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Religión

Diversidad y secularización: la nueva religiosidad de la juventud catalana

Pese a que cada vez haya menos personas que se identifiquen con alguna religión, quienes lo hacen practican con una intensidad alta

Alrededor del 35% de los jóvenes catalanes se identifican con el catolicismo, el 10% con el islam y el 6% con el cristianismo evangélico

Solo el 41% de los jóvenes catalanes se declara creyente, frente al 63% de los mayores

Examénes de la selectividad en la UAB.

Examénes de la selectividad en la UAB. / Danny Caminal

Víctor Albert-Blanco* y Roger Martínez*

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¿Cuál es el peso del proceso de secularización en Catalunya y España durante las últimas décadas? El titular es el que todos intuimos: que cada vez hay más personas que se declaran ateas o agnósticas y menos que se identifican con la religión católica. El subtítulo, al mismo tiempo, es que esto no ha implicado la desaparición de la religión del ámbito público. En primer lugar, porque persisten formas de identificación con el catolicismo entendidas como culturales, algunas de ellas entrelazadas con expresiones de carácter nacionalista, así como múltiples elementos simbólicos presentes en el calendario o en el paisaje urbano. Y en segundo lugar, porque las migraciones y movilidades internacionales han tenido un efecto importante sobre las creencias religiosas de la población.

Si estas transformaciones afectan al conjunto de la sociedad, se manifiestan de manera más acentuada entre la población juvenil. Lo hemos constatado en el estudio 'La religiosidad de la juventud catalana', recién publicado por la Generalitat: la generación de quienes hoy tienen entre 15 y 34 años es la más secularizada de todas las que se tienen datos. Así, la población que dice no tener creencias religiosas pasa del 14,3% entre los mayores de 65 años al 38,9% entre la población más joven, la que tiene entre 16 y 24 años. La no creencia y las identificaciones asociadas a ella (agnosticismo y ateísmo) representan hoy la opción mayoritaria entre los y las jóvenes catalanes.

La no creencia y las identificaciones asociadas a ella (agnosticismo y ateísmo) representan la opción mayoritaria entre los y las jóvenes catalanes

Ahora bien, si la secularización parece inapelable, los datos apuntan a una complejización de este fenómeno y a una fotografía más matizada. El mayor impulso de la secularización no se produce entre la actual generación de jóvenes y sus progenitores, sino entre estos últimos y la generación precedente. Por otro lado, la práctica religiosa, medida a partir de la asistencia declarada a actos de culto, presenta una relativa estabilidad. Contrariamente a ciertas ideas preconcebidas, entre los segmentos más jóvenes de la población la práctica religiosa es superior a la media. Es decir, aunque cada vez haya menos personas que se identifiquen con alguna religión, quienes lo hacen practican con una intensidad relativamente alta.

Islam y evangelismo

Entre las personas jóvenes, estos niveles de práctica se explican, en gran parte, por el impulso de dos religiones que se han desarrollado en Catalunya durante las últimas décadas: el islam (con el que se identifica el 10% de los más jóvenes) y el cristianismo evangélico (el 6%). Aunque estas religiones no son una novedad en el patrimonio cultural y simbólico del país, su presencia contemporánea no puede entenderse sin las migraciones internacionales.

Las migraciones explican buena parte del freno en la secularización, también por la mayor proporción de católicos entre la población latinoamericana

Las migraciones explican buena parte tanto del freno en la secularización —también por la mayor proporción de católicos entre la población latinoamericana— como de la estabilidad en la práctica, ya que esta es más acentuada entre la población joven musulmana y protestante o evangélica (los primeros representan algo más de la mitad de los y las jóvenes que se declaran practicantes).

Estos datos muestran, pues, una complejización y una notable diversificación del paisaje religioso de Cataluña, especialmente entre las personas más jóvenes. Lejos del espantajo del "gran reemplazo" esgrimido por la extrema derecha y sus altavoces, los datos empíricos dibujan una sociedad diversa en la que las formas mayoritarias de “no creencia” coexisten con expresiones religiosas pertenecientes a diferentes confesiones. Además, si el catolicismo parece estar perdiendo el monopolio exclusivo del paisaje religioso, eso no significa que esté desapareciendo: segmentos importantes de la población juvenil, alrededor del 35 %, siguen identificándose con él.

Los grupos más jóvenes son los que se muestran más tolerantes hacia las diferentes expresiones religiosas

Finalmente, también conviene destacar que esta diversidad tiene efectos sobre las actitudes y opiniones de la población juvenil. En este sentido, los grupos más jóvenes son los que se muestran más tolerantes hacia las diferentes expresiones religiosas. Así, si las ideas reaccionarias y de extrema derecha están penetrando entre los (y no tanto entre las) jóvenes, parece que no lo hacen en detrimento de una relativa aceptación de la pluralidad religiosa. Una socialización en contextos más diversos, junto con la extensión de la escolarización o un mayor contacto con personas de otros países y culturas, podría explicar esta predisposición hacia la diversidad.

*Víctor Albert-Blanco. Investigador posdoctoral del grupo Investigaciones en Sociología de la Religión (ISOR) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). X: @victor_ab

*Roger Martínez. Profesor de sociología y miembro del grupo de investigación IDENTICAT de la Universitat Oberta de Catalunya.

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