En Sant Vicenç de Torelló

Unos emprendedores de Osona ponen en marcha una explotación de arándanos que producirá 450 kilos y realizan visitas guiadas

Se encuentra en la finca Castellvilar de Sant Vicenç de Torelló, donde también producen café de forma pionera

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La pareja de emprendedores que ha puesto en marcha una explotación de arándanos

La pareja de emprendedores que ha puesto en marcha una explotación de arándanos / ACN

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Barcelona
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Una pareja de emprendedores ha puesto en marcha una explotación de arándanos en una finca de Sant Vicenç de Torelló (Osona), Castellvilar. Este año, es la tercera cosecha y prevén una producción de unos 450 kilos, el doble de cuando empezaron. Los arándanos se venderán en establecimientos de la zona. Su responsable, Joan Girález, explica a ACN que es un producto considerado como "superalimento" con propiedades antiinflamatorias y vitaminas que desde hace unos años se ha incorporado a la dieta. Junto a su esposa, Eva Prat, también empezaron a cultivar café de forma pionera al encontrarse fuera del trópico, dos cutivos que "se complementan muy bien", según dicen. La finca ofrece visitas guiadas para conocer estos dos productos.

La finca, que mide 13 hectáreas en total, tiene unas 1.600 plantas de arándanos concentradas en una zona rodeadas de encinas y robles y bajo las condiciones climáticas "más idóneas". Su responsable, Joan Girález, explica que el arándano azul que cultivan no es habitual en Catalunya, donde hay sobre todo arándano rojo silvestre.

Su plantación tiene la particularidad de que incluye un sistema hidropónico que les ayuda a controlar todo el proceso. Sus impulsores aseguran que "no conocen otro caso en Catalunya" con estas características. Según detallan, "la planta está totalmente en la selectividad, con una bolsa de cultivo, donde se controlan todas las características propias del arándano, con PH muy ácidos". Es una producción ecológica con plantas que pueden quedarse en el bolso con tierra hasta 14 años.

La plantación tiene cuatro años, pero las producciones están creciendo año tras año. La primera les dio 200 kilos y este año confían en superar los 450 kilos. "Y el punto álgido de la planta es a partir de los 7 años o sea que todavía tenemos otros dos años y medio", explica. En cuanto a la maduración, entre que florece y que se puede cosechar pasan unos tres meses -ahora en junio han comenzado-. Al tener cuatro variedades les permite alargar más la temporada. "Es una fruta que madura poco a poco, es muy fina y con muchos aromas, que debe cultivarse con una atención especial", remarca.

Visitas guiadas y tiendas de proximidad

Los arándanos se pueden comprar directamente en la finca. Este año también han puesto en marcha visitas guiadas para que el consumidor sepa cómo es el proceso y lo vea en primera persona. "Nos dicen que les gusta mucho el paraje, estar aquí en medio del campo, sentir los pájaros y comer la fruta directa del árbol", asegura. Buena parte de la cosecha de este año se distribuirá en tiendas de alimentación de la zona. Se le considera un "superalimento" que se ha puesto de moda en la dieta y hay mucha demanda.

La finca se dio a conocer el pasado año cuando explicaron su producto estrella, el cultivo de café en estos mismos terrenos. Llevaban más de 16 años investigando todo el proceso y se han convertido en la primera producción cafetera en zonas no tropicales ni subtropicales, una experiencia inédita en Cataluña y en la península. La divulgación es una de las patas principales del proyecto de negocio, que busca atraer tanto a profesionales del sector cafetero como al público general. "Tenemos mucha demanda de visitas, particulares, escuelas y también gente de otros peces como Dinamarca o EE.UU.", afirma el gerente.

Girález lleva más de 20 años en el sector del café y explica que, cuando lo pusieron en marcha, ya incluyeron también la plantación del arándano. "Parte de los sustratos que utilizamos para los arándanos, también los utilizamos para el café", explica. Las podas de las plantas se utilizan para regenerar y hacer nuevos sustratos para el café. Asimismo, los restos de café también se reutilizan para alimentar a la tierra de los nativos. "Ambos cultivos están en la misma línea de acidófilo", añade. La finca es autosuficiente energéticamente y de agua y también incluye un rebaño de cabra blanca de Rasquera, una especie autóctona de Cataluña en peligro de extinción, que les desbroza los terrenos.