Regiones montañosas
Catalunya se inspira en Laponia y los Alpes para adaptar los Pirineos al cambio climático
El Govern participa en un proyecto europeo que busca soluciones económicas y ambientales para que las montañas sigan siendo habitables y productivas en un escenario de aumento de las temperaturas
Catalunya diseña una estrategia para garantizar empleo, vivienda y servicios en los Pirineos y frenar la despoblación
El Pirineo catalán recupera la propuesta de liberar ejemplares de lince boreal

Renos en el norte de Finlandia. / El Periódico

En las comarcas de montaña de Catalunya no hay renos pastando sobre la tundra ni se pueden ver auroras boreales. Sin embargo, los Pirineos comparten con Laponia, los Alpes suizos y otras regiones un mismo desafío: cómo adaptarse al cambio climático sin perder la identidad, el potencial ambiental ni la viabilidad económica.
El proyecto europeo MountResilience, que reúne seis zonas piloto y cuatro regiones replicantes, busca precisamente resolver esta compleja ecuación. Catalunya —junto con el Friul-Venecia Julia (Italia), Primorje-Gorski Kotar (Croacia) y la Región Sudcarpática (Rumanía)— forma parte de los territorios que observan y aprenden de lo que se está ensayando en otras zonas para luego aplicarlo sobre el terreno.

La zona del norte de Finlandia que forma parte del proyecto. / El Periódico
Durante los próximos meses, la dirección general de Polítiques de Muntanya de la Generalitat tendrá que abordar un plan de medidas para los Pirineos. Como en Laponia, los Alpes y los Cárpatos, el objetivo final es asegurar que las montañas sigan siendo habitables, productivas y vivas en un escenario cada vez más cálido. El próximo reto es decidir cuáles de las experiencias analizadas sirven para desarrollar acciones que aseguren unos Pirineos adaptados al cambio climático: "El plan no es copiarlo todo, sino tomar elementos concretos de proyectos diferentes y relacionarlos con las prioridades catalanas".
De hecho, el Govern aprovechará las iniciativas que hayan funcionado para desarrollarlas en los Pirineos. "De momento, nos dedicamos a hacer preguntas y a recoger información que más adelante se convertirá en un plan de implementación que deberá aplicar la Generalitat", detalla Bernat Claramunt, investigador del CREAF que lidera la vertiente catalana del proyecto.
Laponia (Finlandia)
En el extremo norte de Europa, la subida de las temperaturas está transformando el paisaje. "La línea del bosque avanza hacia el norte y los renos, que necesitan tundra, pierden su hábitat", explica Claramunt. Los pastores sami, que gestionan rebaños semisalvajes, ven cómo su modo de vida tradicional se complica. Ante esta situación, los municipios lapones han optado por un modelo que se centra en el turismo como principal dinamizador económico.
"En su caso, la presencia de turistas, atraídos por los impresionantes parajes árticos, se ha convertido en la fórmula que ayuda a mantener vivas las prácticas primarias tradicionales", comenta el científico. Pero esta estrategia tiene un riesgo: "La cultura local se puede acabar convirtiendo en un decorado". Para Claramunt, las montañas catalanas no deben seguir esta estrategia pero sí pueden aprender del proceso: "Los planes se han elaborado con la participación de todos los colectivos locales y entre ellos deciden cómo planificar el turismo y estudian cómo mantener un equilibrio que no ponga en riesgo a los ecosistemas".

Dos renos salvajes, en Finlandia. / El Periódico
Tirol (Austria)
En la región de Innsbruck, el cambio climático amenaza directamente al modelo económico de las estaciones de esquí. De las más de 500 que existían, apenas un centenar siguen activas. Las más pequeñas, situadas a menor altitud y sin cañones de nieve, han desaparecido. "Ahora, la zona trabaja para realizar una transición y ofrecer actividades de montaña más diversas que no dependan solo de la nieve", dice Claramunt.
Pese a que ninguna oferta turística puede sustituir económicamente lo que aporta la presencia de la nieve, el territorio tirolés estudia cómo hacer esta reconversión. "Catalunya, en este aspecto, tiene mucho que aprovechar", considera el experto. De hecho, las estaciones de esquí de los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) ya llevan años ofreciendo otros deportes al aire libre y experiencias culturales.
Sobre las estaciones de esquí, Claramunt pone sobre la mesa la idea de "cuantificar el capital natural", que surgió a partir del interés de empresas que poseían zonas naturales: "Cada vez más instalaciones reclaman mejorar la calidad del entorno y este concepto puede ayudarlas a ello".
Valais (Suiza)
La prueba piloto que se ejecuta en Suiza se centra en la gestión y el control del agua. Con herramientas digitales que monitorizan en tiempo real la calidad y la cantidad de los recursos hídricos, buscan garantizar el equilibrio entre usos agrícolas, urbanos y ambientales. "En un contexto de sequías cada vez más recurrente, este enfoque puede resultar interesante para los Pirineos catalanes", sugiere Claramunt.
Piamonte (Italia)
En el Piamonte, el agua que baja de las montañas riega los arrozales y frutales del valle, como sucede en Lleida con los regadíos del canal de Urgell, por ejemplo. La región está testando un sistema de gestión para coordinar el uso de los recursos hídricos entre territorios de montaña y llanura. También se estudian "compensaciones económicas" por el agua utilizada en los valles. Es decir, que los pueblos de montaña por los que el agua tan solo fluye pero no riega cultivos puedan recibir beneficios económicos o contrapartidas fiscales. "Es un campo para explorar que sin duda puede inspirar a Catalunya", defiende Claramunt.

Una carretera de montaña en Rumanía. / LORENZO CASTAGNONE
Gabrovo (Bulgaria)
En Bulgaria, una parte del proyecto se centra en urbanismo verde. Pero también se está desarrollando un sistema de alertas primerizas para prevenir inundaciones y otros fenómenos extremos: "Seguro que algunos aspectos de este modelo pueden ser útiles para zonas como el Pallars, donde los valles son cerrados y el riesgo de lluvias torrenciales puede tener consecuencias serias".
Râu Sadului (Rumanía)
En los Cárpatos rumanos, el cambio climático y el abandono rural han reducido los pastos de alta montaña. Allí, el proyecto MountResilience impulsa su recuperación y gestión sostenible, tanto para la ganadería tradicional como para preservar la biodiversidad.
Mezcla final
La propuesta final deberá tomar elementos concretos aprovechables de cada zona. En los próximos meses, el equipo de Polítiques de Muntanya deberá analizar qué proyectos y metodologías de las regiones europeas pueden encajar con la realidad del Prepirineo y los Pirineos catalanes. «Lo que miraremos es qué cosas podemos combinar y adaptar con lo que ya prevé la Estratègia Pirineu», explica Claramunt.
Para poder llevarlas a cabo, será necesario asegurar la financiación. «Habrá que buscar fondos económicos y europeos que permitan poner en marcha las propuestas», añade Claramunt, que recuerda que muchas de las medidas solo podrán activarse cuando exista un presupuesto estable.
Suscríbete para seguir leyendo
- Protección Civil urge a los catalanes a tener un kit de emergencias en casa para sobrevivir 72 horas
- Un juzgado concede una incapacidad para trabajar a una mujer de 80 años con enfermedad renal crónica
- Ojo con los detergentes de lavavajillas: los pediatras alertan de su relación con la salud intestinal y el aumento de alergias en niños
- Un profesor de instituto en Catalunya cobra 2.713 euros brutos, 521 euros menos que en el País Vasco
- En el pueblo manchego que se niega a cambiar su nombre franquista: 'Aquí a la gente le dio trabajo y casa
- Varias comarcas catalanas bajo aviso meteorológico ante la previsión de lluvias intensas para la próxima madrugada
- Un nuevo control de camiones en la AP-7 acaba con 33 denuncias, la mayoría por exceso de velocidad
- Catalunya ya no bebe agua residual tratada y restringe su uso a la agricultura y el caudal ecológico