En 1955 comenzó a funcionar el que ahora es el Hospital Universitario Vall d'Hebron como hospital general público en Catalunya. Estaba centrado en servicios médicos y quirúrgicos, pero sin una plantilla médica bien establecida. Este año marca el inicio de una nueva era en la sanidad pública catalana. Catalunya se encontraba, como toda España, en proceso de recuperación tras la guerra civil; los recursos eran escasos y el sistema sanitario se estaba reorganizando. Fue en este marco cuando surgió la necesidad de ampliar la asistencia médica para los trabajadores del Seguro Social de Enfermedad. El hospital, que se inauguró el 5 de octubre de 1955, se diseñó para atender esta demanda creciente. El edificio principal se llamaba Residencia Sanitaria Francisco Franco. La construcción de Vall d'Hebron supuso una mejora significativa en el acceso a la asistencia sanitaria para los beneficiarios del Seguro Social en Barcelona, Badalona, L'Hospitalet y la provincia.

En esta década, Vall d'Hebron empieza a tomar forma como complejo hospitalario. Empiezan a funcionar el Hospital Infantil y de la Mujer y el Hospital de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. "Ahora puede parecer poco innovador, pero en los 60 la siniestralidad en las carreteras y los accidentes laborales era muy alta, por lo que dar una atención personalizada a estos pacientes fue un cambio de paradigma para estos pacientes", señala Abadías. Además, Vall d'Hebron también creó la primera uci pediátrica de España y la Escuela de Enfermería, que contribuyó a su profesionalización. "Esa escuela es histórica. Aquí se vivió la subida de la enfermería a la universidad, algo importantísimo en la profesión. Yo me formé aquí", dice por su parte Chelo Álvarez, hoy adjunta a la dirección de Enfermería de Vall d'Hebron. Lleva 40 años vinculada a este hospital.

El 6 de mayo de 1971 se hizo en Vall d'Hebron la primera hemodiálisis pediátrica de toda España a manos del equipo del Servicio de Nefrología Pediátrica, dirigido entonces por el doctor Lluís Callís Bracons. "Los avances de la medicina tradicionalmente llegan al adulto. Pocas veces hay avances tecnológicos que se inician de entrada en niños. Pero el ser un hospital general, que trata a las personas desde antes de nacer hasta el final de su vida, te da esa visión", explica la doctora Abadías. En la década de los 70, también se integró la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) a Vall d'Hebron, lo que facilitó la formación de estudiantes y residentes. El hospital definió su papel como centro público de referencia en Catalunya, estabilizó sus servicios, reforzó su docencia y preparó el terreno para las importantes ampliaciones de las décadas siguientes.

En octubre de 1981, un joven gay de 35 años ingresó en Vall d'Hebron con dolor de cabeza y lesiones cutáneas de color púrpura. Los médicos le hicieron un escáner e identificaron un tumor cerebral. Fue operado de urgencia, pero murió cuatro días después. Este joven falleció de sida, no de cáncer, pues la biopsia demostró que, en vez de células tumorales, había células parasitarias que los médicos asociaron a toxoplasmosis cerebral. Este fue el primer caso de VIH en España y se diagnosticó en Vall d'Hebron. Entonces, los facultativos lo ignoraban porque ni siquiera existía la palabra, pero aquellos eran los inicios de esta enfermedad. Poco después, en diciembre de aquel año, se publicaron otros casos de homosexuales con sarcoma de Kaposi y otras infecciones oportunistas que aparecían en los pacientes inmunodeprimidos. El resto es historia.

El 1 de agosto de 1990, el hospital realizó el primer trasplante pulmonar de Catalunya. Era el segundo de toda España. La paciente receptora era una joven de 19 años con fibrosis pulmonar severa. "Muchos profesionales se formaban en el extranjero en técnicas diagnósticas que luego se incorporaron al sistema sanitario catalán. Esto ocurrió aquí con el primer trasplante de pulmón, que además tuvo mejor supervivencia que el primero", destaca Abadías. Efectivamente, un grupo de cirujanos, neumólogos e intensivistas aprendieron en EEUU cómo trasplantar pulmones. Hoy, Vall d'Hebron es el centro de referencia en trasplantes pulmonares en Catalunya, Aragón y Baleares. Aquel primer trasplante de 1990 abrió las puertas a la inversión, formación y tecnologías necesarias para que el hospital se consolidara, además, como un centro de referencia internacional.

El primer trasplante de intestino de Catalunya se realizó en el Hospital Vall d'Hebron en marzo de 2008 y fue un hito médico tanto para el hospital como para el sistema sanitario catalán y español. El receptor fue un hombre de 38 años con insuficiencia intestinal crónica, causada por múltiples cirugías abdominales previas, que le impedían absorber nutrientes de forma normal. Hasta entonces este paciente dependía completamente de la nutrición parenteral (alimentación por vía intravenosa). El objetivo era restablecer la función digestiva normal y permitir que el paciente pudiera alimentarse por vía oral. Antes de 2008, este tipo de trasplantes solo se hacía en muy pocos centros del mundo, debido a la complejidad técnica y al alto riesgo de rechazo.

En 2012, el hospital separó con éxito a dos hermanas gemelas siamesas, Núria y Marta, que habían nacido unidas por el abdomen (en la foto ↓), desde el esternón a los intestinos, y compartían un único hígado.

Siete años después, en 2019, Audrey Mash, una mujer británica de 34 años, resucitó después de estar más de seis horas en parada cardiaca tras sufrir una hipotermia severa cuando le sorprendió una tormenta de nieve en el Pirineo.

Los bomberos la rescataron inconsciente, en paro cardiaco y con una temperatura de tan solo 18 grados. Vall d'Hebron aplicó por primera vez en un caso de hipotermia severa como el de Audrey el dispositivo ECMO, que permite suplir la función cardiaca a través de un sistema que oxigena la sangre fuera del cuerpo y la devuelve al organismo después de controlar su temperatura con un circuito de agua. La mujer no sufrió ninguna secuela o daño neurológico. Explicó ella misma su historia en la rueda de prensa en la que se presentó este caso pionero.

En la década de 2020, el hospital consolidó su prestigio. Entre otros hitos, superó los mil trasplantes pediátricos, realizó el primer trasplante pulmonar robótico del mundo y la OMS reconoció la gestión ejemplar que el centro hizo durante lo peor de la pandemia de covid. "Hasta el 80% de nuestra actividad diaria era SARS-CoV-2. El hospital se transformó de manera muy eficiente para dar respuestas a las necesidades que tenía la población en ese momento", dice la enfermera Chelo Álvarez. Para María José Abadías el mayor activo de este centro son sus "profesionales". "Nosotros somos un hospital comprometido con la sanidad catalana, con el funcionamiento del sistema público y con muchísimos profesionales con ganas de avanzar, de hacer una medicina más humana, más personalizada y muy terciaria", concluye la directora asistencial del centro.