Diagnóstico

Escala de Gleason: así se mide la gravedad del cáncer de próstata que sufre Joe Biden

El expresidente estadounidense Joe Biden sufre un cáncer de próstata "agresivo" con metástasis en los huesos

Archivo - El expresidente de EEUU Joe Biden.

Archivo - El expresidente de EEUU Joe Biden. / Sven Hoppe/dpa - Archivo

Alexandra Costa

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El reciente diagnóstico del expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha puesto de relieve la seriedad del cáncer de próstata, especialmente en sus formas más agresivas. El mandatario recibió la noticia el viernes pasado, tras someterse a una revisión médica motivada por problemas en su sistema urinario. Lamentablemente, se confirmó que padece una forma agresiva de este cáncer, que además se ha extendido a los huesos, un estadio conocido como metástasis.

Ante esta difícil situación, Biden compartió un mensaje personal en redes sociales, reconociendo que el cáncer "nos afecta a todos" y expresando que, al igual que muchas otras personas, él y su esposa Jill han aprendido a ser más fuertes en los momentos difíciles, agradeciendo el apoyo recibido. Este diagnóstico subraya la realidad de una enfermedad que, si bien a menudo se asocia con un desarrollo lento, puede manifestarse de manera virulenta y requerir un enfoque terapéutico complejo.

La gravedad de la enfermedad de Biden ha sido caracterizada, en parte, por un elemento clave en el diagnóstico del cáncer de próstata: la escala de Gleason. Su oficina informó que el cáncer presentaba una puntuación de 9 en esta escala, lo que indica un alto grado de agresividad. Para entender completamente la implicación de este puntaje, es fundamental conocer qué mide la escala de Gleason y cómo se interpreta.

Comprendiendo el cáncer de próstata y sus señales

Antes de adentrarnos en la escala de gravedad, es útil repasar qué es el cáncer de próstata. Esta enfermedad se origina en el tejido de la glándula prostática, una parte esencial del sistema reproductivo masculino situada entre el pene y la vejiga, cuya función principal es ayudar en la producción de semen.

Según los especialistas en salud, una característica común del cáncer de próstata es que tiende a desarrollarse de manera lenta. De hecho, muchos hombres pueden vivir durante décadas con la enfermedad sin experimentar síntomas significativos o sin necesitar tratamiento inmediato. Sin embargo, como ilustra el caso de Biden, el cáncer de próstata puede ser agresivo desde el principio o volverse así con el tiempo. La detección suele ocurrir cuando el tumor ha crecido lo suficiente como para ejercer presión sobre la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga fuera del cuerpo, causando problemas urinarios. Estos síntomas, que precisamente llevaron a Biden a buscar atención médica, pueden incluir la necesidad de orinar con mayor frecuencia de lo normal, especialmente por la noche, o experimentar un flujo de orina más lento o débil.

En Estados Unidos, el cáncer de próstata representa la segunda causa de muerte por cáncer entre los hombres, solo superado por el cáncer de pulmón, según datos de la Sociedad de Cáncer de EE.UU. Si bien un diagnóstico de cáncer de próstata "no es raro" en hombres de 80 años, como señala el doctor Ryan Cleary, urólogo de MedStar Health, el grado y estadio del cáncer de Biden son considerados "más avanzados que los que enfrentarían la mayoría de hombres" en un diagnóstico típico para su edad.

La escala de Gleason: un indicador clave de agresividad

La escala de Gleason es una herramienta patológica esencial utilizada para evaluar la agresividad del cáncer de próstata. Fue desarrollada por el patólogo estadounidense Donald Gleason y se basa en el análisis microscópico de una muestra de tejido prostático (obtenida generalmente mediante una biopsia). Su propósito es medir cuán anormales se ven las células cancerosas en comparación con las células prostáticas normales, y cuán probable es que el tumor se propague a otras partes del cuerpo (metástasis).

El proceso de puntuación implica observar los patrones arquitectónicos o de crecimiento de las células cancerosas en la muestra. Se asignan dos grados, que van del 3 al 5, a los dos patrones celulares más predominantes observados: un grado para el patrón más común y otro para el patrón secundario. El puntaje final de Gleason se obtiene sumando estos dos grados individuales. La escala resultante oscila entre 6 y 10.

Es importante notar que el valor más bajo que se asigna a las células cancerosas es 3. Esto significa que la puntuación más baja posible en la escala de Gleason para un diagnóstico de cáncer es 6 (obtenido sumando 3 + 3). Un puntaje de 6 se considera generalmente un cáncer de bajo grado, que tiende a crecer lentamente. En contraste, un puntaje más alto indica un cáncer más agresivo.

La puntuación de 9 que presenta el cáncer de Biden significa que es un "cáncer de alto grado". En este nivel, las células cancerosas se ven muy desorganizadas y anormales bajo el microscopio, lo que sugiere un crecimiento rápido y una mayor probabilidad de propagación. Un puntaje de 10 representa el grado más alto de agresividad. Por lo tanto, un Gleason 9 se sitúa en el extremo superior de la escala, indicando una enfermedad seria y de rápido avance.

Opciones de tratamiento y pronóstico en casos avanzados

La agresividad del cáncer de Biden, manifestada tanto por su alto puntaje en la escala de Gleason como por su metástasis ósea, impacta directamente en las opciones de tratamiento disponibles. Como explica el doctor Jamin Vinod Brahmbhatt, urólogo del Grupo de Salud Médica de Orlando, este nivel de propagación limita las posibilidades terapéuticas.

Aunque existen tratamientos médicos para el cáncer de próstata metastático, incluyendo quimioterapia, esteroides y terapias hormonales, es crucial entender que en esta etapa ninguno de ellos es típicamente "curativo". Es decir, el objetivo principal no es eliminar por completo todas las células cancerosas, sino más bien estabilizar al paciente, controlar el crecimiento y la propagación del tumor, y gestionar los síntomas para mantener la mejor calidad de vida posible.

Se ha informado que el cáncer de Biden es sensible a las hormonas. Esto significa que las células cancerosas utilizan las hormonas, principalmente testosterona, para crecer. Esta sensibilidad es una buena noticia dentro de la gravedad, ya que "abre la caja de herramientas" de opciones de tratamiento, permitiendo el uso de medicamentos que bloquean o reducen la cantidad de hormonas en el cuerpo, lo que puede ralentizar significativamente el avance de la enfermedad. Sin embargo, el doctor Brahmbhatt advierte que pueden pasar "semanas o meses" antes de que sea evidente cómo responde Biden a estos tratamientos. El doctor Kuhlman menciona que, dependiendo de los criterios, Biden también podría tener la opción de participar en "ensayos clínicos para enfermedades avanzadas".

En cuanto al pronóstico, el hecho de que el cáncer responda a la terapia hormonal "permitirá un manejo más efectivo", según el comunicado del despacho de Biden. No obstante, en general, el cáncer de próstata metastático limita la esperanza de vida. Aunque es difícil dar cifras exactas y personalizadas sin conocer todos los detalles médicos, la alerta menciona que, de forma general, "aproximadamente un tercio de los pacientes todavía seguirán con vida cinco años después de un cáncer de la próstata metastático". Además de la esperanza de vida, las etapas avanzadas del cáncer de próstata pueden generar síntomas que dificultan la vida cotidiana, lo que refuerza la importancia de considerar tratamientos que prioricen la calidad de vida, como señala el doctor Kuhlman.

La situación de Joe Biden es un recordatorio sombrío de la potencia que puede alcanzar el cáncer de próstata. Expertos como el doctor Brahmbhatt concluyen que, si algo positivo se puede extraer de esta noticia, es la inspiración para que los hombres, con o sin síntomas, acudan a realizarse los exámenes médicos pertinentes para la detección temprana. La escala de Gleason es solo una parte del diagnóstico, pero un puntaje alto como el de Biden subraya la necesidad de tomar esta enfermedad muy en serio y la importancia crucial de la detección precoz para mejorar el pronóstico.