La dana que
arrasó Valencia

Balance de las peores inundaciones del siglo en España, con al menos 229 fallecidos

Vecinos de Paiporta tratan de retirar escombros dos días después de la tragedia.

Vecinos de Paiporta tratan de retirar escombros dos días después de la tragedia.

Al menos 229 personas fallecieron en la provincia de Valencia a consecuencia de las lluvias torrenciales que el 29 de octubre de 2024 arrasaron numerosos municipios. Las precipitaciones fueron brutalmente copiosas en las comarcas del interior (también en zonas de Albacete, con seis de los siete fallecidos en Castilla-La Mancha, y en Málaga, con un muerto). Se trata de las inundaciones más mortíferas de la historia de España en lo que va de siglo.

Miles de personas quedaron atrapadas en sótanos, párkings, plantas bajas y dentro de sus vehículos (las riadas dejaron inservibles más de 120.000).

Más de 100.000 usuarios se quedaron sin electricidad, la cobertura telefónica falló durante días en decenas de municipios y lo peor de todo: semanas después había todavía desaparecidos, mientras muchos supervivientes dependían de las ayudas para obtener algún alimento e incluso agua para beber.

Las pérdidas y daños derivados de este temporal ascenderán a cifras millonarias, mucho más elevadas que las del terremoto de Lorca.

La Generalitat Valenciana lleva movilizados más de 1.850 millones de euros, en forma de ayudas directas, contratos de emergencia, medidas fiscales, rehabilitación de infraestructuras y atención social y sanitaria, mientras que el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunció varios paquetes de ayudas para reconstruir la zona lo antes posible que alcanzan los 14.373 millones. Los daños azotaron incluso a la Albufera: a la fauna y los arrozales, además de sufrir los golpes del temporal, se les echaron encima los residuos procedentes de las riadas.

En algunas localidades se registraron más de 700 litros por metro cuadrado en una jornada. En el municipio de Turís, en tan solo una hora se superaron los 184 litros por metro cuadrado en una hora y se rebasaron los 700 en una jornada. Se trata de las cifras más elevadas registradas jamás en Valencia en lo que llevamos de siglo. Tan solo se acercan los 520 litros que se recogieron el 11 de septiembre de 1996 en Tavernes y, sobre todo, los 640 litros por metro cuadrado de la pantanada de Tous del 20 de octubre de 1982.

Un total de 79 municipios sufrieron los envites de la gota fría. Sobre algunos se desplomaron las nubes como nunca lo habían hecho, pero en la mayoría de localidades más perjudicadas por la dana llovió de forma mucho más moderada.

El problema para los núcleos más dañados -situados muchos en zona llana, algunos cerca de la Albufera- fue la imposibilidad de soportar las cantidades de agua que llegaron en tromba desde los barrancos y los ríos, desbordados por las precipitaciones que cayeron en sus cabeceras.

La muestra más clara de ese desbordamiento se produjo en los barrancos (o ramblas) de Chiva y del Poyo. Este último, por ejemplo, alcanzó un caudal al que no llega ningún río español, sino que es más propio del Rin a su paso por Alemania (2.000 m3/s) y casi del Nilo en su desembocadura (2.800 m3/s).

Por eso en las imágenes captadas por satélite puede apreciarse que el volumen de la inundación es mayor en localidades donde no llovió tanto, pero allí las rieras ya iban por encima de sus topes y, encima, muchas de ellas están en zona inundable.

Un total de 79 municipios sufrieron los envites de la gota fría. Sobre algunos se desplomaron las nubes como nunca lo habían hecho, pero en la mayoría de localidades más perjudicadas por la dana llovió de forma mucho más moderada.

El problema para los núcleos más dañados -situados muchos en zona llana, algunos cerca de la Albufera- fue la imposibilidad de soportar las cantidades de agua que llegaron en tromba desde los barrancos y los ríos, desbordados por las precipitaciones que cayeron en sus cabeceras.

La muestra más clara de ese desbordamiento se produjo en los barrancos (o ramblas) de Chiva y del Poyo. Este último, por ejemplo, alcanzó un caudal al que no llega ningún río español, sino que es más propio del Rin a su paso por Alemania (2.000 m3/s) y casi del Nilo en su desembocadura (2.800 m3/s).

Por eso en las imágenes captadas por satélite puede apreciarse que el volumen de la inundación es mayor en localidades donde no llovió tanto, pero allí las rieras ya iban por encima de sus topes y, encima, muchas de ellas están en zona inundable.

EN ZONA PELIGROSA

La lluvia no solo causó graves daños donde más llovió. Muchos de los pueblos más afectados por este episodio, como Paiporta y Paterna, fueron víctimas de grandes inundaciones derivadas del temporal pese a no haber caído tanta agua como en otros lugares. En la mayoría de casos, estos núcleos urbanos se encuentran en zonas con alto riesgo de inundación debido a su cercanía con los ríos Magro, Turia y Júcar, que al desbordarse se llevaron por delante todo lo que encontraban a su paso.

EN ZONA PELIGROSA

Muchos núcleos urbanos de la Horta Sud se encuentran en zonas con alto riesgo de inundación debido a su cercanía con los ríos Magro, Turia y Júcar, que al desbordarse se llevaron por delante todo lo que encontraban a su paso.

DE OESTE A ESTE

Utiel, Requena, Benetússer, Algemesí... La dana barrió la provincia de Valencia de oeste a este y se cebó en el área metropolitana de la capital.

Mapa Interactivo con Scrollama y Mapbox

Valencia

Valencia

Alfafar

alfafar

Picanya

Picanya

Sedaví

Palacio de Bellas Artes

Alzira

Edificio Palazuelo

Silla

Banco Mercantil e Industrial

Chiva

Alzira

Paiporta

Paiporta

Letur (Albacete)

Letur

Hace unos años, al fenómeno meteorológico que se ha comido Valencia se lo conocía popularmente como gota fría, pero ahora los meteorólogos suelen referirse a él con el acrónimo de dana: depresión aislada a niveles altos.

¿Qué es una dana?

Se trata de un fenómeno meteorológico relativamente habitual que acostumbra a darse a finales de verano y en otoño en la región mediterránea.

La dana se inicia cuando una corriente de chorro de frío polar viaja sobre las latitudes medias a gran altura

Y al llegar al sur, se desplaza y adopta forma de gota

Esta masa de aire frío suele chocar con el ambiente cálido y húmedo del Mediterráneo y, debido a ello, suele producir precipitaciones de gran calado

En el caso del temporal de Valencia, además, la llegada de esta gota fría ha coincidido con un viento de levante excesivamente húmedo que ha aportado aún más energía a la atmósfera y una borrasca fría aislada en superficie que ha aumentado la inestabilidad en la zona

La conjunción de estos factores ha inyectado mucha más energía de lo normal a este temporal y ha provocado que las precipitaciones llegaran más cargadas y descargaran de forma más violenta

EN UNA FATÍDICA LISTA

El alto número de fallecidos sitúa este temporal entre los peores que se han vivido en España en las últimas décadas.

Y como pasó en las ocasiones anteriores, tras la catástrofe y el luto preceptivo ha arreciado una tormenta política en búsqueda de culpables y responsables que salpica judicialmente a la a la exconsellera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana Salomé Pradas y al ex secretario autonómico de ese departamento, Emilio Argüeso, ambos imputados por la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la dana, Nuria Ruiz Tobarra, y que acosa a Carlos Mazón, al que, por ahora, solo se le ha pedido testificar voluntariamente dada su condición de aforado.

¿Se avisó correctamente a la población? ¿Estaban preparados los servicios de emergencias para responder a una catástrofe de este estilo? ¿Se aplicaron correctamente las medidas de prevención ante el riesgo de inundaciones?

La AEMET avisó del peligro a las siete de la mañana, pero la Generalitat no elevó la emergencia hasta la tarde, y no se avisó a los ciudadanos hasta pasadas las ocho de la noche, cuando muchos ya estaban atrapados por el agua. El Govern de Carlos Mazón, por su parte, acusa al Ejecutivo central de no haber asumido su responsabilidad y, a la AEMET, de haber dicho que el temporal amainaba por la tarde.

Y VENDRÁN MÁS

La comunidad científica lleva mucho advirtiendo que fenómenos meteorológicos extremos como esta gota fría están relacionados con el avance de la crisis climática. Según calcula el último gran informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio (IPCC), este tipo de eventos torrenciales que antaño se daban una vez al siglo ahora ocurren cada cincuenta años o menos. En el Mediterráneo, además, donde tanto la atmósfera como el aire se calientan a una velocidad de récord, estos temporales extremos no solo se han vuelto más frecuentes, sino también más violentos.

De seguir así, si la humanidad no hace nada para frenar cuanto antes la emisión de gases de efecto invernadero, se estima que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos podrían aumentar aún más. En el caso de España, son muchos los informes que señalan la vulnerabilidad de las zonas costeras ante este tipo de sucesos por lo que, tal y como advierten los expertos, urge desarrollar más medidas de adaptación y prevención para evitar otras tragedias así.

Sigue en directo las últimas noticias sobre los efectos de la dana

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Rafa Julve y Valentina Raffio
Infografías:
Ricard Gràcia, Nacho García,
Francisco J. Moya, Andrea Hermida-Carro
Fotografías:
Jorge Gil, Miguel Ángel Polo,
J. M. López, Bidel Aliño (EFE),
Víctor Fernández (EFE), Manu Fernández (AFP), Manuel Bruque (EFE)