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Tribunales

Absuelto el guardia urbano acusado de disparar a un sintecho en Barcelona en 2020

La Audiencia exculpa al agente al considerar que la Fundació Arrels no tiene legitimidad para atribuir ningún delito al agente

El fiscal ya solicitaba la absolución por entender que el policía actuó en legítima defensa

Marjan, el sintecho tiroteado por la Urbana, vuelve a vivir en la calle

Marjan, el sintecho tiroteado por la Guardia Urbano, en un banco del paseo Sant Joan, en Barcelona este viernes.

Marjan, el sintecho tiroteado por la Guardia Urbano, en un banco del paseo Sant Joan, en Barcelona este viernes. / Ferran Nadeu

J. G. Albalat

J. G. Albalat

Barcelona
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Marjan hace tiempo que se encuentra en paradero desconocido. Este miércoles, este sintecho tampoco se ha presentado en el juicio que se iba a celebrar en la Audiencia de Barcelona contra el guardia urbano que el 21 de noviembre de 2020 le disparó en el paseo de Sant Joan de la capital catalana. A causa de ello permaneció cuatro meses hospitalizado y casi perdió la vida. Al final, la vista se ha reducido a una cuestión meramente jurídica. El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia ha aceptado la petición de la defensa del policía de expulsar del procedimiento a la Fundació Arrels al entender que no estaba legitimada para ejercer la acusación popular. El motivo: Marjan no la había autorizado "expresamente" para ello.

Al expulsarse a Arrels del caso, que reclamaba para el guardia urbano 10 años de prisión por un delito de tentativa de homicidio o lesiones –con la agravante de aporofobia– y la fiscal solicitar la absolución por legítima defensa (la víctima llevaba un cuchillo), los magistrados se han visto obligados a acordar la absolución del policía ante la falta de acusación formal. El tribunal ha argumentado que no figura en la causa un escrito por el que Marjan "expresamente" delegara la acusación en Arrels. En este sentido, el 11 de diciembre de 2024, los magistrados ya decidieron apartarlo del caso por estar ilocalizable. "No hay autorización expresa para que Arrels ejerza la acusación popular", concluyó el presidente del tribunal, José Carlos Iglesias. En cambio, en 2022, otro tribunal de la Audiencia de Barcelona (Sección Séptima) sí que permitió a Arrels comparecer como acusación popular durante la instrucción.

Aporofobia

Así, finalmente, los magistrados han rechazado la tesis defendida por la fiscal y la abogada de Arrels, Eva Hobeich, según la cual la fundación podía ejercer la acusación popular. La letrada de la entidad mantenía que sí estaban legitimados para acusar al guardia urbano al solicitar la aplicación de la agravante de aporofobia (odio a los pobres), lo que, a su entender, es de "interés general", uno de los preceptos requeridos para ser acusación popular.

En este sentido, la abogada ha anunciado que presentará recurso. "Estamos tristes porque veníamos con la ilusión de poder hacer el juicio", ha asegurado. "Hace mucho tiempo que hablamos de aporofobia, que como agravante está desde hace tiempo en el Código Penal (...) En este caso, no podemos ir a juicio para valorar si la actuación (del agente) fue proporcionada o no, y si la actuación es aporofobia o no", ha precisado. "Personas como la víctima no disponen de teléfonos móviles, ni de casas a las que pueden llegar notificaciones, tampoco tienen un espacio en el que se encuentran seguros y de manera permanente. Es decir, tenemos una interpretación muy restrictiva y contraria a los derechos fundamentales y al derecho de acceso a la justicia", ha cuestionado la letrada.

De paso por Barcelona

Marjan nació hace 47 años en Bosnia, tiene pasaporte húngaro y desde hace años duerme en grandes ciudades europeas. "Alemania quizá era el mejor lugar para la gente sin hogar, porque si reciclas latas y botellas de cristal consigues dinero para comer", explicó a EL PERIÓDICO días después del incidente. A Barcelona llegó en junio de 2020, después de pasar por Suiza, París y otras ciudades del sur de Francia. Los testigos hablaban de él como un hombre tranquilo. Tras el altercado con el guardia urbano, se le imputó por atentado a la autoridad, por lo que el fiscal reclamó para él cuatro años de internamiento en un psiquiátrico. Su juicio no se ha celebrado porque está ilocalizable.

El sintecho recordó en la entrevista con este diario que ese 21 de noviembre de 2020, sobre las seis de la tarde, se encontraba en el paseo de Sant Joan dirigiéndose a la fuente de Tetuán para lavar sus enseres. De repente, vio que se acercaba la policía. "Me di cuenta de que me estaban siguiendo. Me puse muy nervioso, no entendía nada, y empecé a correr. El coche chocó contra la acera y me asusté mucho. Cuando llegué al otro lado de la calle, en el parque infantil, ya no podía más y descansé. El copiloto del vehículo policial abrió la puerta. Estaba solo a tres metros de mí. Oí 'bang bang' y recuerdo derrumbarme y sentir un dolor terrible", sostuvo en aquel momento. Fue trasladado al hospital.

Según el escrito de la fiscalía, Marjan "hizo caso omiso" a las indicaciones del agente, "que tuvo que ir tras él y cuando logró acercársele", el sintecho se dio la vuelta, "observando entonces el agente que llevaba un cuchillo en la mano, cogido a la altura del pecho, con el cual el acusado acometió al funcionario, que tuvo que echarse hacia atrás".

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