LA FUERZA DE LA ESPAÑA PLURAL 2025
Galicia: La esquina que quiere volar alto
La comunidad gallega lucha por quitarse de encima esa etiqueta de rezagada

Imagen de la ría de Vigo. / Marta G. Brea
Galicia es una esquina de la península… y eso se nota y, además, marca. Es la periferia de un país que a su vez es la periferia de la UE y de todo un continente. La comunidad gallega lucha por quitarse de encima esa etiqueta de rezagada y en ello está, avanzando décima a décima en el proceso de convergencia con la media nacional y europea.
Es la comunidad autónoma que ha registrado un mayor crecimiento del PIB per cápita en los últimos 15 años, con una diferencia positiva de 7,2 puntos respecto a la media española. Ha recortado en casi cinco puntos la convergencia con el conjunto de España, pero todavía se encuentra en el 92,5% de la media nacional con 28.644 euros por habitante. Aporta en su conjunto 77.356 millones de euros a la cuenta general.
En comparación con el resto de las regiones de la UE-27, aunque Galicia se sitúa hoy cerca de la mediana cuando se habla de indicadores de bienestar y calidad de vida, pierde posiciones relativas cuando lo que se mide son los índices de competitividad e innovación. En ese caso, Galicia aparece en la zona media-baja de la clasificación.
El continuo envejecimiento de la población no ayuda. La tasa de natalidad media en España es de 6,61 nacimiento por cada mil habitantes, mientras que en Galicia es de 5,18. Y por encima, el 26% de la población tiene 65 o más años. El reto demográfico es uno de lo más acuciantes que tiene la comunidad, que además se muestra de puertas abiertas a la inmigración en un debate nacional donde los vientos van en dirección contraria.
Esto tiene consecuencias que no acaban de cicatrizar. La población se concentra en los núcleos urbanos, produciéndose el abandono del rural como lugar de residencia, pero dejando fuera de todo cuidado tierras productivas a las que ya no se le saca ningún provecho, derivando en la acumulación de mucho combustible en el monte que casi verano tras verano encumbran a la comunidad gallega a lo más alto del ranking español de hectáreas devoradas por las llamas.
Como retos económicos, Galicia trata de impulsar el empleo en el tejido industrial y, sobre todo, >el sector de las energías renovables con la eólica, tanto en tierra como en mar, sin descuidar el empuje de siempre de la actividad mar-industria.
Pero el tejido empresarial está altamente atomizado, con un tamaño promedio de empresa inferior al deseado para poder competir en condiciones idóneas. Hay una sobredimensión de microempresas y pymes, para las que supone un reto descomunal no ya la internacionalización, sino la innovación y hasta la digitalización. Un dato sirve para ilustrar el desigual mapa de las grandes empresas. En España hay más de 2.700 firmas que facturan más de 100 millones de euros al año, pero solo139 de ellas están asentadas en Galicia.
Hay otro problema, que no es otro que el acceso a la red de suministro eléctrico de los proyectos industriales. Unos ya existentes, como es el caso de Stellantis en Vigo, que llevan demandando años un enganche de alta tensión para sus instalaciones, y otros proyectos están fase de diseño, como el caso de la papelera Altri que quiere instalarse en el centro de la comunidad y a la que el Gobierno ha negado la conexión eléctrica.
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