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Hallazgo científico

Descubierta una 'supertierra' a menos de 20 años luz "candidata" a albergar vida

Los científicos afirman que se trata de un mundo rocoso, con una masa cuatro veces superior a la nuestra y que completa una órbita a su estrella cada 54 días

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Representación artística del planeta orbitando alrededor de su estrella.

Representación artística del planeta orbitando alrededor de su estrella. / University of California

Valentina Raffio

Valentina Raffio

Barcelona
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Cerca, cerca no está. Pero si lográramos viajar durante 20 años a la velocidad de la luz hacia una región situada entre la constelación de la Osa Mayor y la de Géminis, es posible que nos encontráramos con un planeta muy similar al nuestro que, según desvela un equipo internacional de astrónomos, podría ser candidato a albergar formas de vida y elementos tan esenciales como el agua. Los científicos ya la han definido como una 'supertierra', ya que, por el momento, todo apunta a que se trata de un planeta rocoso, con una masa cuatro veces superior a la nuestra y situada en la zona habitable de su estrella. "Este tipo de planetas son nuestra mejor oportunidad para encontrar vida en otros mundos", explica Suvrath Mahadevan, profesor de Astronomía en la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) y coautor del estudio.

El descubrimiento de este fascinante mundo, anunciado este jueves en la revista 'The Astronomical Journal', ha sido posible gracias a más de 20 años de observaciones astronómicas y al uso de instrumentos diseñados específicamente para detectar planetas potencialmente habitables más allá de nuestro Sistema Solar. Según explican los expertos que han liderado este trabajo, la clave ha sido el uso del Habitable-Zone Planet Finder (HPF), un espectrógrafo de alta precisión instalado en el telescopio Hobby-Eberly del observatorio McDonald (Texas), y que ha sido diseñado para analizar diminutos desplazamientos en la luz de una estrella para detectar, de forma indirecta, la presencia de planetas en su órbita.

El hallazgo ha sido posible gracias al análisis de las variaciones del brillo de una estrella situada a 19,7 años luz de nosotros

Hicieron falta décadas de datos y minuciosos análisis para estudiar el brillo de una estrella enana roja situada a 19,7 años luz de nosotros para confirmar, primero, la presencia de un planeta ya conocido (GJ 251 b) y, después, descubrir un segundo mundo (GJ 251 c) mucho más masivo y mejor situado para albergar formas de vida. Tras esta primera detección, los científicos validaron los datos con otro espectrógrafo de última generación, el NEID, situado en el observatorio Kitt Peak (Arizona). Tras un nuevo análisis de los datos obtenidos confirmaron que, al menos por ahora, todo apunta a que se trata de una 'supertierra' situada en el rango habitable de su estrella.

Un año en solo 54 días

Los primeros análisis apuntan a que este planeta podría ser similar a la Tierra. En primer lugar, porque parece ser un planeta rocoso y con una masa contundente que podría ser hasta cuatro veces superior a la de nuestro planeta, y que completa una órbita cada 54 días. En segundo lugar, porque, según apuntan los modelos, parece que se trata de un mundo rocoso ubicado en la zona habitable, la región alrededor de su estrella donde podrían existir temperaturas adecuadas para mantener agua líquida en su superficie. Y en tercer lugar, porque, aunque aún no se ha podido observar directamente ni confirmar la presencia de atmósfera, los científicos creen que su tamaño, composición probable y proximidad convierten a este planeta "en uno de los mejores candidatos actuales para buscar signos de vida fuera del Sistema Solar".

Los científicos creen que su tamaño, composición probable y proximidad lo convierten "en uno de los mejores candidatos actuales para buscar signos de vida fuera del Sistema Solar"

¿Entonces qué más se necesita para confirmar o desmentir que este planeta reúne las condiciones para albergar vida y, después, intentar averiguar si efectivamente existe algún rastro de vida extraterrestre más allá de nuestro Sistema Solar? Los científicos afirman que, por ahora, todavía no es posible observar directamente este exoplaneta pero que, tras estas observaciones, todo apunta a que este mundo será un objetivo prioritario para los telescopios de próxima generación que comenzarán a operar en la próxima década. Los astrónomos confían que estos instrumentos, que desplegarán antenas de hasta 30 metros, podrían analizar la atmósfera de estos mundos y buscar biofirmas y hasta indicios indirectos de actividad biológica.

"Es un descubrimiento emocionante. Sobre todo porque el planeta está en una posición perfecta para que los telescopios del futuro estudien su atmósfera. Si tiene las condiciones adecuadas, podría albergar agua líquida y, potencialmente, vida", apunta Mahadevan, quien tras la publicación de este hallazgo explica, entusiasmado, que "el descubrimiento de cada nuevo planeta como este nos acerca un poco más a responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?".

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