Habla un exalumno y profesor
Abusos en la UB: "El caso de Ramón Flecha es el más grave en una universidad, podría haber más de 40 víctimas"
Àlex Caramé, doctor en la facultad de Educació de la Universitat de Barcelona, retrata el presunto calvario que el catedrático ahora señalado hizo pasar a muchos alumnos y alumnas
14 universitarias acusan a un catedrático de la UB de abuso sexual
¿Quién es Ramón Flecha, el catedrático de la UB acusado de abuso sexual por 14 universitarias?

Aula de la Universitat de Barcelona (UB). / Manu Mitru


Olga Pereda
Olga PeredaPeriodista
Especialista en Educación de El Periódico. A los mandos de la sección 'Mamás y Papás' y del Club de Educación y Crianza. Te mando cada viernes una newsletter con contenidos clave para afrontar la maternidad y la paternidad. Escribo en la sección de Sociedad y tengo alergia a la pseudociencia.
“No es sencillo el paso que han dado 14 mujeres al acusar al catedrático Ramón Flecha. Tienen mucha carga a sus espaldas y han sufrido un machaque enorme durante muchos años. Estamos delante de algo muy espinoso. Presuntamente, es el caso más grave de abuso de poder y abuso sexual en una universidad”. Con estas palabras, el profesor Álex Caramé, doctor en la Facultat d'Educació de la Universitat de Barcelona (UB), retrata a EL PERIÓDICO el calvario que presuntamente Flecha hizo pasar a muchas alumnas y alumnos, él incluido, mientras lideraba el grupo de investigación CREA, que desde 2020 ya no está adscrito a la UB. "Ahora han dado el paso de acusar al catedrático 14 mujeres. Pero, en realidad, hablamos de muchas más presuntas víctimas de abuso de poder. Unas 40 o 50 a lo largo de 30 años", resume Caramé.
"Hablamos de muchas más presuntas víctimas de abuso de poder. Unas 40 o 50 a lo largo de 30 años"
El catedrático emérito Flecha -de 73 años, con pareja y tres hijos- impartió clases en las facultades de Educació y Sociologia de la UB, donde también asesoraba a alumnos que estaban inmersos en la tesis doctoral. En 1991 fue uno de los docentes que impulsó CREA (Centro de Investigación en Educación de Adultos). Posteriormente modificó su nombre para abarcar otras etapas educativas y líneas de investigación y pasó a denominarse Comunidad de Investigación sobre Excelencia para Todos. El grupo de investigación tenía un proyecto estrella: las comunidades de aprendizaje y cómo superar las desigualdades para alcanzar el éxito educativo. Flecha, explica Caramé, consiguió ir arrinconando al resto de docentes y acaparó todo el poder dentro del grupo de investigación.
Denuncia
En 2004 hubo una denuncia interna, una de las dos interpuestas contra CREA (la otra fue en 2016; ambas se elevaron a Fiscalía pero quedaron archivadas). Tras el primer requerimiento, Flecha y su equipo “elaboraron una estrategia de defensa y se convirtieron en expertos en violencia de género”, explica el docente de la UB. Flecha se autodefine en su perfil de redes sociales como “científico número uno en violencia de género” y llegó a ser uno de los impulsores del #MeToo en la universidad.
"Ninguna se sentía atraída por él. Flecha insistía y machacaba. Se acercaba a alumnas y alumnos y les aseguraba que les podía ayudar. Conseguía que le explicaran intimidades personales y él le daba la vuelta a este relato y resignificaba su pasado"
En declaraciones a este diario, Flecha afirma que la acusación de las 14 mujeres es un acto de venganza dado que él ha arropado a lo largo de su trayectoria profesional a muchas víctimas de acoso. Según su versión, los agresores de esas víctimas a las que él ayudó en su día son ahora los que dirigen "estas campañas" en su contra.
"Siempre que he apoyado a una víctima [de acoso sexual en la universidad], los y las agresoras me han amenazado con que me destruirían inventándose todo lo que fuera necesario para hacerlo", asegura a este diario. En Twitter ha escrito el siguiente mensaje: “Por mucho que nos calumnien a quienes apoyamos a sus víctimas, su violencia aisladora nunca logrará que las dejemos aisladas. Y lo digo también hoy en que una víctima a la que tanto apoyé ha montado una campaña porque no quise colaborar en encubrir a un sacerdote ortodoxo”.
Caramé, que en aquella época era estudiante de Sociología en la UB, consiguió entrar en CREA después de obtener una beca ofrecida por Flecha, que manejaba muchos proyectos universitarios. El entonces estudiante empezó a escuchar por parte de sus compañeras de grado relatos muy oscuros y turbios. “Me explicaban que habían tenido algo con él”, relata. ¿Acaso sufrieron abuso sexual? “Lo único que te puedo decir es que ninguna se sentía atraída por él. Flecha insistía y machacaba. Se acercaba a alumnas y alumnos y les aseguraba que les podía ayudar. Conseguía que le explicaran intimidades personales y él le daba la vuelta a este relato y resignificaba su pasado”, revela el doctor en Educación.
"No te abres"
Ese engatusamiento también lo sufrió Caramé. Según su relato, Flecha, que se sentía perfecto y tenía un alto concepto de sí mismo, le hablaba de la necesidad de una transformación personal para transformar la sociedad. “No te abres, no te dejas ayudar”, le insistía el catedrático emérito, que, para respaldar sus teorías, siempre estaba sacando a colación palabras como “evidencia, estudio científico y ciencia”. “Así conseguía tener a la gente en sus manos. Era el ejemplo perfecto de una manipulación”, añade el docente, que deja claro que el catedrático jamás abusó sexualmente de él.
"Tenía un control absoluto de la vida de las personas que formaban CREA. Era el ejemplo perfecto de una manipulación”
Pasado un tiempo, Caramé se cansó de la actitud del líder de CREA y comenzó a enfrentarse con él. “Me acusó de tener problemas personales”, explica. “¿Qué problemas tengo yo? A ver, explícamelos”, le retó. El catedrático le acusó de tener conflictos sentimentales. “¿Acaso eres el doctor Amor?”, le soltó con ironía. A Flecha no le sentó nada bien su actitud y comenzó a apartarlo del grupo. Muchos compañeros y compañeras de CREA retiraron el saludo al entonces estudiante. Flecha tenía un “control absoluto de la vida de las personas que formaban CREA”. No con todos se comportaba de esa manera, pero sí con muchas y muchos. Harto de la manipulación, Caramé anunció en 2002 su intención de dejar CREA, donde permaneció unos 15 meses. El grupo sufrió un goteo de abandonos. Según RTVE.es, una veintena de mujeres han salido de la comunidad investigadora desde 2024.
Valentía
El profesor de la UB aplaude la valentía de las 14 mujeres que se han atrevido a contar su calvario en una carta dirigida al rector de la UB, Joan Guàrdia, en la que no revelan su identidad pero sí el sufrimiento vivido desde hace unos 20 años, cuando eran estudiantes, becarias, investigadoras y doctorandas, a manos de Ramón Flecha en “un contexto de clara desigualdad jerárquica”. La información, publicada este miércoles por RTVE y confirmada por este diario, ha provocado un torbellino en el campus.
La UB anima a las mujeres que señalan a Flecha, de las que no conoce la identidad, a denunciar los hechos ante la Unitat d'Igualtat
Nada más leer la carta del despacho de abogadas, el máximo responsable de la universidad la envió a los servicios jurídicos, que se pusieron en contacto con las letradas, a las que aseguraron que la UB tiene toda la voluntad para colaborar, pero que sin conocer el nombre de las víctimas resulta complicado, por no decir imposible, ayudarlas. Los abogados de la UB animaron a las mujeres a acudir presencialmente a la facultad y denunciar los hechos en la Unitat d’Igualtat de la UB, que tiene “protocolos eficaces” para luchar contra el acoso.
Testimonios
A lo largo de todos estos años, en el campus se ha escuchado “mucho ruido” contra CREA, pero nada más concreto. Las únicas dos denuncias internas que constan en los archivos de la UB referentes al grupo CREA son de hace 21 años y 9 años respectivamente. Quedaron archivadas por la Fiscalía en su momento porque después de las investigaciones pertinentes (en el último caso, a cargo de la Guardia Civil) se concluyó que no había constitución de delito ni pruebas de infracción penal”, según fuentes oficiales de la UB. Caramé, sin embargo, sostiene que los expedientes se cerraron por la imposibilidad de conseguir nuevos testimonios.
Caramé asegura que Flecha ha conseguido crearse una estela de investigador de primer orden, aunque, en realidad, “no lo es”. “Ha montado sus propios congresos y ha publicado en muchas revistas, pero su producción científica es pobre, no en cantidad sino en calidad”, concluye.
En mayo de 2023, entrevistado a raíz de la explosión del #MeToo en la universidad, Flecha aseguraba: “En España hay profesores que creen que la universidad es su coto de caza. Yo hasta he oído a docentes hablando entre ellos y comentando la 'fauna' que tenían en un curso. Es escalofriante. Hay que desterrar la idea de que las universidades son el sitio en el que los profesores van a buscar relaciones sexuales y afectivas. No es aceptable que haya docentes que se dediquen a ligar en su lugar de trabajo".
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