DE LA MANADA AL SOLO SI ES SI

Por Núria Marrón (textos) y Andrea Hermida-Carro (animaciones)

Este viernes entra en vigor la llamada ley de "solo sí es sí". Su germen fue la violación grupal de la manada a una joven de 18 años, y su fuerza de tracción, la impenitente movilización social y el tesón de una familia que nunca dio el caso por perdido. Esta es la cronología de los seis años y tres meses que han transcurrido desde aquella madrugada de Sanfermín y que han dado pie a un texto que acaba con la diferencia entre abuso y agresión sexual y convierte el consentimiento y la libertad de las mujeres en el centro de la nueva ley.

Pasadas las tres de la madrugada, una chica madrileña de 18 años denuncia en Pamplona que cinco hombres la han violado en un portal, la han grabado y le han robado el móvil. Una pareja se la encuentra en la calle, acurrucada y llorando, y llama a la policía. Horas después, los cinco integrantes de la autoproclamada ‘manada’ son detenidos y acusados de violación múltiple. Se les decreta prisión provisional sin fianza.

Los hechos son de sobra conocidos, no hace falta abundar en ellos. Sin embargo, lo que sí está claro es que lo ocurrido aquella madrugada en el cubículo de un portal se convirtió en una fabulosa prueba de la acusación contra una justicia que no veía violencia donde los nuevos tiempos sociales sí lo hacían.

En el móvil de uno de ellos, aparecen imágenes con claros indicios de otro abuso cometido semanas antes en Pozoblanco (Córdoba), cuando cuatro de los cinco acusados habían toqueteado a una chica dentro de un coche y la habían grabado en vídeo. "¿Está muerta o qué?", "Madre mía, ¿qué le echasteis a la chavala, burundanga?", "Es otro caso Marta del Castillo, jajaja", se habían jactado en los chats del grupo de amigos.

Los cinco amigos son José Ángel Prenda, miembro de la peña ultra del Sevilla y con antecedentes por robo con fuerza; el soldado Alfonso Jesús Cabezuelo, también aficionado ultra y con antecedentes por un delito de lesiones, riña tumultuaria y desorden público ("el poder del lobo reside en La Manada", dice uno de sus tatuajes); Ángel Boza, el más joven del grupo y el único que no estuvo implicado en los hechos de Pozoblanco; el peluquero Jesús Escudero, cuyo tatuaje con la huella de un lobo y un reloj con una esfera de grandes dimensiones fueron fundamentales para la identificación, y Antonio Manuel Guerrero, que se había licenciado como Guardia Civil en 2015. En el momento de los hecho, tenían entre 26 y 28 años.

La chica, que entonces tenía 18 años, vivió un calvario judicial en el que la defensa se intentó probar una y otra vez que no era una "víctima perfecta". De hecho, los magistrados admitieron como prueba el seguimiento de un detective contratado por la acusación que se proponía quería venir a para demostrar algo así como que si la muchacha seguía con una vida normal tan traumatizada no debía estar.

Durante el largo proceso judicial, también corrió por internet su identidad, imagen y hasta una copia del DNI que fue filtrada por un vecino de Barcelona.

La defensa intentó probar que la joven no era una "víctima perfecta"

Tras nueve meses de instrucción, la Audiencia Provincial de Navarra decreta la apertura del juicio oral. La fiscal pide 22 años y 10 meses de prisión para cada uno de los acusados por un delito continuado de agresión sexual, vulneración de la intimidad y robo con intimidación.

También se desestima la petición de puesta en libertad condicional hecha por la defensa de los acusados. Esta petición se volverá a presentar, y se volverá a desestimar, el 8 de septiembre de 2017.

La fiscal pide 22 años y 10 meses para cada acusado por un delito continuado de agresión sexual

El 5 de octubre de 2017, al diario 'The New York Times' le bastan 10 palabras -"Harvey Weinstein pagó durante décadas para ocultar sus abusos sexuales"- para empezar a levantar la tapa de ese pozo ciego que durante siglos han sido las violencias sexuales. Diez días más tarde, el 15 de octubre, la actriz Alyssa Milano reactiva en Twitter una vieja campaña animando a que las víctimas de las agresiones -esa espiral de violencias que van desde el acoso callejero y laboral hasta la violación y la muerte- usen el 'hashtag' #MeToo.

En adelante, de las redes fue brotando un hilo de testimonios que pronto se convirtió en géiser y que, solo en EEUU, se materializó en decenas de sumarios contra señores poderosos de Hollywood, la televisión y la judicatura; en nuevos protocolos antiabusos en empresas, el cine y la moda, y en una nueva conversación que ha empezado a poner en jaque la culpabilización y la desacreditación de las víctimas, pilares que durante siglos han apuntalado la llamada cultura de la violación.

Cinco años después, hay consenso en que el MeToo ha contribuido a hacer visible la magnitud de las violencias sexuales en la vida cotidiana de las mujeres, aunque por el camino las denunciantes -ahí está, si no, el caso de Amber Heard- no se han librado de pagar un precio elevado.

Días después del estallido del #MeToo, comienza el juicio a puerta cerrada para evitar la exposición pública de la víctima. Los magistrados de la Audiencia de Navarra consideran «razonable» esa restricción ya que protege, especialmente, «el derecho fundamental a la intimidad» de la denunciante.

Varias concentraciones apoyan a la víctima con la proclama “yo sí te creo”, eslogan heredado de la denuncia por acoso sexual que mantuvo Anitta Hill en EEUU contra el juez Clarence Thomas, uno de los artífices de la restricción al derecho del aborto en EEUU y adalid de la reacción conservadora del país. "Hay que lograr que la vergüenza y la culpa cambien de bando, que recaigan en el agresor, y no en la víctima”, dijo el manifiesto de la concentración de Madrid.

En este contexto de erupción social, el 8M de 2018 mide la fuerza de la nueva ola feminista. Miles de personas -solo 200.000 en Barcelona- se lanzan a las calles para reclamar la igualdad real entre hombres y mujeres en una jornada sin precedentes que convocó una huelga laboral y de cuidados que fue secundada por millones de personas.

Los lemas derivados del caso de 'la Manada' y el #MeToo estuvieron presentes en una movilización de alcance global. La protesta, histórica en España, también prendió en Argentina y Turquía, y tuvo eco en Francia e Italia.

El caso de 'la Manada' y el #MeToo muscularon el primer gran 8M multitudinario

El tribunal de la Audiencia Provincial de Navarra considera que no hubo violación y condena a la manada a 9 años por abuso sexual. Además, en su voto particular, el magistrado Ricardo González dice apreciar en las imágenes “un ambiente de jolgorio y regocijo entre todos ellos”.

La reacción contra el fallo judicial prende en la calle y se hace evidente una brecha entre lo que la judicatura y la calle entienden por violencia.

De esa ruptura nacieron lemas que se han convertido ya en icónicos –“no es abuso, es violación” y “solo sí es sí”- y los cambios políticos que fraguaron la ley del ‘sí es sí’ que hoy llega a la calle.

Tras la sentencia emerge una conversación social, política y jurídica sobre el consentimiento y la libertad sexual.

No pasan ni 24 horas del fallo cuando el entonces ministro portavoz de Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, anuncia que se revisará la tipificación de los delitos sexuales (la pertinencia o no de diferenciar entre abuso y agresión) en el Código Penal. A partir de ahí, las reacciones vienen en cascada.

La comisión del Pacto de Estado contra la violencia de género también se reúne, 200 días después de su aprobación, a petición de PSOE y Podemos.

La sección Penal de la Comisión de Codificación, encargada de revisar los delitos sexuales, modifica a sus integrantes. De los 20 miembros convocados, no había ninguna mujer.

El eco de la sentencia también cruza fronteras.

El 3 de mayo, el caso, tras ser objeto de debate en el Parlamento Europeo, llega a la ONU, que determina que el fallo “subestima la gravedad de la violación”.

Tras recurrirse la sentencia en dos ocasiones, el Tribunal Supremo acaba condenando a 'La Manada' a 15 años de cárcel por agresión sexual, por lo que desdice a la Audiencia Provincial y al Tribunal Superior de Justicia de Navarra, que los consideró culpables de abuso sexual con prevalimiento.

En esta ocasión, el alto tribunal considera que se trató de un "auténtico escenario intimidatorio". A aquellas alturas, la calle ya había convertido en estribillo de la movilización lemas como "no fue abuso, fue violación" o "solo sí es sí".

El Supremo acaba condenando a 'La Manada' a 15 años de cárcel por, esta vez sí, agresión sexual

La comisión encargada de revisar los delitos sexuales entrega su informe ya al Gobierno de PSOE y Podemos. El grupo de expertos propone incorporar el consentimiento de la víctima como elemento nuclear y dejar fuera el término "abuso" para considerar "agresión" cualquier atentando contra la libertad sexual. También se recupera el delito de "violación" para los casos más graves.

El Gobierno de coalición acuerda redactar la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como la “ley del sí es sí”, que, tal como había propuesto el grupo de juristas, coloca el consentimiento y el deseo de las mujeres -y no cómo respondan o cuánto se resisten a una agresión: "¿cerró las piernas?" "¿dijo bien alto que no?", se había oído en sede judicial-, en el centro de la legislación y del tratamiento de la violencia sexual.

"Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente, mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de persona", dice el redactado de la ley.

El modelo del "solo sí es sí" deja claro que el silencio o la pasividad -muchas veces síntomas del estado de shock- no necesariamente significan consentimiento.

El nuevo texto coloca el consentimiento -y no cómo se responda o cuánto se resista a una agresión- en el centro de la ley

Más allá del incendio en la bancada conservadora y de los bulos a propósito de la nueva norma, la definición de consentimiento que recoge la ley provocó discusiones entre los socios de coalición y con el Poder Judicial, que no se mostró favorable a introducir el término en el Código Penal.

Finalmente, el 25 de agosto, el Congreso aprueba la nueva normativa que, además de colocar el foco en el consentimiento libre de las mujeres, también pone en marcha un itinerario de asistencia integral para las víctimas e incorpora agravantes como la sumisión química.

El texto también activa un itinerario de asistencia integral a las víctimas y incorpora agravantes como la sumisión química

La nueva ley llega a la calle justo 6 años y tres meses después de aquella madrugada en el portal de Pamplona.

Tras la sentencia del Supremo, la chica había enviado una carta al programa de 'Ana Rosa' en el que llamaba a denincar a las víctimas. "Contadlo, no los dejéis ganar a ellos". Tras la aprobación de la norma, también afirmó que sentía que no era su ley, "sino la de todas las mujeres".

La nueva ley llega a la calle, aunque algunas medidas se pondrán en marcha más tarde, justo 6 años y tres meses después de aquella madrugada en el portal de Pamplona.

Tras la sentencia del Supremo, la chica había enviado una carta al programa de 'Ana Rosa' en el que llamaba a denincar a las víctimas. "Contadlo, no los dejéis ganar a ellos". Tras la aprobación de la norma, también afirmó que sentía que no era su ley, "sino la de todas las mujeres".

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Nuria Marrón
Animaciones: Andrea Hermida-Carro
Coordinación: Rafa Julve