Redes sociales

¿Qué es el 'hate watching'? El fenómeno que cada vez preocupa más a los creadores de contenido e influencers

Entre creadores de contenido e influencers cada vez hay más preocupación por este fenómeno que se está extendiendo por las redes sociales

Una persona borra aplicaciones de redes sociales de su iPhone.

Una persona borra aplicaciones de redes sociales de su iPhone. / AFP

Lola Gutiérrez / EFE

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Entre creadores de contenido e influencers cada vez hay más preocupación por un fenómeno que se está extendiendo por las redes sociales, el 'hate watching'. Este fenómeno consiste en crear comunidades que básicamente se dedican a criticar a un personaje o un 'influencer' por lo que hace en esas mismas redes. Es decir, consumir un contenido que no te gusta no por disfrute sino para criticarlo o burlarse de él.

La profesora de la Universidad Internacional de La Rioja Arantxa Vizcaíno, que ha realizado una investigación sobre este fenómeno en la que ha entrevistado a personas que tienen millones de seguidores en las redes, explica a EFE que esto ya ocurría hace décadas. Ya existían comunidades de personas que se dedicaban solo a criticar series de televisión o programas que "supuestamente no veían", de ahí le nombre de 'hate watching' una expresión ingresa que une las palabras odio y visionado.

Gente unida por el odio

Ahora "se ha trasladado a las redes sociales" y "aunque lo más fácil es no seguir a alguien que no te genera ideas positivas, la realidad es que hay comunidades enteras de gente unida por el odio a un perfil, a una marca, a un personaje, solo para criticarlo" algo que "tiene un punto absurdo", admite.

Pero en realidad no es algo tan desconocido porque "la base del ciberacoso" es la misma, el que "el anonimato que hay detrás de una pantalla te permite criticar y ser hiriente sin que haya consecuencias" y "por eso las plataformas se lo han tomado en serio y trabajan para filtrar los contenidos negativos".

La realidad, asume, es que a pesar de esos intentos es difícil frenar a los 'haters' y eso llega a tener consecuencias negativas en lo psicológico para quienes están expuestos a las redes.

Su estudio analizó durante meses cómo gestionan los influencers "ese odio multiplataforma" y cómo lo sufren.

Diferencias entre redes

Entre otras conclusiones comprobaron que no todas las redes sociales son iguales y mientras que las de mensajes cortos (X) o vídeos (Youtube) dan más cabida a mensajes de odio, en otras como TikTok las críticas son más infantiles y en Instagram se producen de una forma más madura.

Ante esta situación los personajes aludidos responden en la mayoría de los casos con humor "pero también es cierto que en ocasiones muestran cierto grado de preocupación" por la presión a la que se ven sometidos, en muchos casos por fans que en un momento dado han pasado a ser "odiadores".

Un ejemplo es el de muchos creadores de contenido que dejan las redes unos días, por vacaciones "y empiezan a recibir mensajes de presión, de sus propios seguidores, porque no soportan que no suban contenido todos los días".

"Los creadores con los que trabajamos admitieron que son conscientes de que tienen una responsabilidad con su comunidad, pero también se ven agobiados porque entre sus seguidores hay quien no sabe separar el personaje de la persona real" y "advierten a todo el que entre en ese mundo de que se va a encontrar esa situación y va a tener que gestionar mensajes de odio".

"Es curioso, pero quien no tendrá que hacer eso son los 'influencers' creados por inteligencia artificial", explica Vizcaíno, que reconoce que "con una pantalla delante, de la crítica a la agresividad y la violencia hay un paso pequeño" y por eso pide "más educación para la ciberciudadanía, que es lo que somos ya".

Los creadores de contenido "tienen estrategias para tratar de lidiar con esta situación, entre ellas no leer los comentarios" y "las plataformas trabajan para lograr cada vez mejores filtros" pero "o mejoramos la educación de todos o estas cuestiones pueden tener consecuencias dramáticas", concluye la profesora de UNIR.