Educación en Catalunya

Un cero por copiar: expulsado un alumno pillado in fraganti con el móvil en Barcelona

Más allá de incidencias puntuales, el optimismo prende entre los estudiantes en el ecuador de la selectividad: "Física no estudié, me presenté y he aprobado"

"Si saben razonar, los exámenes están siendo más fáciles que otros años", comenta una profesora

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Pruebas de acceso a la universidad en la Universitat Pompeu Fabra.

Pruebas de acceso a la universidad en la Universitat Pompeu Fabra. / Ferran Nadeu

Helena López

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Pese a que el ambiente en general es de optimismo –la gran mayoría sienten que la temida nueva selectividad competencial no está siendo el drama que muchos esperaban–, la suerte, como siempre, va por barrios, y no todos están pasando estos días de la misma manera. Pese a que cada vez que entran en un aula deben dejar las mochilas y bolsos apilados en el suelo, hay quien se ha arriesgado y ha perdido. A un estudiante en Barcelona se le ha retirado una prueba al ser pillado copiando del móvil, aparato que, según se detalla en las normas de las pruebas, está estrictamente prohibido y "conllevará la anulación del examen". Las normas que se leen al inicio de las pruebas son claras: "Durante el examen, el alumnado debe tener siempre las dos manos visibles y las orejas descubiertas, para permitir la verificación de que no se están utilizando dispositivos auditivos no permitidos". Si se usan, y les pillan –por norma, hay tres vigilantes por aula– la consecuencia es clara: un cero en el examen.

Más allá de esta incidencia, buen ambiente en el ecuador de las PAU. "Física no estudié, me presenté por presentarme y he aprobado", comenta, alegre, Albert, joven que sale del examen de Historia –el primero de este jueves– convencido de que sacaría un 10 en el de Mates. Está tan seguro de que ha aprobado Física porque ha mirado las correcciones del examen colgadas en internet. Los mismos resultados que llevan a Mar a creer que esa misma materia –de las más complicadas del primer día de las pruebas– no la ha aprobado, aunque no hace ningún drama porque el resto le ha ido "muy bien". Su amiga Alma también afronta la recta final de las pruebas con optimismo. Hay unanimidad en que "no se están pasando con las pruebas". Quiere estudiar Arquitectura y confía en que obtendrá la nota para hacerlo. Sus amigas sueñan con ser ingenieras y hacen un último esfuerzo en las PAU para lograrlo. A Aina le gustaría hacer Ingeniería Mecánica y la nota es alta, pero confía en que, si no es esta, entrará en alguna otra Ingeniería. "Hay que razonar más, pero si razonas, son pruebas asequibles", coincide el grupo de amigas.

Uno de los temas de conversación en los pasillos es el examen de Geografía del miércoles por la tarde. "Lo del acuífero no me lo esperaba", comenta Martina. Aunque en redes sociales también ha sido muy criticado el ejercicio del acuífero al considerarlo "una pifia" y más propio de un examen de Geología que de Geografía, ella no encontró el examen tan difícil. Más fácil le ha resultado, eso sí, el examen de Historia. Las tres amigas salen satisfechas.

Incluso Matemáticas, el examen más temido todos los años, no ha resultado este año tan polémico (teniendo en cuenta, además, que el año pasado fue la única materia con una media de suspenso). "Había practicado con exámenes de años anteriores y este me ha parecido más fácil", dice una de las primeras alumnas en terminar la prueba.

La sensación es que iban con mucho miedo y después se han encontrado con una prueba para la que "estaban preparados". Un examen, eso sí, que es visiblemente más competencial. En la mayoría de pruebas hay como mínimo un ejercicio en el que comparar dos textos. Enlazar ideas. "Si saben razonar, los exámenes están siendo más fáciles que años anteriores", comenta una profesora que lleva años acompañando a sus chicos a las pruebas.

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