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Acoso escolar

Manifestación inédita de estudiantes contra el 'bullying' en Barcelona: "A veces los profesores se hacen los ciegos"

Más de 1.500 alumnos, 10.000 según los organizadores, han protestado en el centro de la ciudad

Martí Sosa

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Más de 1.500 estudiantes (10.000 según los organizadores), la mayoría de la ESO y Bachillerato, se han congregado esta mañana en la plaza de la Universitat de Barcelona para protestar contra el acoso escolar y participar en ese gran #MeToo del 'bullying' que se ha iniciado tras el suicidio de la adolescente sevillana Sandra Peña. La movilización –que ha incluido una jornada de huelga y ha sido convocada por el Sindicato de Estudiantes– también se ha llevado a cabo en distintas ciudades del Estado bajo el lema “basta de 'bullying' y basta de discursos de odio”. Los alumnos, que han recorrido las calles del centro de la ciudad, han descendido por Via Laietana y han terminado en la plaza de Sant Jaume. "Ha habido muchos casos, pero este ha sido el gran detonante de que estemos hoy aquí", explica Maria, de 17 años. El consenso es general: "Queremos acabar ya con el acoso".

El pasado 14 de octubre la joven sevillana Sandra Peña, de apenas 14 años, se quitó la vida al llegar a casa tras haber sufrido acoso en el Colegio Irlandesas Loreto. Los padres habían alertado al centro en repetidas ocasiones sobre la situación que vivía su hija e incluso habían presentado un informe psicológico que así lo ratificaba. Según las informaciones que han trascendido, el colegio, por su parte, no activó el protocolo y el desenlace –siempre de origen multifactorial– terminó siendo fatal. “El caso de Sandra no es ni el primero ni el último y se podría haber evitado. No es un caso aislado, sino una realidad que sufren muchísimos jóvenes”, afirma Eider Bustos, miembro del Sindicato de Estudiantes.

Silencio cómplice

Bustos señala como responsables no solo a acosadores y familias, sino también a escuelas e instituciones públicas que contribuyen – mediante su silencio cómplice – a que persista el problema del 'bullying' en los centros. “El sistema del odio educa a los niños a señalar al distinto. Sandra es una muestra más de que el sistema nos abandona”. Para Bustos los estudiantes y las instituciones deben decir “basta” hasta conseguir que “no haya personas que vean la muerte como una vía de escape”.

Según los datos del último informe PISA del 2024, el 6,5% del alumnado sufre acoso con frecuencia, mientras que el 15,8% lo padece al menos varias veces al mes. Esta cifra aumenta hasta el 21% en el caso de los alumnos migrantes.

De hecho, de entre los chavales congregados –algunos explican haber sufrido acoso, otros lo han presenciado sin a menudo saber muy bien qué hacer– ha emergido una suerte de enmienda al papel de los centros y los profesores. "A veces no hacen nada, otras intentan arreglarlo, hablarlo, como si fuera un conflicto más", apunta Maria. Sergi, de 19 años, asegura haber sufrido 'bullying' y admite no haber “notado el apoyo de la escuela”, ni en su caso ni en el de otros de sus compañeros.

Joaquim, de 20 años y también víctima del 'bullying', añade que en su caso los docentes sí se interesaron por él: “Tuve mucha suerte”. Sin embargo, ha visto cómo otros compañeros que sufrían lo mismo “no alzaron la voz por vergüenza”. "A veces los profesores se hacen los ciegos". Por su parte, Gerard – de 17 años– considera que manifestarse es cuestión de “humanidad” y que “debería haberse hecho antes”. "Las instituciones están hechas para educarnos sin distinciones y deben ser un lugar en el que nos sintamos seguros –añade–. Este caso ha sido la gota que ha colmado el vaso".

Datos y supervisión externa

El informe PISA ya señalaba que el 10% de los alumnos se ha quedado alguna vez en casa para evitar sentirse inseguro en la escuela. Ainhoa – de 21 años y que ejerce como monitora – considera que es “muy importante escuchar a los niños”. Para ella el acoso es una realidad que se oculta: “Todo el mundo en las clases sabe quién se ríe de quién. Pero cuesta mucho dar el paso de reconocer aquello que está mal y alzar la voz”.

A su vez, Carmen Cabestany, presidenta de la asociación NACE contra el acoso escolar, ha destacado que los estudiantes salgan a la calle contra el acoso escolar y ha reclamado medidas de prevención e intervención para abordarlo. La activista, que ha cuestionado que el Departament d'Educació no haya implementado un decálogo de 10 medidas planteado por la entidad, y ha advertido de que una o dos acciones no son suficientes para luchar contra el acoso, sino que hay que implementar varias simultáneamente. Entre otras propuestas, Cabestany ha planteado que los protocolos no los implemente el propio centro escolar, sino que tengan supervisión externa, para evitar que puedan "manipularse", y ha reclamado tener datos sobre casos de acoso.

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