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Informe científico

El calentamiento global eleva un 50% el riesgo de transmisión del dengue en todo el planeta

El incremento global de las temperaturas está aumentando la presencia de mosquitos, garrapatas y otros vectores de enfermedades, según advierte el informe 'Lancet Countdown' sobre salud y cambio climático

Del oropouche al zika: el cambio climático propulsa las infecciones por picaduras

Foto de archivo de un mosquito tigre.

Foto de archivo de un mosquito tigre. / JAMES GATHANY / CDC / EP

Valentina Raffio

Valentina Raffio

Barcelona
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Hace apenas unos días, las autoridades sanitarias de Islandia confirmaron la primera detección de un mosquito en sus gélidas tierras. El hallazgo de este insecto en un remoto y helado rincón del planeta, donde hasta ahora jamás se habían registrado mosquitos, se ha convertido en un símbolo de cómo el cambio climático está alterando la distribución de especies y, con ello, el riesgo de transmisión de ciertas enfermedades. Según alerta el último informe 'Lancet Countdown', publicado este miércoles, el calentamiento global ha aumentado un 48,5 % el potencial de transmisión del dengue en todo el mundo respecto al escenario de 1950. También se detectan un aumento del riesgo de enfermedades transmitidas por garrapatas, como la leishmaniosis, y por pulgas, como la fiebre hemorrágica de Crimea y el Congo. Y todo ello, como efecto colateral del caos climático en el que está inmerso el planeta.

El informe, liderado por 128 expertos de 71 instituciones internacionales, afirma que el cambio climático está creando las condiciones idóneas para que los mosquitos y otros vectores de enfermedades se expandan hacia regiones donde antes no podían sobrevivir. Sobre todo porque el aumento de las temperaturas, la humedad y los cambios en los patrones de lluvias están alargando las temporadas de reproducción y ampliando el hábitat de especies como 'Aedes albopictus' y 'Aedes aegypti', los principales transmisores del dengue, el zika o el chikunguña. Según demuestra el análsisi, el cambio climático estaría detrás de al menos 7,6 millones de casos de dengue notificados el año pasado. También se estima que por culpa de este fenómeno, en los últimos 10 años cerca de 364 millones de personas se vieron expuestas al riesgo de contraer enfermedades transmitidas por pulgas y garrapatas.

"Estamos viendo cómo los múltiples impactos del cambio climático en la salud se combinan para desencadenar una cascada de daños que socavan los cimientos sociales y económicos del bienestar humano"

Stella Hartinger

"Estamos viendo cómo los múltiples impactos del cambio climático en la salud se combinan para desencadenar una cascada de daños que socavan los cimientos sociales y económicos del bienestar humano", denuncia la profesora Stella Hartinger, una de las directoras de este informe, en el que, más allá de las enfermedades infecciosas, también se destaca cómo el cambio climático está amplificando otros riesgos sanitarios, desde el calor extremo hasta la contaminación atmosférica. En conjunto, el informe estima que las muertes relacionadas con el calor han aumentado un 63 % desde la década de 1990, alcanzando una media de 546.000 fallecimientos anuales, mientras que la contaminación atmosférica causada por la quema de combustibles fósiles provoca alrededor de 2,5 millones de muertes cada año.

El impacto en España

No hace falta irse muy lejos para ver cómo el cambio climático está provocando estragos. Según destaca el informe, en España la contaminación del aire derivada de la quema de combustibles fósiles provoca más de 22.000 muertes al año, de las cuales al menos un 46% están directamente relacionadas con el uso de gasolina en medios de transporte. El análisis destaca que los extremos del calor durante los veranos españoles han causado cerca de 5.800 muertes prematuras al año desde el año 2012 hasta la actualidad, cuando se están empezando a registrar cifras aún más elevadas como consecuencia de los récords de temperatura registrados. También destaca un aumento de los días con alto riesgo de incendios forestales, un fenómeno que se ha vuelto cada vez más voraz y que, a su vez, desencadena hasta 1.008 muertes prematuras cada año por la polución atmosférica derivada del humo de los grandes fuegos forestales.

"La eliminación rápida de los combustibles fósiles sigue siendo la palanca más poderosa para proteger vidas"

Marina Romanello

A pesar del panorama alarmante que dibujan los datos, el informe también destaca algunas señales de esperanza. Las políticas de abandono progresivo del carbón han permitido evitar unas 160.000 muertes prematuras cada año desde 2010, gracias a la mejora de la calidad del aire y la reducción de partículas contaminantes. La generación de energía renovable sigue registrando niveles de récord. Ya son al menos 834 las ciudades de todo el mundo que han realizado evaluaciones de riesgos climáticos y que están desplegando medidas de adaptación. Y a escala global, se estima que dos tercios de los estudiantes de medicina del mundo están recibiendo formación específica sobre salud y cambio climático. "Ya tenemos las soluciones a nuestro alcance para evitar una catástrofe climática, solo tenemos que acelerar su despliegue", afirma Marina Romanello, directora principal del informe, quien afirma que "la eliminación rápida de los combustibles fósiles sigue siendo la palanca más poderosa para proteger vidas".

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