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Estudios superiores

Hablan los universitarios sobre los 'padres helicóptero': "Llamarnos generación de cristal es una exageración"

Cuatro jóvenes hablan con EL PERIÓDICO sobre sobreprotección parental y su impacto en el paso a la vida adulta

¿Nos sobreprotegen nuestros padres?

¿Nos sobreprotegen nuestros padres? / Jordi Otix y Patricio Ortiz

Martí Sosa

Barcelona
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"Me siento más segura si tengo a mis padres al lado", admite María Díaz de Burgos, estudiante de periodismo de 21 años. "Pero si te protegen demasiado, luego tiene menos capacidad para gestionar tus cosas", tercia Helena Cantabella, de 23 años y recién graduada en Comunicación e Industrias Culturales. Tanto Maria como Helena forman parte de una generación de jóvenes adultos a la que a menudo los séniors colocan en el punto de mira y adjetivan con alegría: adictos a las pantallas, reaccionarios, "de cristal", disruptivos, infantiles, consentidos, sobreprotegidos... Esta última cuestión –la dependencia– ha irrumpido con fuerza en la conversación después de que el Vicedecanato de Prácticas de la Universidad de Granada colgara el ya célebre cartel de "no se atiende a padres: todo el alumnado matriculado es mayor de edad". Sin embargo, ¿qué piensa la otra parte de la ecuación sobre esta supuesta sobreprotección? ¿Se reconocen en ella? ¿O creen que se trata de un socorrido cliché con el que los mayores se divierten pontificando a costa de los jóvenes?

María Díaz de Burgos

María Díaz de Burgos / Jordi Otix

EL PERIÓDICO ha hablado con cuatro estudiantes universitarios. Ninguno de ellos dice haber tenido 'padres helicóptero' –esa figura de la parentalidad contemporánea que supuestamente revolotea todo el día alrededor de sus hijos dándoles agua antes de que tengan sed–, pero sí admiten que durante su primer año en la universidad se dejaron ayudar bastante. "Me hicieron ellos la matrícula, porque yo estaba muy perdida", admite María. Aunque ella se ha encargado de hacer los trámites en los cursos posteriores, afirma que les ha pedido consejo para escoger asignaturas, ya que con ellos, dice, se siente "más segura".

"Yo me siento más segura con mi familia al lado"

— Maria Díaz de Burgos

Héctor Vega, alumno de Derecho de 21 años, también explica que sus padres le ayudaron bastante con la maquinaria burocrática "porque todo era muy nuevo". Más allá de eso, todos convienen que, a medida que han pasado los años, sus progenitores han ido desapareciendo del papeleo. "Yo ahora hago todos mis trámites administrativos", asegura Oscar Sánchez-Villanueva, de 21 años y estudiante de Ingeniería Aeroespacial.

Héctor Vega

Héctor Vega / Jordi Otix

Las opiniones, sin embargo, se dividen al abordar la sobreprotección: no se ponen de acuerdo sobre si se trata de una tendencia generalizada o más bien de algo residual. "En mi entorno es algo anecdótico", asegura Helena. "No siento que forme parte de una generación sobreprotegida. En mi casa somos cuatro hermanos y a mí, que soy la mayor, siempre me han dejado más libertad. En cambio, mis padres están muy encima de mis hermanos menores, de que estudien y entreguen los trabajos. Eso conmigo nunca ocurrió", expone María.

"En el primer trabajo muchos ven que la vida no es tan fácil como te la pintaban en casa"

— Óscar Sánchez-Villanueva

Ambas, no obstante, coinciden en que los chavales menores que ellas acusan más esa sobreprotección. Héctor, en cambio, sí cree formar parte de una hornada con padres demasiado pendientes de todo. "Antes la gente no sobreprotegía tanto a sus hijos", apunta Oscar, quien, a ojo, diría que el 50% de sus compañeros de universidad tienen a su familia excesivamente encima.

Helena Cantabella

Helena Cantabella / Jordi Otix

Poca preparación

¿Y qué consecuencias consideran que tiene ese estar pisando siempre los talones de los hijos? "Muchos jóvenes entran en el mundo laboral y se dan cuenta de que las cosas son más difíciles de lo que se las habían pintado en casa", afirma Oscar, quien matiza que las nuevas generaciones reciben más ayuda para enfrentar la vida adulta. "Mi abuelo me explicaba historias de supervivencia que nada tienen que ver con nuestros problemas". Helena, por su parte, apunta a que, a medida que esta protección va en aumento, también lo hacen las enfermedades mentales y aparecen personas con una "menor capacidad para gestionar las cosas". "Si tú cuidas demasiado a una persona –añade Maria–, cuando la dejas sola en el mundo va a creer que no puede valerse por sí misma".

"Cada generación ha tenido que luchar con lo suyo y ahora creo que se esperan demasiadas cosas de nosotros, cuando la cosa está como está"

— Héctor Vega

Óscar Sánchez-Villanueva

Óscar Sánchez-Villanueva / Jordi Otix

"Generación de cristal"

No es ninguna novedad que las generaciones más veteranas tienden a juzgar de forma negativa a aquellas que les siguen. A propósito de eso: ¿qué piensan ellos del término "generación de cristal"? "Yo creo que exageran bastante, pero también es cierto que antes la gente no sobreprotegía tanto a sus hijos; nuestros abuelos no daban tanta importancia, por ejemplo, a la muerte de un perro. Que no digo que esté mal, ¿eh? Pero ahora se pone más énfasis en cosas que antes no importaban tanto", apunta Oscar.

"Pero si te protegen demasiado, luego tiene menos capacidad para gestionar tus cosas"

— Helena Cantabella

A Héctor, sin embargo, esa etiqueta despectiva sí le "molesta": "Cada generación ha tenido que luchar con lo suyo y ahora creo que se esperan demasiadas cosas de nosotros, cuando la cosa está como está". "Por ejemplo –tercia Maria–, sufrimos la enorme dificultad del acceso a la vivienda. No tiene sentido comparar su época con la nuestra". Para Helena, más que "de cristal", los jóvenes de hoy tienen menos reparos a expresar sus problemas que sus padres o abuelos.

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