Medio ambiente

Catalunya aumentará la incineración de residuos y reducirá los vertederos

El plan de gestión de desechos del Govern incluye un aumento de la incineración y una reducción drástica de la basura acumulada en depósitos

El impulso al biogás acelerará el cierre de vertederos en Catalunya

La chimenea de la incineradora de Tersa, en Sant Adrià de Besòs.

La chimenea de la incineradora de Tersa, en Sant Adrià de Besòs. / ZOWY VOETEN

Guillem Costa

Guillem Costa

Barcelona
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Catalunya apuesta por aumentar la incineración de residuos en los próximos años. Así lo recoge el nuevo Plan Territorial Sectorial de Infraestructuras de Gestión de Residuos Municipales de Catalunya (PINFRECAT), que prevé pasar del 20% actual al 25% de residuos tratados por combustión.

La Generalitat no descarta construir nuevas incineradoras o ampliar las existentes, un planteamiento que genera dudas a ciertos sectores por su impacto ambiental, puesto que podría suponer un impulso a una tecnología que organizaciones ecologistas consideran desfasada.

El incremento de la incineración, no obstante, va ligado a un objetivo ambicioso: reducir drásticamente los residuos que terminan en vertederos. Hoy el 35% de los desechos catalanes se entierran en depósitos controlados. El nuevo plan plantea que en 2035 esa cifra se reduzca hasta el 10%, y que en esos vertederos principalmente se depositen cenizas y residuos no valorizables procedentes de las plantas de incineración. En la práctica, eso implicaría cerrar la mayoría de los vertederos actuales y conservar solo entre cinco y seis instalaciones, una apuesta que ya adelantó este diario y que impulsará el biogás.

Reto complicado

"No es una mala estrategia si se enfoca bien y se limita a materiales realmente no recuperables", admiten desde entidades ecologistas como Ecologistas en Acción. Pero también advierten de que el planteamiento es "utópico" y "difícil de cumplir" sin un cambio profundo en la gestión municipal y en los hábitos de consumo.

El plan propone revisar los objetivos cada dos o tres años, con la intención de adaptarlos a la evolución de la tecnología y del comportamiento ciudadano. Uno de los principales escollos es el desigual despliegue de la recogida selectiva, que el Govern deja en manos de los ayuntamientos. No se impondrá ningún sistema: ni el puerta a puerta ni los contenedores inteligentes. Esta autonomía municipal ha generado grandes diferencias entre territorios, algunos con tasas superiores al 80% y otros que apenas superan el 30%.

Puntos de reparación

La Generalitat también propone un cambio de enfoque en la prevención de residuos. Una de las propuestas más concretas es la creación de 500 puntos de reparación repartidos por toda Catalunya, con el objetivo de fomentar que la ciudadanía repare antes que tirar y comprar de nuevo. Esta red de "reparadores" aspira a convertirse en una alternativa real a la cultura del usar y tirar, aunque su desarrollo dependerá de la colaboración de los municipios, el tejido comercial y los fondos disponibles.

Actualmente, la gestión de residuos en Catalunya se distribuye entre un 45% recuperación de materiales reciclables, un 20% de incineración y un 35% de depósito en vertederos. En 2035, la previsión oficial es invertir esa distribución: 65% de recuperación, 25% de incineración y solo un 10% a vertederos. Para alcanzar esa meta, el Govern contempla medidas de economía circular, apoyo a los sistemas de depósito y retorno (SDDR) y mayores exigencias de separación en origen, pero evita imponer obligaciones específicas a los ayuntamientos.

El modelo dibujado se aproxima al de los países nórdicos y aún puede incorporar modificaciones antes de su aprobación definitiva. Pero ya marca una dirección clara, que se deberá reforzar cuando se apruebe la esperada ley de residuos, que el director de la Agència de Residus de Catalunya, Albert Planell, se ha comprometido en presentar este 2025. El objetivo es reducir el volumen de residuos y hacer desaparecer, en la medida de lo posible, los vertederos.

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