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LA FUERZA DE LA ESPAÑA PLURAL 2025

Cataluña: De la normalización a la singular financiación

Illa centra su acción en la vivienda y la seguridad con el apoyo de sus socios bien amarrado

Comision bilateral Generalitat - Estado sobre la financiacion singular en el Palau de la Generalitat

Comision bilateral Generalitat - Estado sobre la financiacion singular en el Palau de la Generalitat / Ferran Nadeu

José Rico

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Una de las palabras más repetidas por Salvador Illa durante su primer año de mandato ha sido “normalización”. En esa etiqueta ha enmarcado prácticamente toda su política para subrayar que las tensiones independentistas ya son historia y ahora sí se gobierna pensando en los intereses reales de los catalanes. “Toca centrar Cataluña”, proclamó con solemnidad en su reciente discurso con motivo de la Diada. Lo cierto es que la legislatura avanza sin demasiado sobresalto. No se atisba riesgo de ruptura en sus acuerdos con ERC y Comuns, mientras Junts aprieta pero no ahoga a la espera de que se resuelva en algún momento el futuro de su líder.

Aunque no pudo aprobar presupuestos para este año, el Govern del PSC ha presumido de buena relación con sus socios sacando adelante una inyección de 4.000 millones de euros mediante tres suplementos de crédito, y de línea directa con el Ejecutivo de Pedro Sánchez pactando avances en el traspaso de Rodalies y en la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Esa sintonía en ambos frentes se pondrá a prueba en los próximos meses con la gran batalla de la reforma del modelo de financiación autonómica, que Illa y sus aliados esperan que sea “singular” para Cataluña y en el PSOE aclaran que, en todo caso, lo que deberá ser es extensible al resto de autonomías.

La pelota está ahora en el tejado del Gobierno central, y ese movimiento puede hacer tambalear todo el tablero si la propuesta de financiación no es del agrado de los socios de Illa, que son también los socios de Sánchez. De momento, la Generalitat avanza en el fortalecimiento de la Agencia Tributaria catalana para que esté en disposición de gestionar todos los impuestos, pero los inspectores fiscales están en contra y el objetivo, que era que Cataluña recaudara el IRPF en 2026, ha tenido que posponerlo dos años más. Garantizar que Cataluña no salga perjudicada por la solidaridad interterritorial se presume como el gran caballo de batalla.

Mientras tanto, el reto de Illa de volver a cohesionar la sociedad catalana se asienta en tres pilares: vivienda, trabajo y seguridad. El ‘president’ sostiene que la falta de techo es el principal generador de desigualdad en estos momentos en Cataluña, y desde luego es el primer problema que señalan los catalanes en las encuestas de la Generalitat. El plan de Illa pasa por construir 50.000 viviendas asequibles hasta 2030 con una inversión anual de 1.100 millones, pero también ha defendido abiertamente intervenir el mercado, y ha puesto en marcha un régimen sancionador para quienes incumplan los precios de los alquileres y una nueva regulación de los alquileres de temporada.

Enarbolando la bandera de la seguridad pero marcando distancias con los discursos extremistas, el Govern ha pactado la ampliación de la plantilla de los Mossos d'Esquadra hasta los 25.000 agentes en 2030, ha lanzado un plan para atajar la multirreincidencia y ha reforzado los juzgados con 10 nuevas unidades.

Y en el plano económico, el ‘president’ ha vendido dentro y fuera del país su plan ‘Catalunya Lidera’ para volver a liderar la economía española con una movilización de 18.500 millones hasta 2030, al que se le añade el plan 'Responem' -con 1.500 millones a disposición- para paliar los efectos de los aranceles. Una “prosperidad compartida” que Illa propugna en una gira autonómica, de la mano de El Periódico y Prensa Ibérica, con la que Cataluña ha vuelto a la senda de la pedagogía en el resto de España.