Sanciones

¿Te pueden multar por sacar sillas a la calle y sentarte "a la fresca"? Un experto responde

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Esta es la multa que te pueden poner si llevas la música muy alta en el coche

Vecinos que salen a la fresca

Vecinos que salen a la fresca / Pilar Cortés / Información

Patricia Páramo

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En muchos rincones de España, especialmente en los pueblos pequeños, sacar la silla a la calle al caer la tarde para charlar con los vecinos, jugar una partida de cartas o simplemente disfrutar del fresco es una costumbre profundamente arraigada. Sin embargo, en los últimos días, esta práctica ha generado un gran debate tras el aviso de la Policía Local en un pueblo de Andalucía, que recordó en redes sociales que "la vía pública está regulada". Ante el lógico revuelo, el experto en derecho laboral responsable del canal de TikTok “Empleado Informado” ha explicado con claridad cuándo esta práctica entra en terreno ilegal… y cuándo no pasa nada.

¿Te pueden multar por sentarte en la calle?

La primera clave está en el lugar donde se realiza esta acción. Según aclara el abogado, no es lo mismo sacar la silla en Madrid que hacerlo en un pequeño municipio. En grandes ciudades como la capital, la ordenanza de convivencia y uso de la vía pública prohíbe expresamente la ocupación de las aceras y calles con mobiliario no autorizado, lo que significa que sentarse en una silla particular en plena acera, aunque sea de forma pacífica, puede conllevar una multa económica.

En municipios pequeños, especialmente en aquellos con menos presión urbana y donde esta tradición de “sentarte a la fresca” es común, la práctica no suele estar perseguida, ni genera conflicto alguno. No hay una normativa general estatal que prohíba colocar sillas en la calle, por lo que todo depende de las ordenanzas municipales que cada ayuntamiento aprueba.

No obstante, el experto también advierte: esto no significa que esté permitido hacer lo que uno quiera. En aquellos pueblos que han experimentado un crecimiento notable en población o turismo, esta costumbre puede comenzar a generar quejas, sobre todo si deriva en ruidos excesivos, obstrucción del paso o acumulación de residuos. Es en esos momentos cuando la Policía Local sí puede intervenir.

El papel de los vecinos: si alguien se queja, cambia todo

Una de las claves es la interposición de quejas por parte de los vecinos. Aunque la colocación de sillas en la calle pueda estar tolerada en muchos municipios, si un ciudadano presenta una queja formal por molestias —ruido, basura, ocupación indebida—, las autoridades están obligadas a actuar. La intervención policial puede ir desde una advertencia verbal hasta una sanción administrativa si se considera que se ha incumplido alguna norma específica.

Por ejemplo, si una familia se sienta cada noche frente a su casa y no genera molestias, es muy poco probable que haya problemas. Pero si esa reunión se transforma en una tertulia ruidosa con música alta o gritos hasta altas horas, la cosa cambia. El respeto al descanso vecinal y el mantenimiento del orden público siempre tienen prioridad, incluso en entornos rurales.