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Más grave, más años y más joven: así ha evolucionado la pobreza en España

Un 26% de españoles vive bajo el umbral de la pobreza; son 12,5 millones de personas, básicamente jóvenes y madres

El escudo social del Gobierno ha permitido que las cifras no escalen pero no ha logrado reducirlas

La pobreza infantil sigue escalando en Catalunya: ya afecta al 35% de menores de 16 años

¿Quién es vulnerable y quién no?: estos son los criterios que importan con la pobreza

Canalla que disfruta d’una festa de l’escuma al pati del Casal Infantil la Mina. | FERRAN NADEU

Canalla que disfruta d’una festa de l’escuma al pati del Casal Infantil la Mina. | FERRAN NADEU

Elisenda Colell

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Mientras la riqueza y el empleo no dejan de crecer en España, los datos de pobreza están estancados. Una década después de la crisis financiera, y cinco tras el estallido de la pandemia del coronavirus, las cifras siguen prácticamente inmóviles. Un 26% de españoles vive bajo el umbral de la pobreza -12,5 millones de personas- y un 8% lo hace en condiciones de pobreza severa. España sigue a la cola de Europa en este ámbito e incumpliendo los objetivos marcados por la agenda 2030. Los expertos señalan que la inflación, el precio de la vivienda y la precariedad laboral son las principales causas, dejando como víctimas, principalmente, a jóvenes y a mujeres con hijos. Según los investigadores, el escudo social del Gobierno ha contribuido a que la pobreza no escale, como ya ocurrió tras la crisis financiera, pero está muy lejos de reducirla.

"La pobreza que conocemos hoy es consecuencia de la desigualdad existente", explica Raúl Flores, coordinador de estudios de Cáritas Española y secretario técnico de la fundación Foessa, que cada dos años analiza la realidad de la exclusión social por provincia. España es el quinto país más desigual de Europa, después de Bulgaria, Letonia Lituania e Italia.

España es el segundo país de la UE con la peor cifra de pobreza infantil (34,6%), solo superada por Bulgaria

Según Flores, la realidad de nuestra pobreza responde a tres adjetivos: "Consistente, crónica y joven". Cada vez las familias pobres lo son más, es decir que tienen menos capacidad para cubrir sus necesidades fundamentales como la alimentación, la ropa o la vivienda. Además, están más tiempo bajo el umbral de la pobreza, mínimo tres años. Pero lo que más preocupa a las entidades es que las víctimas de la exclusión social cada vez son más jóvenes, y tiene especial incidencia en los niños.

Hijos y madres, las víctimas

Mientras que la pobreza en adultos se mantiene estable y cae entre las personas mayores, los datos de pobreza infantil siguen subiendo sin freno desde hace tres años. España es el segundo país de la UE con la peor cifra (34,6%), solo superada por Bulgaria. "Los datos son alarmantes a nivel europeo, por eso es importante que nos centremos en la realidad de las familias con hijos, porque estos niños viven en hogares donde la pobreza se transmite por generaciones", explica Ruth Caravantes, responsable de incidencia de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN).

Insiste en que una de las mayores bolsas de pobreza en España son las familias monoparentales, formadas en un 80% por madres solas con hijos. "La mitad de estos hogares están en riesgo de pobreza, por ello se necesitan políticas específicas para este sector", opina Caravantes, que pide también planes específicos contra la exclusión de las mujeres. "Existe la brecha salarial, que, combinada con la labor de cuidados, las arrastra hacia la pobreza", destaca la investigadora.

El pago del alquiler o la hipoteca deja a las familias sin dinero el segundo día de cada mes

Unas cifras que tienen consecuencias a muy largo plazo. "La pobreza infantil marca de por vida: condiciona la salud, la educación e incluso los sueños de futuro de los niños. Romper este círculo requiere de un compromiso sostenido que ofrezca el acompañamiento y las oportunidades que necesitan las personas en situaciones de vulnerabilidad", explica Marc Simón, subdirector general de Social de la Fundación 'La Caixa'.

Flores pide un análisis autocrítico. "Hace 40 años que ningún gobierno ha alcanzado políticas de protección a la infancia. Los países de nuestro entorno han reducido las desigualdades invirtiendo en infancia de manera estable, por eso necesitamos un pacto de Estado, que veamos igual de importantes las pensiones de los mayores que las ayudas a las familias para garantizar el desarrollo de los niños", señala Flores.

El efecto de la inflación

Según los expertos, las tres grandes causas de la exclusión social hoy son la inflación, el precio de la vivienda y el mercado laboral. "Aunque el empleo ha mejorado, y los salarios se han incrementado, las familias se ven obligadas a gastar más para sus necesidades básicas desde el 2020, con la escalada de precios que aún no se ha moderado. Especialmente lo vemos con la vivienda: ha dejado de ser un gasto más a ser el gasto que el segundo día del mes deja a las familias sin dinero", opina Flores. "La vivienda es hoy el principal factor creador de pobreza", añade Caravantes.

Además, el empleo ha dejado de garantizar la estabilidad económica. "Hace 30 años, tener empleo marcaba la diferencia. Ahora ya no", sostiene Flores. El 11,7% de las personas que viven bajo el umbral de la pobreza son asalariados.

El 11,7% de las personas que viven bajo el umbral de la pobreza tienen empleo

En este sentido, se hace evidente que las políticas públicas siguen sin poder abordar esta realidad. El Ingreso Mínimo Vital (IMV), la prestación social diseñada durante la pandemia del covid, tan solo llega a 2,3 millones de beneficiarios, cuando hay 12,5 millones de españoles viviendo bajo la pobreza; 3,9, en la pobreza severa.

Los que sí la perciben, tampoco logran salir de esta situación, ya que la cuantía de las ayudas les mantiene bajo el umbral de la pobreza. En Catalunya, por ejemplo, el umbral de la pobreza para una persona sola se sitúa por debajo de los 1.100 euros al mes, pero la prestación social que podrá percibir esa persona no superará los 778 euros mensuales. Flores destaca que algunas comunidades, en vez de complementar el IMV mejorando las prestaciones autonómicas, las han hecho desaparecer, cosa que tampoco ayuda a llegar a más beneficiarios.

El escudo social y los incumplimientos

"Las medidas del escudo social han hecho que la pobreza no aumente, como sí que ocurrió con la crisis financiera. Pero no son suficientes porque no logramos reducir las cifras", resume Caravantes, que recuerda que España lleva años incumpliendo los objetivos de la agenda del desarrollo para 2030 en relación con la lucha contra la pobreza. "Se han comprometido a ello diferentes gobiernos, pero seguimos muy lejos", indica.

Según Flores, no basta con mejorar las prestaciones sociales. "Hay que incrementar los salarios más bajos y generar un acceso a la vivienda asequible", indica. Caravantes también pide mejoras en ámbito educativo y sanitario.

Aunque más de la mitad de los hogares en situación de pobreza son familias de nacionalidad española y formadas por dos progenitores con dos hijos menores, hay colectivos que están más en riesgo que otros de entrar en este colectivo. Uno son las familias monoparentales; otro, las personas migrantes. Tienen el triple de posibilidades de vivir bajo el umbral de la pobreza que los nacionales; el cuádruple en el caso de la pobreza severa. "Afrontan muchas más trabas para acceder a los derechos sociales, especialmente a políticas de base como son el Ingreso Mínimo o las rentas autonómicas", señala Caravantes. Flores también recuerda que la ley de extranjería contempla el derecho de los migrantes a acceder a servicios y prestaciones sociales básicas. "Se está incumpliendo o no se está teniendo en cuenta en muchos esquemas de protección", remacha.