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Declive de estrógenos

De la tradición al laboratorio: las plantas chinas transforman la cosmética y el bienestar oncológico

Jerónimo Ors aplica la ciencia milenaria oriental para redefinir el cuidado de la piel y acompañar las terapias contra el cáncer

Jerónimo Ors.

Jerónimo Ors.

Natalia Vaquero

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Madrid
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En un laboratorio de Zaragoza donde la farmacología moderna se encuentra con la sabiduría ancestral, el farmacéutico y formulador Jerónimo Ors, director general de la mítica marca Paquita Ors, lidera una investigación pionera que promete cambiar las reglas del juego en el cuidado de la piel y el cabello. Su secreto no reside en un compuesto sintético, sino en el poder oculto de plantas milenarias de la medicina tradicional china, ricas en fitoestrógenos, para rejuvenecer la piel y ofrecer un alivio crucial a pacientes oncológicos.

La respuesta a la caída hormonal

Para entender la trascendencia de su trabajo, hay que partir del declive de los estrógenos. Durante la menopausia, su producción cae en picado, provocando que la piel pierda colágeno y el cabello se debilite. "La piel y el folículo piloso están repletos de receptores de estrógenos. Cuando la llave (el estrógeno) deja de llegar, la cerradura se oxida", explica Jerónimo Ors. "Mi pregunta fue: ¿podemos darle a la piel ese estímulo de forma local, segura y eficaz?".

La respuesta la encontró en plantas como la Pueraria mirifica y la Pueraria lobata (Kudzu), utilizadas durante siglos en Asia. Estas contienen fitoestrógenos, compuestos vegetales con una estructura molecular similar al estradiol humano, lo que les permite "encajar" en los receptores de la piel y activarlos de forma suave y localizada. "No es magia, es ciencia molecular", afirma Ors. "Lo fascinante es que lo hacen sin los riesgos sistémicos de una hormona sintética". El resultado son cremas y lociones que devuelven la densidad, turgencia e hidratación perdidas.

Un soporte crucial en oncología

Quizás la aplicación más revolucionaria y humana de su trabajo se encuentra en el cuidado oncológico. Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia provocan efectos secundarios devastadores como radiodermatitis (quemaduras severas), sequedad extrema y alopecia. Además, muchas terapias hormonales inducen una especie de "menopausia química" que agrava el deterioro.

Aquí es donde las formulaciones de Ors marcan la diferencia. Es crucial subrayar que no se trata de tratamientos contra el cáncer, sino de un soporte cosmético para mejorar la calidad de vida. "La piel de un paciente oncológico es un campo de batalla", detalla Ors. Sus fórmulas ayudan a mitigar estos efectos, calmando la inflamación y regenerando la barrera cutánea. Este soporte no es solo físico, sino también emocional, al ayudar a los pacientes a mantener una imagen con la que se sientan más cómodos en el momento más duro de sus vidas.

El futuro: fusión de naturaleza y farmacia

El trabajo de Jerónimo Ors representa la vanguardia de una nueva cosmética: una que trasciende la superficialidad para convertirse en una herramienta de salud y bienestar. Es la prueba de que la sabiduría ancestral, cuando es validada con el rigor de la ciencia farmacéutica moderna, tiene un potencial inmenso. Su investigación abre una vía para tratar el envejecimiento de forma más biológica y segura, al tiempo que tiende un puente de esperanza y alivio para quienes luchan contra el cáncer, demostrando que cuidar la piel es, en muchos sentidos, cuidar la vida.