El peso
de la carga
mental

En torno a un 71% de las
mujeres de nuestro país
sufren carga mental frente
al 12% de los hombres.

Hacer la compra, recoger a los niños del colegio, planificar la semana, estar pendiente de los abuelos y tener que ir a trabajar son algunos de los quehaceres diarios a los que se enfrentan las mujeres. Tres de cada cuatro españolas sufren carga mental, pero el 40% de las afectadas desconocen el concepto y, por tanto, no saben o no son capaces de definir qué les pasa. En el ámbito doméstico, las mujeres siguen siendo las cabezas pensantes y las organizadoras del día a día; en el ámbito laboral, además de ocuparse de sus compromisos, acaban siendo en muchas ocasiones también las encargadas de que las pequeñas cosas salgan adelante.

Factores de género

La carga mental actúa como un agente de desigualdad de género, ya que mientras el estrés relacionado con esta que sufren las mujeres está mucho más ligado a los cuidados y a todas las tareas diarias, la de los hombres se encuentra ligada a los ámbitos laborales. De aquí que se estime que en torno a un 71% de las mujeres de nuestro país sufran de esta afección psicológica frente a un 12% de los hombres, según datos de la fundación Concilia2. Históricamente, las mujeres, tienen una trayectoria muy ligada a los cuidados. Siempre han sido las mujeres las que han llevado la voz cantante en cuanto a las tareas domésticas y al cuidado de los hijos. Este factor social asociado al género también dificulta que las mujeres se emancipen de ese peso doméstico.

"Cuesta mucho adaptarse a cambiar los roles. Los ámbitos de la delegación de tareas y la coordinación sigue siendo de las mujeres hasta en las parejas más jóvenes", apunta Rodríguez. Las mujeres, agrega esta experta, han comenzado a delegar la parte ejecutora de las tareas, pero no la parte mental. En este sentido sí que ha habido cambios pero siguen siendo las mujeres las planificadoras y esto al final forma parte de este rol de género social. "Hemos aprendido a ceder funciones como fregar los platos o llevar a los niños al colegio, pero aún no hemos empezado a delegar las tareas mentales como hacer la lista de la compra o pensar el menú de la semana", concluye.

Son ese estrés y esa ansiedad que generan estar pendiente de ambos ámbitos -y que el resultado sea, en ambos casos, perfecto- lo que constituyen lo que se conoce como carga mental. Desde un punto de vista psicológico, la carga mental es el exceso de deberes en la vida cotidiana que hacen que una persona tenga que renunciar a sus deseos para poder realizar todas sus actividades de manera satisfactoria y esto, a su vez, genera un estrés que impide que la mente y las emociones se desarrollen de una manera sana.

"El teletrabajo ha implicado la vuelta de las mujeres al hogar y esto ha incrementado los trastornos de estrés y ansiedad que se asocian a la carga mental entre el colectivo femenino. No salir de casa, tener constantemente los deberes domésticos presentes y sumarle la carga laboral, además de verse obligadas a prescindir del entorno de socialización que supone ir a trabajar presencialmente, ha hecho que muchas mujeres se hayan visto afectadas tanto a nivel psicológico como emocional", explica Chus Rodríguez, psicóloga especialista en violencia de género. Este hecho, en cambio, también ha ayudado a poner la salud mental en el centro, ya que a raíz de la pandemia se ha empezado a tomar conciencia de la salud mental y emocional. "La pandemia nos ha quitado un entorno de socialización directa y esto nos ha afectado negativamente como mujeres y como personas, pero la pandemia también nos ha traído algo muy bueno y es que nos ha hecho poner la salud mental en el centro", subraya Rodríguez.

El entorno

Uno de los factores sociales que más incidencia tiene en cuestiones de carga mental es el entorno, especialmente el familiar. Cuanto mayor es el estrés, tanto laboral como doméstico, y más inestable es el entorno, es más fácil tener un problema de salud mental. Este factor es especialmente visible en las mujeres migradas o provenientes de entornos desestructurados, ya que o bien se encuentran completamente alejadas de su entorno familiar o directamente no cuentan con el apoyo de este por diversos motivos. "Las mujeres que tienen entornos laborales y familiares estables sufren menos carga mental que aquellas que tienen dificultades en su vida cotidiana. Las tareas domésticas han recaído sobre las mujeres de manera histórica y con la incorporación de las mujeres en el mercado laboral, el estrés se ha multiplicado. Además, el entorno juega un papel clave en la estabilidad emocional de una mujer, ya que cuanto más estable sea tu entorno y más facilidades tengas, menos estrés y carga mental tendrás", comenta Valeria Zurita, psicóloga clínica especializada en trastornos de estrés, ansiedad y asistencia a la adolescencia. "La estabilidad emocional, por tanto, también depende de las familias, de la ayuda que se recibe y de la estabilidad del núcleo en sí", añade.

La diferencia dentro del entorno no solo se basa en si es un entorno familiar y cercano estable o no, si no también influyen otros factores como el país en el que se reside y las oportunidades que brinda este país para cambiar los roles. "El entorno y el contexto en el que se vive facilita tomar conciencia del problema. Y ya no solo a nivel familiar, si no también a nivel social o cultural ya que no es lo mismo vivir aquí que en otro país. Las condiciones son diferentes", apunta Zurita.

¿Quieres saber cuánta carga mental sufres?

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Samar Elansari
Diseño:
Ricard Gràcia
Fuente infografías:
P&G y Salvetti Llombart
Ilustraciones:
123rf
Coordinación:
Rafa Julve