Relaciones interpersonales
Contratos para el amor libre: el 'boom' de las relaciones abiertas alumbra apps y asesorías 'swinger' con IA
Un número creciente de parejas optan por abrir su relación, apoyándose en modelos contractuales, plataformas digitales y herramientas de inteligencia artificial
El 51% de los jóvenes españoles se muestra abierto a mantener una relación no monógama
Las relaciones abiertas desde dentro: "Pactamos que nunca repetiríamos ni tendríamos sexo con amigas"

Una pareja abierta en un bar de Barcelona. / MANU MITRU / EPC


Abel Cobos
Abel CobosPeriodista
“El presente contrato tiene por objeto regular el tipo de relación que a partir de la firma mantendrán ambas partes”. De esta forma empieza el modelo de contrato para una relación abierta que acaba de publicar Wyylde, plataforma francesa que, hace 10 años, se estrenó como la primera red social mundial enfocada al ambiente liberal, y que ahora es líder en el sector.
El contrato, disponible en su web, detalla a través de varias cláusulas algunas de las cuestiones más típicas cuando se abre una relación: ¿se limitará a sexo conjunto, o también por separado? ¿Se pueden mantener relaciones con amigos? ¿Se puede repetir con la misma persona? ¿En la casa en común está permitido tener relaciones con terceros? ¿Cada cuánto se revisarán los términos y condiciones? ¿Cuántas horas a la semana dedicaremos al tiempo en pareja? Entre muchas otras cuestiones.
Si la pareja tendrá solo sexo conjunto o también por separado o si se pueden mantener relaciones con amigos o utilizar la casa común para encuentros con terceros son algunas de las condiciones del contrato que incluye la red social Wyylde
El objetivo de este contrato es, según explica la plataforma, facilitar la apertura de la pareja, una inquietud cada vez más demandada. Lo demuestran los datos de Wyylde –desde su creación hasta 2024 consiguieron medio millón de seguidores, mientras que solo en lo que va de 2025 ya han dado la bienvenida a más de 150.000–, pero también el CIS: ya en 2023, el 41,4% de los españoles estaba de acuerdo en que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja sin que eso fuese una línea roja para romper. De hecho, según una encuesta realizada por la compañía de investigación de mercado YouGov, el 51% de los jóvenes españoles de entre 18 y 29 años se muestran abiertos a mantener una relación no monógama. En España no hay datos sobre la prevalencia real de este tipo de relaciones, pero estudios internacionales apuntan, por ejemplo, a que más del 20% de estadounidenses y canadienses ha vivido una relación consensuada no monógama.
Nuevos marcos de relación
Los modelos de contrato no son la única herramienta digital que están usando como guía para abrir su relación los neófitos del amor liberal. En pleno auge del uso de la Inteligencia Artificial (IA) como apoyo emocional, contaban varios usuarios de TikTok y X que le habían pedido a ChatGPT que diseñase una especie de contrato con directrices con una estructura prototípicamente notarial (cláusulas, sanciones, condiciones, fecha, firma, testigos, y un largo etcétera).
En 2023, el CIS apuntaba que el 41,4% de los españoles creía que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja sin que eso lleve a romper
Estos discursos, muchos de los cuales se hicieron virales, provocaron apoyo y rechazo a partes iguales. Los detractores venían por varios flancos: desde los que recriminaban el uso “banal” de la IA hasta los que consideraban que el término ‘contrato’ era “claustrofóbico”. Sin embargo, como apunta Arola Poch, sexóloga de Wyylde, "todas las relaciones tienen un contrato, la monogamia también, aunque es implícito". "Para muchas parejas, cuando se rompe esta norma monógama establecida y buscan un nuevo modelo, un contrato ofrece la seguridad para establecer sin vértigo un nuevo marco de relación”, explica.
Para Olga Castán, usuaria de Wyylde y divulgadora de la no-monogamia (@esencia_salvaje85, que entre Instagram, Threads, TikTok y X cuenta con casi 200.000 seguidores), "un contrato formaliza palabras que de otra forma se puede llevar el viento". Actualmente está en una relación cerrada, pero quiere abrirla, y asegura que usará este modelo. "Mi pareja, Sergio, es asesor inmobiliario, así que está muy cómodo con un contrato", bromea.
"Todas las relaciones tienen un contrato, la monogamia también, aunque es implícito. Para muchas parejas, cuando se rompe esa norma, un contrato ofrece la seguridad para establecer sin vértigo un nuevo marco de relación”
'Boom' de alternativas
IA, contratos y plataformas son solo algunos de los nuevos recursos que han aparecido para empezar a relacionarse de forma liberal. Ahora también hay grupos de WhatsApp, comunidades de Telegram y páginas de Instagram dedicadas a conectar a personas. "Antes, por prejuicios y puro conservadurismo, la comunidad ‘swinger’ se movía por locales y clubes, muy escondida. Pero estos ambientes estaban muy enfocados al sexo, eran muy directos y podían ser hostiles para gente que se quisiera introducir. Por este motivo se perpetuaban los estigmas. […] Con el aumento de este tipo de relaciones, hay nuevas demandas más allá de lo sexual y más enfocadas a lo comunitario. Por eso, en los últimos años hemos vivido un ‘boom’ de alternativas, sobre todo digitales", detalla Irene Llombart, terapeuta de parejas.
“Antes, la comunidad ‘swinger’ se movía escondida por locales y clubes. Con el aumento de este tipo de relaciones, hay nuevas demandas más allá de lo sexual. Por eso, en los últimos años hemos vivido un ‘boom’ de alternativas, sobre todo digitales"
Ahora, por lo tanto, la vida ‘swinger’ ya no es un secreto, y muchos lo viven abiertamente. Castán, por ejemplo, tiene una comunidad de WhatsApp con cientos de inscritos y dividida en docenas de subgrupos. Otro ejemplo es Ānanda Society, club liberal selecto con casi 10.000 usuarios en redes y que se estructura a través de una plataforma digital y de comunidades de WhatsApp con más de seis años de antigüedad.
Ānanda Society, liderado por Bruno Minetto y Mireia López, pareja liberal, garantiza el bienestar de sus socios con un ‘background check’ para entrar: “Hacemos cuestionarios de entrada, y en ocasiones entrevistas, videollamadas y estudio de sus redes sociales”. Una forma velar por la privacidad de sus miembros, ya que WhatsApp (herramienta escogida como vía predilecta de comunicación por la mayoría del grupo) es una plataforma menos segura que, por ejemplo, Telegram, que restringe los pantallazos o los números de móvil.
Replantear la fidelidad
Más allá de conectar digitalmente, Ānanda Society también organiza grandes eventos liberales. El pasado mes de enero sin ir más lejos reservaron 60 habitaciones (4 plantas de un hotel) y organizaron una quedada con 200 personas. ¿La idea? Distanciarse del ambiente sórdido de los clubes de ‘swinger’ que apunta Llombart. Aquí el sexo no está a la vista ni es explícito, sino que se restringe a ‘playrooms’ mientras que en la pista de baile se debe ir bien vestido ya que es un espacio de socialización.
“La sociedad se ha replanteado la monogamia y la fidelidad entendida como exclusividad. Ahora, fidelidad ya no solo es exclusividad sexual, sino que hace referencia a respetar los acuerdos alcanzados por la pareja"
Otra incorporación que distingue a Ānanda Society de otros clubes sexuales o comunidades digitales es la presencia de mentorías y acompañamientos de sexólogos. Bruno y Mireia, como anfitriones de la fiesta, ayudan a los primerizos a despojarse de las incomodidades y sentirse acompañados en ese momento de romper el hielo, ya que pueden sentirse vulnerables. Además, cuentan con el apoyo de profesionales que guían a las parejas liberales para que el proceso sea fácil y se garantice el bienestar de todos.
Estas medidas –desde los clubes con acompañamiento psicológico hasta la promoción de contratos liberales– reflejan la nueva definición de lo liberal, que rehúye del sexo exprés y se plantea de forma más holística, poniendo la comunicación y los límites comunes en el centro. "La sociedad se ha replanteado la monogamia y la fidelidad entendida como exclusividad. Ahora, fidelidad ya no solo es exclusividad sexual, sino que hace referencia a los acuerdos propios dentro de la pareja y velar por no romperlos", concluye Poch.
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