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Informe de la ONU

El calentamiento global avanza hacia los 2,5 grados de media, uno por encima de la "línea roja"

La cifra supone una ligera mejora respecto al año pasado, pero sigue dejando al mundo muy lejos del objetivo de 1,5 grados acordado en París

Un análisis de Naciones Unidas advierte de que los planes de recorte de emisiones presentados hasta la fecha no suman un objetivo lo suficientemente ambicioso como para evitar un calentamiento extremo del planeta

Las previsiones climáticas muestran por primera vez signos de remisión en las emisiones contaminantes: "Ahora hay que acelerar la acción"

Dos personas pedalean frente a una central térmica.

Dos personas pedalean frente a una central térmica. / Peter Parks / Agencias

Valentina Raffio

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Barcelona
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En estos momentos el planeta se dirige hacia un calentamiento global medio de entre 2,3 y 2,5 grados para finales de siglo. Esta es la cifra que se desprende del último análisis elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre todos los planes de recorte de emisiones presentados hasta ahora por los gobiernos del mundo ante el encuentro de la cumbre de Brasil (COP30) que arranca oficialmente el 10 de noviembre. Los expertos afirman que esta cifra supone una ligera mejora respecto a las previsiones del año pasado, cuando el aumento estimado se situaba entre 2,6 y 2,8 grados, pero sigue dejando al mundo muy lejos del objetivo acordado en París, que es mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados de media y, en la medida de lo posible, limitarlo a un máximo de 1,5 grados; la "línea roja" que, una vez superada, podría provocar extremos climáticos aún más devastadores en todo el planeta.

"Hemos tenido tres oportunidades para cumplir las promesas del Acuerdo de París, y en las tres hemos quedado cortos", lamenta Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, quien afirma que si bien se han logrado progresos considerables respecto a las previsiones de hace una década, cuando se estimaba que el mundo se dirigía a un aumento de las temperaturas de más de 3 grados, "los avances siguen siendo insuficientes" para lograr frenar el avance del cambio climático dentro del llamado "umbral seguro" para el planeta y las personas. "Ahora más que nunca, necesitamos impulsar recortes de emisiones sin precedentes en una ventana que se estrecha cada vez más", comenta la especialista tras la publicación de estos datos, que salen a la luz apenas una semana antes del inicio del encuentro de Brasil.

"Ahora más que nunca, necesitamos impulsar recortes de emisiones sin precedentes en una ventana que se estrecha cada vez más"

Inger Andersen

— Directora ejecutiva del PNUMA

Un progreso mínimo

Hasta ahora, en vísperas del inicio de la cumbre de Belém, tan solo 60 países han presentado nuevos compromisos de reducción de emisiones, los llamados Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), con horizonte a 2035. En conjunto, esos países representan el 63% de las emisiones globales y apenas un tercio de los firmantes del acuerdo de París. Entre las ausencias más destacadas está la de la Unión Europea, que ultima a contrarreloj su hoja de ruta conjunta que, según ha trascendido hasta ahora, aspiraría a recortar las emisiones un 55% para 2030 y un 90% para 2035 mediante mecanismos como, por ejemplo, la compra de créditos de carbono para compensar (que no recortar) emisiones de gases de efecto invernadero.

También preocupa, y mucho, la ausencia de Estados Unidos, que tras la llegada de Donald Trump al poder anunció no solo su retirada del Acuerdo de París sino también la marcha atrás de muchas de las políticas ambientales desplegadas hasta la fecha en uno de los países más grandes y contaminantes de la historia. La única brecha de esperanza es el caso de China, que en las últimas horas ha presentado de forma oficial su plan de recorte de emisiones, con el que prevé reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero entre un 7% y un 10%.

Para limitar el calentamiento a 1,5 grados de media habría que reducir las emisiones globales un 60 % para 2035, aunque los planes actuales apenas apuntan a una reducción del 15%

Los datos son claros. Para mantener viva la posibilidad de limitar el calentamiento a 1,5 grados de media habría que reducir las emisiones globales un 40% antes de 2030 y de hasta un 60% para 2035. Pero ahora mismo, según apuntan los análisis, la suma de todas las políticas actuales solo lograría, en el mejor de los casos, una reducción de entre el 10% y el 15% para 2035 respecto a los niveles de 2019. Y esto solo si se cumplieran a rajatabla todos los compromisos climáticos anunciados hasta la fecha, cosa que no se puede dar por garantizada ya que, tal y como afirman los expertos, muchos países ni siquiera van camino de cumplir sus compromisos de 2030 y, a menos que cambien de forma radical, apenas tenemos garantías de que cumplirán sus nuevos objetivos para 2035.

La línea roja

El quid de la discusión, y sobre lo que girarán gran parte de los debates de la cumbre del clima de Brasil (COP30), es qué debemos hacer para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados de media ya que, de lo contrario, la ciencia advierte de que el mundo se enfrentará a un incremento de extremos climáticos como, por ejemplo, olas de calor más prolongadas, incendios forestales más destructivos, sequías más severas, inundaciones más destructoras y, sobre todo, pérdidas irreversibles en ecosistemas de todo el globo. "En estos momentos, luchar para evitar cada décima de grado de aumento de la temperatura. Esquivar un incremento de apenas 0,1 grados de calentamiento significa reducir daños, pérdidas y muertes", concluye el informe de Naciones Unidas a modo de llamada a los países que se reunirán para debatir sobre cómo construir una hoja de ruta más robusta para frenar el calentamiento global.

"Sabemos qué hacer y tenemos las herramientas para lograrlo. Lo que falta es decisión política"

Los científicos afirman que, pese a todo, el panorama al que nos enfrentamos no es del todo sombrío. En la última década, las previsiones de calentamiento han bajado sustancialmente gracias al avance de las energías renovables, el abaratamiento de su despliegue y la mejora de la eficiencia energética y el desarrollo de medidas de conservación de la naturaleza. "Sabemos qué hacer y tenemos las herramientas para lograrlo. Lo que falta es decisión política", subraya Andersen. "Ahora es el momento de que los países apuesten fuerte e inviertan en su futuro con medidas climáticas ambiciosas, con medidas que generen un crecimiento económico más rápido, mejor salud humana, más empleos, seguridad energética y resiliencia", comenta la especialista mientras recuerda que "no hemos perdido la batalla, pero el margen de error se  está agotando".

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