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Historias importantes

El pan artesano que hornea un nuevo futuro para Djogo

Para combatir la pobreza y la exclusión social son necesarias las iniciativas que favorecen la inserción laboral y que involucran a entidades sociales y a empresas como la panadería Panic.

El programa Incorpora de la Fundación "la Caixa" ha permitido encontrar trabajo a este joven de 22 años, natural de Guinea, y a más de 42.000 personas más de colectivos en riesgo de pobreza y exclusión social.

Djogo Barri, en el obrador de Panic en Madrid

Djogo Barri, en el obrador de Panic en Madrid / Gonzalo Cases / Fundación "la Caixa"

Pau Lizana Manuel

Pau Lizana Manuel

Barcelona
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Djogo Barri llega puntual al obrador de la panadería Panic. Ya hace dos años que el turno de este joven de 22 años comienza a las cuatro de la madrugada. Se encarga de identificar y etiquetar los diferentes tipos de pan artesano que produce el obrador y prepararlos para su reparto a restaurantes de toda Madrid. "Tengo que estar concentrado y pendiente de que cada envío llegue a su destino", explica el joven. Pese a las exigencias de su cargo, tanto por horario como por la necesidad de concentración que requiere, a Djogo le gusta su trabajo. Y es que su puesto le ha permitido encontrar un camino hacia una mayor autonomía y estabilidad. Su historia es una de las más de 42.000 que el programa Incorpora de la Fundación "la Caixa" ha facilitado el último año.

Se trata de una iniciativa que desde 2006 establece alianzas entre empresas y entidades sociales para ofrecer oportunidades laborales a colectivos con dificultades para acceder a un empleo como personas con discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión o mujeres víctimas de violencia de género.

En el caso de Djogo, que dejó su Guinea-Conakri natal cuando estudiaba secundaria, fue la Fundación San Juan del Castillo Pueblos Unidos la que le asesoró hasta dar con el trabajo en el obrador. El joven reconoce que no sabía "prácticamente nada" sobre logística o sobre cómo organizar el reparto del pan recién horneado. De hecho, ya instalado en España, el joven se formó en electricidad básica.

Una formación esencial

Es por eso que, como parte de su itinerario de inserción, se le programó un curso en el que el coordinador del obrador, Gean Carlos Sallas, le enseñó todos los pormenores de la faena. "Cada día le enviaba a casa con deberes, simulaciones de entregas que debía resolver", explica Gean, que asegura que Djogo es hoy "uno de los mejores repartidores que hemos tenido". El joven aprecia enormemente este esfuerzo formativo, ya que los primeros días llegaba al trabajo con algo de miedo. "Me fueron enseñando poco a poco y me fui acostumbrando, todo ha sido gracias a su ayuda", explica.

Djogo Barri,  en l'obrador de Panic a Madrid

Djogo Barri, en el obrador de Panic en Madrid / Gonzalo Cases / Fundación "la Caixa"

Esta formación no hubiera sido posible sin la labor de las técnicas de la Fundación San Juan del Castillo. "Me dieron todo su apoyo, me enseñaron a preparar un currículum y a enfrentar una entrevista", rememora Djogo. Candela Cortina, técnica de orientación sociolaboral de la entidad, subraya la importancia de esos preparativos: "Trabajamos para que él mismo supiese identificar su potencial y qué es lo que puede aportar en un trabajo", detalla.

El programa Incorpora de la Fundación "la Caixa" colabora con 1.032 técnicos como Cortina, que trabajan para 413 entidades sociales distintas que diseñan itinerarios de inserción personalizados para cada caso. Formaciones como la que ofrecieron a Djogo son uno de los principales recursos que ofrecen. En el último año, se han impartido más de 300 cursos en los que participaron más de 5.000 personas, de las cuales cerca del 60% acabó accediendo a un empleo.

El papel clave de las empresas

Estos datos no serían posibles sin la implicación de miles de empresas. En total, más de 16.000 compañías han colaborado con el proyecto en el último año y han posibilitado más de 42.000 inserciones laborales.

En el caso de Panic, la empresa que ha dado un trabajo a Djogo, la colaboración con la Fundación San Juan del Castillo se remonta a 2015, y Gean la valora muy positivamente. Las técnicas "se involucran para que todo salga perfecto y están pendientes a lo largo de todo del proceso", detalla. Además, Gean asegura que dieron en el clavo con Djogo. "Ha aportado constancia en este puesto. Antes teníamos muchos problemas con los repartidores, pero él llega siempre puntual y hace su trabajo muy bien", explica.

Djobo Barri, junto a uno de sus compañeros en el obrador de Panic en Madrid

Djogo Barri, junto a uno de sus compañeros en el obrador de Panic en Madrid / Gonzalo Cases / Fundación "la Caixa"

La labor del programa Incorpora también fomenta la construcción de comunidades diversas e inclusivas. Ejemplo de ello es Panic, donde coinciden empleados de varias nacionalidades. Para Djogo, este ambiente le da un valor añadido a su jornada: "Además de trabajar juntos, somos muy buenos compañeros, estamos muy unidos", describe.

Para Natalia Padrón, técnica de prospección y colaboración con empresas de la Fundación San Juan del Castillo, esta diversidad en las plantillas es "una fuente de enriquecimiento, porque las personas de origen extranjero aportan los conocimientos adquiridos en el país de acogida y en el de origen".

Sea como fuere, ahora Djogo disfruta cada día de su tiempo libre sin las preocupaciones que tuvo en el pasado. "Trato de no enfocarme demasiado en el futuro, sino estar centrado en el presente", dice. "No sé qué pasará mañana, pero ahora estoy aquí y estoy bien. Soy feliz", concluye.