Medio ambiente

200 personas se manifiestan contra las nuevas salidas de la C32 en Canet de Mar

Colectivos ecologistas reclaman al ayuntamiento que rechace una obra que consideran innecesaria por sus consecuencias ambientales

Manifestación cerca de la C32.

Manifestación cerca de la C32. / ACN

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Unas 200 personas se han manifestado este domingo en Canet de Mar (Maresme) para mostrar su rechazo al proyecto de nuevos accesos a la autopista C-32. Convocados por la Coordinadora de Emergencia Ambiental, los vecinos han recorrido el centro del municipio hasta el punto previsto para la construcción con el objetivo de conocer de primera mano las afectaciones al entorno agrícola y natural. Los colectivos ecologistas advierten que el proyecto vulnera la normativa urbanística, ya que impactaría en espacios protegidos. Además, consideran que no es necesario para mejorar la movilidad en la zona y reclaman que las inversiones se destinen a reforzar el transporte público. Durante la marcha también se exigió al Ayuntamiento de Canet de Mar que se sume al rechazo de una obra "que destruye el territorio".

La transformación del modelo de movilidad en el Maresme, iniciada tras la supresión de los peajes en 2021, entra ahora en una segunda fase: la mejora de los accesos a la autopista y la pacificación de la carretera N-II. Para ello, la Generalitat prevé construir hasta siete nuevos enlaces. Están previstos en Alella, Teià, Premià de Mar, Cabrils, Calella, Canet de Mar y Sant Andreu de Llavaneres. Pero desde hace meses, el nuevo acceso de Canet de Mar genera oposición en el municipio. La portavoz de la Coordinadora de Emergencia Ambiental en Canet, Mercè Girona, lo califica de proyecto "insensato".

La entidad ha presentado alegaciones basadas en cuatro grandes argumentos, entre ellos la afectación a espacios ambientalmente protegidos y la escasa justificación del nuevo acceso desde el punto de vista de la movilidad: "Si se construye, habrá tres salidas entre Sant Pol y Canet en un tramo de solo 3,5 kilómetros", denuncia Girona. Además, los ecologistas aseguran que la pacificación de la N-II en Canet ya es una realidad y que las conexiones con los municipios vecinos están suficientemente resueltas. También denuncian el impacto que tendría en la flora, la fauna y los tres riachuelos que cruzaría.

Por todo ello, reclaman que la inversión prevista se redirija a la mejora de la red de Rodalies y de autobuses, y que el proyecto se paralice. Junto a la movilización vecinal, los ecologistas piden la implicación de los ayuntamientos de Canet de Mar y Sant Cebrià de Vallalta, siguiendo el ejemplo de Sant Pol de Mar, que ya ha presentado alegaciones.