"Soy mujer y viajo sola,
¿qué pasa?"

El 'boom' del turismo en femenino

Soy una mujer y me largo sola a recorrer el mundo. Esta afirmación, que hasta hace poco habría sonado exótica o solo apta para una selecta élite de adictas a la aventura, es hoy pronunciada y ejecutada con entusiasmo por una amplia población de mujeres, principalmente jóvenes, pero también de edad madura, que han decidido hacer frente a los temores y estigmas que solían rodear a la imagen de una dama viajera solitaria y han decidido ponerse el mundo por montera y el planeta a sus pies.

Según cálculos de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), dos de cada tres personas que contratan un viaje en solitario son hoy mujeres. La plataforma online de viajes Kiwi, con presencia en los cinco continentes, estima que España es el tercer país del mundo -tras Estados Unidos y Reino Unido- con mayor número de mujeres que viajan solas.

Este fenómeno no es anónimo, sino que tiene los nombres, rostros e historias de mujeres como María Ordóñez, Sania Jelic, Helena Palau, Patricia Zapata, Andrea Bergareche y Patricia Jiménez.

Sus testimonios son la prueba de que el verbo viajar hoy se conjuga en femenino.

Sevillana, 30 años
Ocupación: copy en una agencia de publicidad de Madrid.
Viajes en solitario: Italia, Francia, Holanda, Croacia, Hungría y otros países europeos.

"Viajar solas nos hace
sentir empoderadas"

Recorrer el sur de Europa por 500 euros durante un mes siendo una chica de veintitantos. Hasta hace poco, esta propuesta habría parecido una excentricidad solo válida para las muy atrevidas, pero hoy la cuenta María Ordóñez con una naturalidad que invita a imitarla. Las plataformas para compartir alojamiento gratis como CouchSurfing o NomadSister (esta última especializada en mujeres), de las que se declara fan, hacen posible la parte económica de la ecuación. La otra, la del género, dejó de ser un freno para ella hace tiempo. "La sociedad ha cambiado. Hoy, una mujer que viaja sola se siente empoderada. Antes se sentía amenazada", afirma.

Tan convencida estaba de esto que un buen día agarró la mochila y se marchó sola a Budapest, y desde allí estuvo un mes entero viajando por los Balcanes e Italia. Se movía en Blablacar y se alojaba en domicilios compartidos de lugareños a los que contactaba por internet. "Cada día era una aventura diferente", recuerda.

Desde que probó el viaje en solitario, ha visitado Suiza, Holanda y Francia a su aire y por su cuenta. Siempre le fue bien, aunque en Estrasburgo tuvo que pararle los pies una noche a un anfitrión que quiso propasarse con ella. "Hace años, una situación así habría resultado muy intimidante, pero hoy sabes que si tienes cualquier problema, gritas y los vecinos van a venir a ayudarte. Ya no nos sentimos tan inseguras como antes", asegura.

Croata afincada en España, 67 años
Ocupación: sector turístico. Jubilada.
Viajes en solitario: acaba de recorrer toda América Latina.

"Cuando viajas sin compañía
te abres más a la gente"

Después de 30 años dedicada al sector turístico -los que lleva residiendo en España-, Sania Jelic tenía pendiente hacer un viaje largo y a su aire, libre de ataduras con el calendario y de compañías que pudieran condicionar sus decisiones. La jubilación que firmó el verano pasado le brindó la ocasión por la que suspiraba, y que tardó poco en aprovechar: en noviembre voló a Brasil y desde allí emprendió un viaje de seis meses que le ha permitido conocer América Latina como quería: "En profundidad. Para mí, viajar no es ver sitios, sino conocerlos, y eso es más fácil si vas sin compañía, porque estás más abierta a la gente", explica.

Así se planteó este viaje, que ha tenido una parte de experiencia y otra de reivindicación: "He querido demostrar que una mujer sola de mi edad puede viajar por el mundo sin el menor problema", expone. La prueba de que lo ha logrado son los estimulantes posts que ha ido subiendo a su cuenta de Instagram a modo de cuaderno de viajes, y donde cuenta con 87.000 seguidores.

Sobre todo, seguidoras. "Hay que visibilizar a las viajeras de mi edad para que otras se animen a hacer las maletas", dice acerca de las mujeres de más de 60 años que le han escrito transmitiéndole sus ansias de escapada, y también sus inseguridades. Apuesta a que se cruzará con alguna de ellas en sus próximas excursiones: "El año que viene toca África, luego Asia y después iré a por Oceanía", avisa.

Bilbaina, 31 años
Ocupación: organiza viajes para mujeres.
Viajes en solitario: empezó por América latina, luego Europa, Asia, África y Oceanía.

"Crucé toda América Latina
haciendo auto-stop"

De sus padres aprendió que se podía viajar fácilmente sin necesidad de recurrir a grandes lujos. Pero una cosa son las excursiones de furgoneta, bocata y acampada que se marcaba con ellos de niña, y otra el reto que se planteó en 2015, cuando vivía en México tras acabar sus estudios de Bellas Artes. "En un arrebato, decidí cruzar América Latina en auto-stop", recuerda.

Dicho y hecho: compró un billete de avión a Buenos Aires y desde allí emprendió una ruta por todo el continente que la condujo de nuevo a Centroamérica después de recorrer 15.000 kilómetros. La experiencia fue reveladora. "Cuando volví a Bilbao, lo vi claro y me dije: yo quiero vivir de esto", recuerda.

Bergareche abrió un blog para ir levantando acta de aquel viaje, pero hoy esta bitácora digital se ha convertido en su gran proyecto laboral y de vida. ‘Lápiz nómada’ ya no es solo la web donde relata los viajes que ha seguido haciendo en solitario por los cinco continentes y en la que ofrece los consejos prácticos que más tarde reunió en el libro 'Yo viajo sola' (Lunwerg). También es el portal desde el que organiza rutas mochileras para mujeres a las que, como a ella, les tira la aventura. Ahora mismo prepara escapadas por rincones poco frecuentados de México, Marruecos y Colombia.

La demanda ha crecido tanto que planea convertir sus servicios de "acompañante trotamundos" en una agencia de viajes con todas las de la ley, aunque de inspiración alternativa. Hay mercado. "Hoy hay más mujeres viajando solas que hombres", advierte.

Barcelonesa, 25 años
Ocupación: ingeniera de organización industrial.
Viajes en solitario: Camino de Santiago, ha visitado Dinamarca y ahora está en Nepal.

Viajar sola me está haciendo crecer como persona”

Hace cuatro meses, la ingeniera de organización industrial Patricia Zapata se pidió una excedencia en la agencia donde trabajaba para tachar una línea en la lista de metas personales que se había marcado: viajar sola por el mundo. "No era tanto por el viaje en sí como por demostrarme a mí misma que podía hacerlo, y claro que puedo", cuenta por teléfono desde Nepal, donde se fue a principios de mayo con la excusa de hacer un curso de yoga. Tras mes y medio en el Himalaya, esta semana ha volado de Katmandú a Malasia y piensa seguir pateándose el sudeste asiático hasta septiembre. "Soy una persona miedosa e indecisa. El viaje me está enfrentando a mis temores y me está obligando a tomar decisiones. Me está haciendo crecer", reconoce.

Esta no es la primera vez que Patricia se pone en marcha sin más compañía que su mochila. Hace dos años se escapó a Copenhague y también ha hecho sola el Camino de Santiago. Ni entonces ni ahora ha tenido el menor problema, pero reconoce que la imagen de una chica sola en ruta continúa rodeada de estereotipos. "En un autobús de Pokhara, un chico me preguntó qué hacía viajando sola. A un hombre no se lo habría dicho, pero bueno, esto también ocurre en Barcelona y no pasa nada", compara.

A este viaje iniciático, asegura, le seguirán más escapadas en solitario tras su vuelta a casa. "Cuando descubres que puedes viajar sola, ya no necesitas depender de nadie para volver a ponerte en marcha", concluye.

Barcelonesa, 26 años
Ocupación: fotógrafa de publicidad y artística.
Viajes en solitario: Canadá, EEUU, Jordania, Uganda, Vietnam, Tailandia, Japón, Grecia...

"Una mujer viajando sola
genera empatía"

En 2018, Helena Palau necesitó borrarse del mapa tras verse expuesta en las redes y en los medios en contra de su voluntad. No hay mejor forma para desaparecer del mapa que perderse en él, así que se fue a Jordania con dos chicos que acababa de conocer en Instagram, pero de los que se separó al aterrizar en Ammán para seguir su viaje por su cuenta.

A aquella escapada en solitario le siguieron otras por Uganda, Tailandia, Vietnam, Japón, Marruecos, Grecia y algunos destinos más de los que dio cuenta en el libro Supongamos que viajo sola (Arpa), y donde da rienda suelta a su otra gran pasión (junto a los viajes): la fotografía documental con enfoque artístico. En esas páginas también explica lo que significa para ella lanzarse a la carretera en solitario: "Me siento fuerte porque noto que llevo las riendas de mi vida, y eso es un chute de adrenalina impresionante".

Sus primeros viajes en solitario los hizo el año que estudió en Canadá, desde donde se escapaba cuando podía a Nueva York, Boston y otras ciudades norteamericanas. Desde entonces, sus rutas por el mundo le han confirmado lo que ya entonces intuyó: "Una mujer que viaja sola genera más empatía que un hombre porque no nos ven como una amenaza, sino como algo amigable", dice. Seguirá viajando en solitario, pero se resiste a "romantizar" la experiencia. "Hay que estar preparada. Hay épocas en las que no iría sola ni a comprar pan. Pero si estoy bien y tengo ganas, ¿qué me impide viajar?", plantea.

Navarra, 36 años
Ocupación: biotecnóloga. Gerente de un albergue en el Camino de Santiago.
Viajes en solitario: varios países de Europa, América, Asia y África.

Cuando viajas sola estás más receptiva y aprendes algo cada día”

Hace ocho años, Patricia Jiménez Orduna tenía lo que el acervo popular suele entender como "una vida resuelta": graduada en biotecnología, trabajaba para una compañía farmacéutica y vivía cómodamente con su pareja. "Pero no era feliz", recuerda. Sentía que ahí afuera había un mundo entero lleno de aventuras por conocer y que cada día que pasaba sin lanzarse a descubrirlas era una oportunidad perdida.

En 2014 decidió escuchar esa voz interior y se subió a un avión rumbo a Tailandia. Se fue para un mes, pero se quedó siete recorriendo todo el sudeste asiático. Con ese espíritu, se entiende que pusiera por título ‘Dejarlo todo e irse’ al blog que abrió para contar aquel viaje, y en el que ha ido relatando las rutas que desde entonces ha hecho en solitario por todo el planeta, siempre a su ritmo: nueve meses en Sudamérica, diez en México, tres en los Balcanes

Reconoce que viajar sola no fue una decisión fácil. "Temía que me pasara algo, o que me aburriera por no ir acompañada. Pero desde el primer día me sentí más viva que nunca, porque cuando viajas sola estás más receptiva y cada día aprendes algo nuevo", compara.

Aficionada a la escritura, de las vivencias acumuladas en sus rutas sacó una novela -'Vidas de gata' (Distrito 93)- y la firme decisión de vivir siempre vinculada al viaje. Acaba de abrir un albergue para peregrinos en el Camino de Santiago, entre Asturias y Lugo, pero tan pronto pase la temporada, será ella la que se ponga a recorrer otros caminos.

Al calor de este ‘boom’ de viajes en femenino, en los últimos años se ha consolidado una variada oferta de agencias, plataformas y recursos digitales especializados en mujeres que desean viajar –solas o en compañía de otras- y a las que facilitan la ruta o ponen en contacto con más damas en su misma situación.

La economista Alice Fauveau fundó hace 15 años la primera agencia de viajes especializada en mujeres -Focus on Women- y cree que el #metoo y el movimiento feminista han sido decisivos para cambiar el marco mental que las mujeres tenían ante los viajes. "Chicas que antes no se atrevían a marcharse solas porque les daba miedo, ahora sí lo hacen. Y señoras casadas que querían viajar y no podían porque el marido pelma no quería, se han animado a decirle: ahí te quedas, que yo me voy a Tailandia con mis amigas”, distingue la empresaria.

'Mujer y viajera', fundada por Carolina Esteller; 'WOM', impulsada por Ana Blasco; 'Tacones Viajeros', dirigida por Patricia Estévez y Elma Sesma; 'Concédete deseos', capitaneada por Carolina Tur; 'Rumbo Viajeras', promovida por Izaskun Mendioroz y Tamara Sanz; Midjem, de Belén Orive... El plantel de agencias y proyectos turísticos que proponen "viajes en femenino" es plural. "Todas nos dirigimos a una mujer que ha decidido disfrutar de la vida y que hoy valora más la experiencia de un viaje en solitario o con amigas que, por ejemplo, casarse”, explica Patricia Frías, impulsora de 'Hazlo y viaja sola', donde organiza rutas femeninas por el Camino de Santiago o la montaña.

Las redes sociales han ayudado a visibilizar este fenómeno a través del testimonio de una generación de viajeras que comparten asiduamente sus rutas en sus blogs y perfiles. Erigidas en 'influencers de viajes', sus consejos sirven de inspiración a otras mujeres que se plantean hacer la maleta. Es el caso de Patricia Rojas, Sofía Pozuelo, Marina Comes, Analucía Rodríguez, Sara Caballero, Alicia Sonrosa (motera y bloguera) o Iria Prendes (que cuenta sus viajes en bici por el mundo).

En opinión de Andrea Bergareche, viajera solitaria que organiza de excursiones mochileras para mujeres en países exóticos desde su web 'Lápiz nómada', estamos ante un cambio de paradigma que ha llegado para quedarse. “Las mujeres nos estamos adueñando de espacios que antes eran coto privado de los hombres, y uno de ellos era el de los viajes. Estamos haciendo lo que nuestras abuelas hubieran querido hacer y no pudieron: viajar libres por el mundo”, concluye.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Juan Fernández
Diseño: Andrea Hermida-Carro
Coordinación: Rafa Julve