Núria Izquierdo Useros

Buscando una cura para el covid

Nuria Izquierdo Useros participará en un encuentro en vídeo en directo en los canales de Youtube y Facebook de EL PERIÓDICO, el próximo jueves 20 de enero, a las 18.30 horas. Los lectores y lectoras que tengan preguntas para ella pueden enviarlas desde ya a entretodos@elperiodico.com o intervenir durante el acto por medio del canal de comentarios de las redes sociales de EL PERIÓDICO.

En 2020, cuando la pandemia eclosionó, la viróloga Nuria Izquierdo Useros se lanzó a testear decenas de medicamentos existentes para comprobar si eran eficaces también contra el coronavirus.  

Lo que entonces parecía un espejismo está tomando cuerpo hoy. La vacuna llegó antes de que se hallara una "bala de plata" contra la infección. Sin embargo, la esperanza de una cura para el covid ha resurgido con la aprobación de diversas "pastillas" contra esa enfermedad.

“El momento más importante de mi carrera fue el inicio de esta pandemia. La competitividad que solía haber entre científicos se ha venido abajo. Se ha visto que realmente hay que trabajar en equipo y compartir los datos en tiempo real”

Ese trabajo fue fundamental para descartar terapias que generaban esperanzas sin tener eficacia real.

En marzo de 2020, cuando se declara el confinamiento, Izquierdo y su grupo siguen trabajando como personal especializado en covid-19. En medio de una Barcelona desierta, acuden por turnos a IrsiCaixa, con un salvoconducto especial. 

Su equipo consigue de un instituto cercano una línea celular pulmonar; del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) muestras de pacientes con covid-19; de la farmacia del hospital los antivirales para testear. Lleva todo al laboratorio de bioseguridad del IRTA-CRESA, con el cual colabora.

Los investigadores del IRTA-CRESA testean in vitro los antivirales ya aprobados para otras enfermedades para ver si sirven para el covid.

Se ponen en placas virus sacados de pacientes, células de líneas celulares pulmonares y antivirales, y se ven si los antivirales matan el virus sin matar las células (lo cual los haría tóxicos). 

Trabajan a destajo, de noche y en fines de semana, para analizar los resultados de los test. El equipo analiza los resultados de 72 antivirales, constatando que casi ninguno funciona bien contra el covid-19. 

“Había que superar el miedo y seguir trabajando”

Tras licenciarse en biología en la Universidad Autónoma de Madrid, hace dos décadas Izquierdo decidió dedicarse al VIH. 

“Podía trabajar en cáncer, o enfermedades neurodegenerativas, pero me hacía ilusión dedicarme a algo que tuviera una dimensión global, que afectara por igual en todas partes. Nunca me hubiera imaginado que iba a trabajar en algo tan global como una pandemia” 

Entre 2002 y  2009, durante su doctorado en IrsiCaixa, estudió como el VIH usa ciertas células como un caballo de Troya para diseminarse sin que el sistema inmune se entere. Se trata de las células presentadoras de antígenos, que en teoría deberían defender el organismo, pero son engañadas por el virus. 

En una estancia en Boston en 2010, identificó la "clave" que los virus usan para penetrar en las células presentadoras de antígenos. Y en 2011 (durante su posdoctorado en Heidelberg, con el famoso virólogo Hans-Georg Kräusslich) halló la "puerta" que los virus usan para penetrar en ellas: el receptor Siglec-1.  

"Para desarrollar fármacos antivirales hay que entender antes como entran los virus en nuestro cuerpo. Los virus son como ladrones: pueden usar ventanas o puertas. Si las controlamos podemos montar un sistema de vigilancia"

Desde 2012, de vuelta en IrsiCaixa, aplicó con otros investigadores estos hallazgos a distintos virus, como el VIH y el Ebola, identificando anticuerpos que pueden bloquear la “puerta”.

“Todo lo que aprendimos en el VIH se puede trasladar a otros virus como el Ebola. Distintos virus usan la misma puerta de entrada. Esa es la diana a la cual hay que dirigir las terapias. Hay que tapar esa puerta”

En 2020, Izquierdo creó su propio grupo con la idea de dedicarse a los virus emergentes. Pensaba centrarse en el dengue, sin embargo, con la aparición del SARS-Cov-2, reorientó a ello sus esfuerzos. 

“Investigar es clave para desarrollar herramientas para hacer frente a nuevos virus emergentes. Solamente basándonos en lo que hemos hecho antes podemos afrontar de forma rigurosa los nuevos retos. La experiencia con el VIH hace esperar que podamos conseguir un tratamiento para el covid a lo largo del tiempo”

La investigadora está esperanzada sobre los nuevos fármacos contra el covid que se están aprobando, pero alerta de que no debería repetirse el reparto injusto que ha ocurrido con las vacunas. 

“[Esos medicamentos] tienen que ser accesibles. Hasta que no estemos todos protegidos la pandemia estará entre nosotros. Pensar en la salud de quienes son más vulnerables es clave. No podemos darle al virus la oportunidad de escaparse”