pendiente de los barrancos (asimilable a la de la cordillera litoral, en el Maresme) complica aún más las cosas: "Se trata de arroyos muy verticales y cortos, que provocan que el agua coja mucha velocidad y vaya directa a los pueblos". Algunos ejemplos son el barranco del Solito y el del Codonyol.
En cambio, en la vertiente de la sierra del Montsià que "desemboca" en la llanura de Ulldecona, la situación no suele ser tan compleja, puesto que hay campos agrícolas por los que el agua puede repartirse sin acelerarse tanto.
"Todos los barrancos que terminan en el río Ebro no son tan dañinos como los que van hacia el mar, pasando por La Ràpita y las Cases d'Alcanar", precisan las mismas fuentes.
Aun así, la presencia de infraestructuras rígidas como la autopista AP7, que hace de dique de contención hasta que el agua se desborda, no ayudan a que esta función de drenaje se desarrolle correctamente.
Agua hirviendo
A todo esto, hay que añadir otro factor: la temperatura del nivel del mar, que año tras año marca registros inéditos. "La calidez del agua incrementa la evaporación y carga la atmósfera de vapor, el combustible esencial de las lluvias torrenciales", avisa Barrera.
Ese exceso de energía convierte el mar en una máquina que no deja de funcionar, alimentando episodios de precipitaciones intensas y persistentes que, cada vez con más frecuencia, derivan en inundaciones y daños severos en las zonas costeras.
Pero la repetición de temporales en el Montsià no tiene solo una explicación científica: "Es un territorio en el que históricamente ha habido lluvias torrenciales, pero la mala suerte también ha influido en la concatenación de eventos".
El Alt Empordà
Una situación similar se da en el Alt Empordà, concretamente en la sierra de L'Albera y el Cap de Creus: "En esas zonas, el caudal de las rieras también puede ser devastador, aunque es cierto que en el norte de Catalunya la temperatura del agua puede estar dos grados más fría".
"En zonas como el Maresme, el Baix Llobregat y otras comarcas costeras, el riesgo de inundación es similar, pero no tan elevado como en el extremo norte y sur", sostiene Barrera.
Los Pirineos son la otra área de peligro principal. En la depresión central, en cambio, la orografía llana facilita que las lluvias no se queden durante mucho rato en un mismo punto.
Habla el territorio
Por Jan Magarolas
Joan Roig (ERC)
Alcalde de Alcanar
Tras un episodio de devastación como el vivido hace unos días, el alcalde de Alcanar señala al comportamiento humano y al afán por construir en cualquier espacio. "Tenemos que revisar esos edificios situados en lugares vulnerables al cambio climático, que nos preocupan mucho". La apropiación indiscriminada de espacios en peligro de sufrir un desastre natural "debe hacernos reflexionar en el territorio. Tendremos que ser resolutivos; que no nos tiemble el pulso", asegura Joan Roig.
Núria Ventura (PSC)
Alcaldesa de Ulldecona
Ulldecona concentra el paso de la vía ferroviaria, con una estación comercial, y la autopista AP-7. La alcaldesa Núria Ventura señala el éxito que ha tenido en esta ocasión la última acción del Gobierno en este sentido, que ha construido un recolector de aguas paralelo a la carretera, que las dirige hasta un estanque. "La obra ha funcionado porque la autopista no se tuvo que cortar, vamos en la buena dirección aunque, a dos temporales por año, vamos muy lentos", suelta Ventura.
Xavier Reverté (PSC)
Alcalde de La Ràpita
El alcalde de La Ràpita apunta directamente a la Agència Catalana de l'Aigua a la hora de atribuir responsabilidades por la gestión del territorio y acusa a este ente de "ignorar a pueblos a derecha e izquierda del Ebro" desde hace por lo menos ocho años. Reverté avisa de que “el cambio climático ha llegado para quedarse”, que la única forma de hacerse más resiliente a ello es “el desvío de aguas pluviales y el alcantarillado” y que el episodio de esta semana debe ser “el punto de inflexión”.
Un reportaje de EL PERIÓDICO
Textos:
Guillem Costa
Infografías:
Alex R. Fischer
Coordinación:
Rafa Julve