¿La rebelión
de las orcas?

Un reportaje de Valentina Raffio
con infografías de Ramon Curto

La noticia ha dado la vuelta al mundo. Un grupo de 15 orcas ibéricas bautizadas como Gladis (en referencia al su carácter de 'gladiador') está 'atacando' a los barcos que circulan por el Estrecho de Gibraltar y la costa Atlántica. El primer incidente de este tipo se registró en mayo de 2020 y desde entonces ya se han observado más de 500 encontronazos entre cetáceos y embarcaciones. Solo este año ya se han contabilizado un centenar de choques de este tipo. Los registros apuntan a que estos 'ataques' están aumentando y llegando cada vez más lejos. ¿El motivo? Todavía no está claro. Los expertos siguen intentando entender qué podría estar desencadenando este comportamiento anómalo en estos gigantes del mar.

Las orcas que han protagonizado estos choques forman parte de la familia de las orcas ibéricas. Esta subpoblación, originaria del Estrecho de Gibraltar y el Golfo de Cádiz, apenas cuenta con cincuenta individuos. En estos momentos se considera como una especie en peligro crítico de extinción.

Estos animales se organizan en comunidades matriarcales encabezadas por una hembra adulta. Según explica la divulgadora científica y especialista en mamíferos marinos, Ana Jiménez Cáceres, se trata de animales extremadamente inteligentes, que interactúan mucho entre sí y tienen sus propios patrones de comportamiento de grupo. "Y de la misma manera que ocurre con los humanos, las orcas también aprenden por imitación", añade.

La vida de estos animales depende, en gran parte, de la búsqueda de alimentos. Cada verano se desplazan desde el Estrecho de Gibraltar hacia las costas de Cádiz, Portugal y Galicia en busca de su única fuente de alimento; el atún rojo del Atlántico

En estos momentos se han identificado al menos 15 orcas de tres comunidades diferentes que están 'atacando' a los barcos que deambulan por esta zona. Estos animales han sido bautizados como Gladis; se trata de  varias hembras entre las que destacan unos ejemplares adultos y varios más jóvenes. Todos los encuentros observados hasta la fecha entre orcas ibéricas y embarcaciones coinciden con el patrón migratorio de estos animales

Solo este año, entre los meses de enero y julio, se han registrado 124 de acercamientos directos entre orcas y barcos. Según explica el biólogo Alfredo López Fernández, de la plataforma 'Orca ibérica', gran parte de los encuentros de este tipo son, en realidad, "orcas que responden ante la presencia de los barcos, se acercan y, solo a veces, los tocan". "Desde luego no podemos hablar de ataques", recalca el experto. 

El primer estudio realizado sobre este fenómeno apunta a que las orcas se dirigen hacia los timones de los barcos. En la mayoría de casos, los golpean provocando daños leves. De todas las interacciones registradas hasta la fecha se estima que menos de un 20% han acabado con un daño grave en la embarcación. Solo se han registrado tres encontronazos de este tipo que han acabado con el barco hundido. 

Según reportan los navegantes, las orcas se acercan al timón de los barcos y lo golpean repetidamente. En algunos casos el choque provoca daños leves. En otros, la pieza queda totalmente destrozada y el barco tiene que ser remolcado.

¿Por qué lo hacen?

"Las orcas han convivido pacíficamente con los seres humanos por siglos y nunca se han reportado ataques. La situación actual es anómala y, justamente por eso, urge investigar las causas que están provocando este cambio de comportamiento en las orcas", comenta la bióloga marina Natacha Aguilar de Soto, experta en cetáceos de la Universidad de La Laguna. 

¿Pero por qué se están produciendo estos encontronazos entre orcas y barcos? Todo apunta a que este gesto fue realizado por primera vez por un ejemplar adulto y, desde entonces, otros animales lo han imitado. Los expertos coinciden en señalar que se trata de un comportamiento anómalo, ya que en situaciones normales las orcas evitarían acercarse a los humanos. Todavía no está claro por qué estos cetáceos están tomando este riesgo pero, por el momento, ya se han planteado varias hipótesis para intentar entender este fenómeno.

Las dos hipótesis principales

1. Una de las primeras teorías que se planteó fue que estos ataques eran, en realidad, un mecanismo de defensa de las orcas para protegerse frente a los barcos. Varios expertos, de hecho, argumentaron que el primer ataque de este tipo lo realizó una orca que había sido herida por un barco y que, desde entonces, había empezado a golpear las embarcaciones para evitar que esta situación se repitiera. Este comportamiento estaría siendo imitado por otros animales y, así, se habría extendido por varios grupos de orcas. 

Esta teoría corrió como la pólvora, en gran parte, "porque suena muy peliculero el hecho de que unas orcas se están rebelando contra los humanos pero esto, en realidad, es más una proyección de nuestras ideas que no algo que se esté observando en la realidad", comenta Jiménez Cáceres. "Si la orca estuviera realmente traumatizada por un barco, lo más probable es que intentara huir de él y no buscar el enfrentamiento directo", añade. 

2. La otra gran hipótesis que barajan los expertos, por mundana que parezca, apunta por ahora como la más probable. Y es que estas interacciones podrían ser simplemente un juego. En este sentido, se cree que las orcas, sobre todo en el caso de las más jóvenes, se están acercando a los barcos por pura curiosidad y que han aprendido a utilizar los timones como una especie de juguete con el que interactuar. 

"Según hemos podido ver en los vídeos, las orcas no se acercan de una forma agresiva a los barcos", añade Jiménez Cáceres. "Cuando estos animales se ponen agresivos lo muestran revolviendo la superficie de las aguas, nadando rápido y emitiendo un ruido muy contundente (conocido como jaw popping). Nada de esto se está dando en las últimas interacciones con barcos. En las imágenes vemos como las orcas se aproximan sigilosamente, juguetean con los timones y se van. Esto encaja con un patrón de juego", detalla esta especialista. 

¿Qué podría pasar a partir de ahora?

¿Pero cuál es, entonces, el motivo de estos ataques? Según explica Aguilar del Soto, es probable que "jamás lleguemos a saber a ciencia cierta cuál es la hipótesis correcta". "No somos lo suficientemente inteligentes como para haber aprendido aún a interpretar el complicado lenguaje de las orcas. Lo que sí sabemos es que son animales sumamente inteligentes cuyos instintos naturales no son matar a seres humanos y que, en caso de llegar a comportamientos anómalos, es por circunstancias extremas", añade esta especialista. 

En estos momentos hay varios grupos de investigación que estudian de cerca este fenómeno para intentar entender por qué se están produciendo estos ataques y, sobre todo, qué hacer para que no vayan a más. Por ahora, los expertos piden prudencia. Los especialistas de la plataforma 'Orca ibérica' aconsejan a los navegantes prestar más atención en sus trayectos por la zona del Estrecho de Gibraltar y las aguas atlánticas. En caso de avistar un grupo de cetáceos se aconseja reducir la velocidad y no acercarse más de sesenta metros. 

En caso de que se observe a uno de estos animales acercándose al barco se recomienda parar el motor y soltar el timón. Los expertos recuerdan que no se les debe tirar comida, producir sonidos bruscos para asustarlas o arrojarles objetos para intentar asustarlas. Sí se recomienda recopilar la mayor información posible sobre la interacción y transmitirla a los especialistas para que puedan documentar el caso. 

"Estamos ante una situación nueva para todos, incluidas las orcas, así que no hay soluciones definitivas", destacan desde 'Orca Ibérica'. Los especialistas piden seguir las recomendaciones de las autoridades marítimas en cada zona y en cada momento. También reclaman intentar entender este fenómeno sin criminalizar a estos gigantes de los mares: "No se puede acusar a las orcas de vivir en su propio entorno, donde los intrusos somos los humanos". 

Un reportaje de EL PERIÓDICO
Textos:
Valentina Raffio
Infografías:
Ramon Curto
Coordinación:
Rafa Julve y Ricard Gràcia