Tragedia en Lleida

En la zona cero del incendio de Torrefeta: "Vi un tractor cosechando que estaba rodeado de humo"

Ramón Ros es uno de los que testimonios que presenció el inicio del fuego que se ha cobrado dos vidas y ha arrasado 5.500 hectáreas

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Incendio de Torrefeta a las 17.30 de ayer. El inicio del fuego

Ramon Ros

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Torrefeta i Florejacs
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Son muy pocos pasos los que separan un memorial de Jaume II d'Urgell, frente a una masía y una granja dispersa de Granollers de Segarra, municipio de Torrefeta i Florejacs, del campo donde empezó el incendio de la Segarra que ya ha quemado 5.500 hectáreas. "No eran aún las cinco de la tarde que lo vi, un tractor cosechando que estaba rodeado de humo", explica Ramón Ros, un trabajador de la zona que también estaba cosechando los campos de trigo a pocos metros del lugar. La casa y la granja vecinas están este miércoles completamente desiertas. Solo hay árboles carbonizados y campos que han cambiado el dorado de los cereales por el negro carbón.

Ros explica a EL PERIÓDICO que fue uno de los primeros que alertó a los bomberos del fuego. "Llamamos desesperados, soplaba un viento fortísimo y en cuestión de segundos se nos tiró encima". También alerto al hombre que conducía la cosechadora de que habría causado el incencio. Todos los que estaban en la zona se juntaron para asistir conmocionados al espectáculo del fuego arrasando los pastos. "Era muy bestia, el cielo se volvió negro, el fuego se veía imparable.... Yo me veía quemado, daba mucho miedo", cuenta Ros.

"Era muy bestia, el cielo se volvió negro, el fuego se veía imparable.... Yo me veía quemado, daba mucho miedo"

Ramón Ros

Los vídeos que grabó desde el lugar donde empezó el fuego no dejan lugar a duda. "Nosotros tratamos de mover todos los animales y las máquinas lejos y cuando llegarons los bomberos les ayudamos con mangueras como pudimos a extinguir el fuego". A las siete de la tarde los bomberos les obligaron a irse a sus casas, por seguridad. Pero los agricultors han vuelto al campo este miércoles. "Quería ver cómo había quedado".

"Llamé a mi marido para despedirme, llegué a pensar que no regresaría a casa, que moriría en la granja"

Dita García

— Encargada de una granja

Cerca de la masía donde empezó todo aún hay árboles y pasto humeante. El riesgo de incendio persiste y los bomberos siguen remojando la zona. Vecina a la zona cero se encuentra una macrogranja de cerdos donde trabaja Dita García, aún hoy en shock. "Pasé mucho miedo y mucha impotencia", explica la encargada de la granja. Ella, que entra a trabajar pasadas las cuatro de la tarde, se percató del fuego a las cinco. "Llamé a mi jefe y me dijo que siguiera trabajando, que no me preocupara, que estaba todo controlado". Media hora más tarde, el humo ya la rodeaba. La respuesta fue la misma. "Y luego ya me vi sola rodeada por el humo y el fuego", explica la mujer.

Dita Garcia, trabajadora de una granja que fue testigo del inicio del incendio de Torrefeta.

Dita Garcia, trabajadora de una granja que fue testigo del inicio del incendio de Torrefeta. / Zowy Voeten

"Estaba acojonada, nos quedamos rodeados". Empezó a abrir los compartimentos de los animales para que pudieran resistir al calor. "Era tanto el humo que no veías los animales, no veía nada. Solo recuerdo ir de un lado a otro sin parar de toser". El miedo y la impotencia de la mujer fueron tales, que en un momento dado pensó que moriría dentro de la granja. "Llamé a mi marido para despedirme, llegué a pensar que no regresaría a casa". Al fin lo logró. Pero no fue hasta las 21.30h de la noche que los bomberos vieron seguro que pudiera regresar a su domicilio en Cabanabona.

Esta tarde, de nuevo en la granja, el panorama era desolador. "Yo pensaba que sólo había afectado los alrededores de la granja, pero hoy me he dado cuenta que esto ha sido muy gordo, que el fuego ha atravesado la carretera", decía aún impresionada. En su granja no han perdido ni un solo animal. Pero, según García, lo más importante ha sido poder estar aquí para contarlo. También Ros, que temió quedarse atrapado entre las llamas. "No le deseo a nadie vivir algo así".

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