Entrevista a Coral Odiot-Rivera

"Las compañías contaminantes ya no pueden hacer lo que les da la gana"

Representa a una firma que litiga contra la omnipresencia de las PFAS, "vinculadas al cáncer testicular, al de riñón" y a otras muchas enfermedades

Coral Odiot, abogada puertorriqueña en Barcelona

Coral Odiot, abogada puertorriqueña en Barcelona / JORDI OTIX

Daniel G. Sastre

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Barcelona
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Coral Odiot-Rivera es una abogada puertorriqueña especializada en derecho ambiental. Como socia del bufete norteamericano Napoli Shkolnik, lidera las reclamaciones por el uso de las llamadas PFAS contra empresas contaminantes, que ya se han visto obligadas a pagar 14.000 millones de dólares en EEUU por los perjuicios que provocaron. Ahora su firma empieza a llevar casos en Europa, por ejemplo el de una asociación holandesa de pescadores que no pueden trabajar por la contaminación del río en el que pescaban.

¿Qué le trae a Barcelona?

Una conferencia celebrada por la PEOPIL, que es la Pan European Organisation of Personal Injury Lawyers , una organización que agrupa a abogados de litigio en Europa. Se unen con otra organización, que es el American Association for Justice, que es básicamente su contraparte en Estados Unidos. Y hoy [el pasado viernes] hablamos sobre temas vinculados a ser una mujer en la profesión legal. Yo hablo sobre el 'síndrome de la única', sobre el hecho de ser la única mujer, la única latina, la única joven en mesas de negociación, en casos importantes, y cómo se siente.

¿Le ha pasado mucho?

Claro que sí. Obviamente la profesión legal sigue estando dominada por hombres, y en los grandes casos peor aún.Y usualmente una se ve sola en las mesas de negociación, y tiene que aprender a trabajar eso, y asumir su posición en esa realidad.

¿Qué ha contado usted?

Mi experiencia como mujer trabajando en casos de derecho ambiental en Estados Unidos. También abordo lo que se conoce como el síndrome del impostor: en muchas ocasiones te sientes como que no deberías estar ahí, porque eres la única, y cómo batallar con esas emociones. Además, normalmente para las mujeres es un poco más complicado subir la escalera en un bufete de abogados. Afortunadamente, Napoli Shkolnik me ha dado la oportunidad de ser socia a una muy temprana edad. Es una firma que provee esos espacios para la mujer. Pero esa no es la realidad de muchas mujeres. Y hablo sobre eso, doy mi opinión y mis recomendaciones a otro grupo de mujeres abogadas que están en la misma posición.

¿A qué se dedica Napoli Shkolnik?

Es una firma norteamericana de abogados que representan a demandantes en varios ámbitos. Entre nuestros departamentos está el de derecho ambiental, que es el que yo colidero con otro compañero. Hay otros departamentos, como el farmacéutico o el de daños personales, que trabaja con casos de daños y perjuicios. O el de derecho comercial.

¿Cuáles han sido los casos más importantes de la firma?

Por un lado, logramos muchísimas cosas para los bomberos de Nueva York y otras personas afectadas por las consecuencias de la tragedia de las torres gemelas tras el 11-S, entre otras cosas indemnizaciones por muchos cientos de millones de dólares. Y yo he estado trabajando en los últimos siete años en el caso de derecho ambiental que ha logrado la negociación con más dinero en la historia del derecho ambiental norteamericano. Nosotros logramos que compañías como 3M, como Dupont, como Tyco, como Basf, pagaran por la contaminación con PFAS [sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas], que son químicos eternos que han contaminado el agua y el medio ambiente a diestro y siniestro por años. Logramos 14 mil millones de dólares para que los sistemas de agua en Estados Unidos puedan limpiar su agua.

Coral Odiot-Rivera, abogada puertorriqueña, fotografiada en Barcelona. JORDI OTIX

Coral Odiot-Rivera, abogada puertorriqueña, fotografiada en Barcelona. / JORDI OTIX

¿Puede explicar qué son las PFAS?

Son un grupo de químicos hechos por el hombre. Son una gama como de 26 o 28 químicos, utilizados en todo material que repele el agua. Por ejemplo, en las ollas antiadherentes que se usan para cocinar. Los utilizamos para limpiar las alfombras, también. Más importante aún: están en el AFFF [un foam que forma una película acuosa]. Está en los extintores, se utiliza para apagar fuego, porque estos químicos absorben el agua y apagan el fuego rápidamente. Por eso el AFFF está, en el caso de Estados Unidos, en el Departamento de Defensa, en todas las bases militares, los bomberos están en contacto con este material... Y una vez tú lo tiras al medio ambiente no se biodegrada, por eso lo llaman el 'forever chemical', el químico eterno: si no lo quitas, con tratamientos que son altamente costosos, ahí se queda. Entran por la tierra, caen en el acuífero y nos los tomamos.

¿Y siguen utilizándose?

La particularidad es que compañías como 3M sabían sobre los efectos nocivos que tenían estos químicos en la salud de los seres humanos desde los años 50. Y aún así, promocionaban el producto como algo que no hacía daño. Nosotros logramos averiguar que en los laboratorios de 3M los científicos ya sabían lo que pasaba: se les morían los monos, se les morían los animales. Se logró que la estructura de los químicos cambiara. Y la que se utiliza actualmente es mucho menos nociva. Pero por años se utilizó y contaminó. Y como dije, está en el ambiente y no se puede sacar, persiste. Ahí está el problema.

¿Qué perjuicios pueden provocar para la salud?

Están muy vinculados a diferentes tipos de cáncer. El cáncer testicular, el de riñón. También con problemas de preeclampsia en las mujeres embarazadas, con problemas de colesterol, con problemas en la tiroides. Con muchas enfermedades muy nocivas. Más importante aún: durante el procedimiento de descubrimiento de pruebas, los abogados que trabajan en este caso lograron determinar, con ayuda científica, que todo el químico que es PFOS [sulfonato de perfluorooctano] está vinculado a 3M.

Coral Odiot, abogada puertorriqueña en Barcelona

Coral Odiot, abogada puertorriqueña en Barcelona / JORDI OTIX

¿Por qué?

Porque lo inventaron ellos. O sea, que todo ese químico, donde quiera que esté en el mundo, es por su responsabilidad. Y ahora estamos indagando en Europa.

¿Y por eso la demanda que encabezan desde el pasado diciembre en los Países Bajos?

Exactamente. En relación con las PFAS, en diciembre de 2024, presentamos una demanda en contra de 3M en los Países Bajos. Nosotros representamos a una asociación, la Dutch Fisherman Association, de pescadores de Países Bajos, que pescaban en el río Scheldt. Básicamente, han tenido que parar de pescar, porque está contaminado y, por ende, el pescado y todo lo que sale de ahí está igualmente contaminado, no lo pueden vender. El Estado ha intervenido y ahora no pueden pescar en ese lugar.

¿Qué ha contaminado el río?

Está contaminado porque hay una planta de 3M muy cerca. Además de que la realidad es que estos químicos están en donde sea. Pero ellos tienen la particularidad de que tienen una planta muy cerca. Nosotros radicamos esa demanda en nombre de ellos, con la expectativa de poder lograr algún tipo de remuneración para que ellos puedan seguir adelante. Por estar esa planta cerca, tienen más contaminación en el río.

¿Puede haber casos parecidos en otros países europeos?

Ciertamente. Llevamos tantos años trabajando en estos litigios en Estados Unidos que ya contamos con la 'expertise' para poder traerlo aquí. Esto es un problema global. Y nosotros contamos con esa experiencia que tuvimos en Estados Unidos, que del todo fue positiva, y queremos venir aquí y hacer lo propio. También que estas compañías paguen por la contaminación que han hecho, y que se sientan responsables. Es importante que estas conversaciones se tengan en los salones de junta de estas compañías. Ya no es: 'Hago lo que me da la gana y nadie va a asumir responsabilidades'. Ahora hay gente que está peleando y han tenido que pagar altas cantidades de dinero para remediar la situación.

¿El caso en Estados Unidos ya ha finalizado?

No se ha acabado. La particularidad de este caso es que tiene muchas ramificaciones. En Estados Unidos hay un proceso legal que se llama un proceso multidistrital: se radicaron un montón de casos en diferentes estados y entonces los enviaron todos a Carolina del Sur, a Charleston. Había, por ejemplo, desde personas individuales como usted, como yo, demandando a estas compañías porque les dio algún tipo de cáncer, hasta sistemas públicos de agua, o departamentos de bomberos, que compraron estos químicos sin saber que contaminaban. ¿Qué hizo el juez? Quiso empezar por los sistemas públicos de agua. Y estuvimos estos siete años, básicamente, descubriendo pruebas con esa finalidad. Cuando ya íbamos a empezar el juicio, el juez nos llamó a la oficina, y básicamente nos dio el empujón para que nos sentáramos a negociar. Y negociamos los 14.000 millones de dólares. Ahora, el próximo paso son los casos individuales, personas con diferentes tipos de cáncer. La expectativa es que en octubre se celebre el primer juicio.

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