En Cádiz

El hombre que soñaba con motosierras: se cortó la pierna y ahora ha inventado un sistema que evita accidentes

Pedro Luis ha patentado un modelo de seguridad que visualizó durante una siesta en el hospital

"Me he gastado unos 63.000 euros; a veces, una buena idea te puede arruinar"

Pedro Luis Velázquez, encaramado a un árbol, visualizó la patente en el hospital

Pedro Luis Velázquez, encaramado a un árbol, visualizó la patente en el hospital / Cedida

David López Frías

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Unos pocos centímetros son la clave en esta historia. Los de una rama de una palmera que aparentemente estaba en el suelo, pero que en realidad estaba unida al árbol por unos 4 centímetros. Un corte en una mano que serró su guante, pero que no le cercenó los dedos por cuestión de centímetros. Otro corte en la pierna que se quedó a escasos milímetros de la femoral y hubieran acabado con la vida del protagonista.

Pedro Luis Velázquez trabajaba en 2015 como jardinero y podador de árboles en la localidad gaditana de Los Barrios. El 3 de septiembre recibió un aviso: se había caído una rama de palmera en el paseo marítimo de Palmones y le mandaron retirarla. "El primer error fue que, al llegar, me di cuenta de que la rama estaba aún unida al árbol por unos centímetros", le cuenta a EL PERIÓDICO desde su residencia de Villanueva del Arzobispo (Cádiz).

"El segundo error fue que mi equipo de protección y las motosierras estaban en Jerez". Pero en el camión que recoge estas ramas caídas "quedaba una motosierra que se habían dejado allí". El conductor encaró el vehículo hacia el árbol y Pedro se subió, motosierra en mano, dispuesto a cortar aquel hilillo de madera que unía la rama al tronco y retirarla. Ahí empezó la pesadilla.

Pedro Luis Velázquez consiguió salvar su vida y asegura que su invento evitaría accidentes similares

Pedro Luis Velázquez consiguió salvar su vida y asegura que su invento evitaría accidentes similares / Cedida

Perder el control

Pedro arrancó la motosierra, pero un golpe de viento hizo que la rama se volviese contra él y casi pierde el equilibrio. Su mano izquierda, la que controla el freno de la herramienta, perdió el control del aparato. "La primera reacción es agarrarte a lo que sea para no caerte. Así aceleré la motosierra involuntariamente y me cayo en la ingle".

Pedro sufrió un corte en la ingle derecha que quedó "a muy poca distancia de la femoral. Si me la hubiera cortado, en cuestión de minutos me hubiera desangrado", La motosierra también cortó su guante, pero milagrosamente no afectó a sus dedos. "Me senté en la batea del camión presionando el muslo. El conductor y otro compañero que vivía cerca consiguieron toallas para presionar la herida hasta que viniese la ambulancia: "Tardaron unos 15 minutos en llegar. Si me hubiera rozado la femoral, no lo cuento".

Pedro relata ahora con naturalidad y todo lujo de detalles cómo se desarrolló todo el proceso posterior. Cómo llegó al Hospital Punta de Europa y entró en parada cardiorrespiratoria. Cómo le tuvieron que reanimar con un desfibrilador y los gritos de dolor que profería cuando la cirujana Sonia Salas le tocaba la zona.

Una visión

Su estancia en el hospital tuvo un balance de dos meses de ingreso y la pérdida de un 70% de la fuerza y el vasto interno del cuádriceps. Un destrozo que le obligó a tener que aprender a caminar otra vez desde cero en una larga rehabilitación. Pero antes de eso, durante su ingreso, llegó el chispazo: "Una tarde, después de comer, me disponía a echar una siesta. Al cerrar los ojos, se me pasó por la cabeza el diseño explosionado de un sistema de seguridad para evitar que se produjesen accidentes de este tipo".

Pedro visualizó este sistema, que ya ha conseguido patentar, durante una siesta

Pedro visualizó este sistema, que ya ha conseguido patentar, durante una siesta / Cedida

La visión fue tan nítida, que Pedro interrumpió su siesta y procedió a trasladar lo que había visto en sueños a su teléfono móvil. Lo canalizó en unos apuntes que se acabaron convirtiendo en su proyecto. Un sistema de frenado de emergencia que se activa de forma automática cuando el operario pierde el control de la mano izquierda.

Pedro Luis salió del hospital, estuvo seis meses de rehabilitación y mucho más tiempo preparando su invento: "Lo primero que hay que hacer es buscar si hay algún invento parecido. El proceso de patentar una idea es largo, caro y complicado. Hay que encargar el estudio técnico del arte, la descripción técnica del invento, la traducción al inglés y al francés, las tasas, los honorarios, el examen, el diseño explosionado...".

La ruina

"En total me habré gastado unos 63.000 euros. Y eso que el diseño explosionado me lo hizo gratis un amigo. Pero me gasté todos mis ahorros. A veces, tener una buena idea puede llegar a arruinarte", cuenta ahora. Sus padres le dijeron de primeras que estaba loco. Pero él siguió adelante. Le tiraron para atrás un par de veces el invento porque supuestamente ya habían creado un carburador parecido. "Imagínate, un carburador, que no tiene nada que ver... pero me lo echaron atrás".

Pedro Luis mostró con su invento la misma constancia que tuvo durante su proceso de rehabilitación: en cuanto salió del hospital volvió a encaramarse a los árboles para podarlos. Y respecto a su creación, no se desinfló. Siguió peleando hasta que ahora, finalmente, ya tiene la patente en sus manos.

En cuanto se recuperó de las heridas, Pedro volvió a podar árboles

En cuanto se recuperó de las heridas, Pedro volvió a podar árboles / Cedida

"Ha sido un camino muy largo y duro, pero creo que merece la pena". Ahora se le abren varias opciones para explotar esa patente: "La primera es que la fabrique yo, pero eso está descartado porque sería carísimo; es inviable porque necesitaría hacer un prototipo y me cuesta 15.000 euros más". La segunda opción "es que alguna empresa me alquile los royalties parta poder fabricarla. La tercera es que alguna me compre la patente y se la quede en exclusiva".

Pedro Luis confiesa que "la segunda opción sería la mejore". Pero, más que por el dinero, Pedro cree que su patente es interesante porque "la Comisión Europea de Derechos Laborales podría imponer este sistema de seguridad por ley". Así, asegura, se podrían evitar accidentes tan graves como el que él sufrió. Accidentes que, si se dan, tal vez no cuenten con esos centímetros de gracia que a él le salvaron la vida y podrían llevarse por delante a algún operario.

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