Polémica en Bilbao

La ampliación del Guggenheim a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai levanta en armas a la comarca: "Se van a cargar una maravilla"

Ecologistas y vecinos se concentran y acuden a los tribunales para frenar el proyecto en una reserva que alberga una zona protegida de aves

Denuncian que recibirá 140.000 visitantes al año en un espacio ya saturado por el turismo: "Un museo se puede colocar en cualquier sitio, no es necesario al borde de una ría"

Una pancarta contra la ampliación del Guggenheim a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai preside el puerto de Mundaka, en Bizkaia.

Una pancarta contra la ampliación del Guggenheim a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai preside el puerto de Mundaka, en Bizkaia. / JOSÉ LUIS ROCA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Mundaca (Vizcaya)
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"Mira por la mirilla, ahí está la joya de la corona". David Henderson, amante de la ornitología, ofrece el telescopio de alta potencia Swarovsky y, cuando el ojo consigue enfocar bien, la estampa es propia de un documental de National Geographic. Subida a una pértiga, rodeada de las aguas del río Oca, un águila pescadora da buena cuenta de un enorme pescado que acaba de capturar. Estamos en uno de los lugares más emblemáticos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, el tesoro natural formado en la desembocadura de la ría, donde acantilados, montañas, playas y arroyos se entremezclan a lo largo de 22.000 hectáreas dentro de un paisaje como de cuento.  

"¿Qué necesita este sitio para ser una maravilla? Esto ya lo es. No hace falta nada", tercia Ramón Gezuraga, miembro, como David, de la Plataforma Stop Guggenheim Urdaibai. El colectivo está vehiculando la oposición al proyecto de ampliación del icónico museo de Bilbao en la que desde el año 1984 ostenta el privilegio de ser la única Reserva de la Biosfera de Euskadi.

Vista de los astilleros de Murueta, donde estaría uno de los dos espacios museísticos del Guggenheim.

Vista de los astilleros de Murueta, donde estaría uno de los dos espacios museísticos del Guggenheim. / José Luis Roca

Apoyo y financiación públicas

La intención de la Fundación Guggenheim, con el apoyo y financiación del Gobierno vasco y el Ministerio de Transición Ecológica, es desarrollar en Guernica -donde estaba la antigua fábrica de la cubertera Dalia- y Murueta -en los astilleros-, un nuevo "proyecto expositivo, cultural y educativo" del Museo "con un modelo innovador que integraría producción artística, ecología y tecnología, conectividad social e investigación", tal y como explica la página web del Guggenheim, a la que se remiten desde el Museo al requerimiento de información para la elaboración de este reportaje. 

Lo que la Fundación Solomon R. Guggenheim asegura en la web que es una ampliación "sostenible, comprometida con el entorno y con el futuro de la comarca y del territorio" [que ocupará un total de 60.000 metros cuadrados] es, por el contrario, "una salvajada" a ojos de muchos vecinos. 

Las dos instalaciones museísticas, situadas a seis kilómetros la una de la otra, estarían comunicadas, en parte al menos, por un palafito -una suerte de pasarela en altura de seis metros de alto- que sobrevolaría la ría por este lateral. "¿Tú te imaginas pasando 1.500-2.000 personas al día por aquí en verano? Si es que esto no es la zona cero de la Reserva, sino la zona menos uno", protesta Ramón en medio de Tejera, donde todavía se mantienen bien conservados los restos de la preciosa fábrica de ladrillos, entre ellos el antiguo horno Hoffman y su chimenea de 32 metros de altitud, declarados todos ellos patrimonio industrial vasco. 

David, miembro de la Plataforma Stop Guggenheim Urdaibai, observa aves con sus prismáticos en Tejería, uno de los espacios más emblemáticos de Urdaibai.

David, miembro de la Plataforma Stop Guggenheim Urdaibai, observa aves con sus prismáticos en Tejería, uno de los espacios más emblemáticos de Urdaibai. / José Luis Roca

El reino del silencio

El silencio reina en el fabuloso paraje, donde las lanchas y barcas de veraneantes, oriundos y pescadores paran habitualmente, sobre todo en verano, en los antiguos embarcaderos de madera. Un camino de tierra, de cuatro metros de ancho, cruza por aquí entre las dos localidades, bordeando la ría y corriendo en paralelo a la vía del tren. En uno de sus muros alguien ha hecho recientemente una pintada en contra del proyecto del Guggenheim. "Hace dos días vine y no estaba", aprecia Ramón. 

Los grafitis, pintadas en el suelo y las pancartas en contra de la ampliación del museo proliferan en toda la zona como setas, reflejo del profundo malestar que el proyecto ha generado en la comarca de Busturialdea, donde viven 45.000 personas repartidas en 21 municipios, entre los que están Mundaka, Gernika, Murueta o Bermeo. 

"Todo el mundo está en contra del proyecto", insiste Ramón. "Aquí ya cuesta mucho reunir a mil personas para protestar por algo; pues el año pasado en la manifestación de Gernika juntamos a 10.000. ¡10.000! Y había mucha gente del PNV [el partido que gobierna el País Vasco con PSE y que impulsa el proyecto]".  

Sorne Rubio, alcaldesa de Mundaca (izq.), junto a Olaia Laka, vicealcaldesa de Ibarrangelu, posan frente a una pancarta contra el proyecto museístico en el puerto de Mundaca.

Sorne Rubio, alcaldesa de Mundaca (izq.), junto a Olaia Laka, vicealcaldesa de Ibarrangelu, posan frente a una pancarta contra el proyecto museístico en el puerto de Mundaca. / José Luis Roca

"Más turistas" en Urdaibai

Noemi y Larratiz, madre e hija, son de Murueta y han venido a dar una vuelta por Tejera, donde no es extraño encontrar a vecinos dando un paseo, yendo en bici o haciendo footing. "Se supone que están haciendo una encuesta entre los vecinos, pero la gente no lo sabe; tienes que entrar en una web, rellenar unos formularios... aquí, en verdad, todo el mundo está en contra del proyecto", aprecia la madre. "A nosotros nadie nos pregunta, pero en mi cuadrilla estamos todos en contra. Es que no se entiende meter aquí más turistas", añade la hija adolescente. 

El proyecto sí cuenta con el apoyo de los Ayuntamientos de Gernika y Murueta, que defienden que creará empleo y revitalizará la zona -este periódico ha intentado sin éxito hablar con sus alcaldes, uno del PNV y otro independiente-, no así de todos los que gobierna EH Bildu. Una de sus alcaldesas es Sorne Rubio, de Mundaka, con la que nos encontramos junto la teniente alcaldesa de Ibarranguelu, en el puerto de la primera localidad. Una pancarta en contra del Guggenheim se cuela en la idílica postal de los barcos de pesca amarrados en el puerto. Está ahí, el lugar más pintoresco, adrede, con buen tino para llamar la atención.  

Turistas en un restaurante con vistas a la marisma de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

Turistas en un restaurante con vistas a la marisma de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. / José Luis Roca

"No tenemos información"

La primera denuncia que hacen es que no se les ha facilitado ningún tipo de información. "Lo suyo sería seguir un orden lógico, ¿no?", se pregunta Sorne, "contarle a la gente, escucharla y luego hacer un plan estratégico". "En todas las reuniones que hemos tenido con la Diputación [de Bizkaia] y el Gobierno vasco ha sido un blanqueo; nos han querido vender un producto que ellos conocen y nosotros no", denuncia. 

"¿Hasta que punto un proyecto privado como este puede entrar en nuestra comarca, en un sitio privilegiado como es una Reserva de la Biosfera? Y ya no es solo el tema ambiental, sino que no han tenido en cuenta nuestras necesidades", lamenta la alcaldesa, que recuerda los problemas que tienen de transporte, de atención sanitaria, de basuras -"somos 1.800 y en verano llegamos a 9.000"-, la falta de vivienda -"la gente joven se está marchando"- o la carencia de los adecuados saneamientos: "Si es que los desechos de Mundaca y Múgica van directamente a la ría".   

Pancartas contra el nuevo museo de Guggenheim en Urdaibai en el puerto de Mundaca.

Pancartas contra el nuevo museo de Guggenheim en Urdaibai en el puerto de Mundaca. / José Luis Roca

"Es que hay que invertir en la gente que vivimos aquí, necesitamos más servicios básicos. Nos quieren vender que la gente va a trabajar pero, ¿en qué?", concluye en un alegato repetido por otros alcaldes de la comarca. Sorne señala que ya desde las instituciones les han dicho que aunque la encuesta abierta -realizada por una empresa independiente- diera resultado negativo, el proyecto seguirá adelante. "Lo preguntó la alcaldesa de Bermeo, si el proyecto se pararía si tenía mucha oposición, y dijeron que no". 

"Nos jugamos el futuro de nuestros hijos"

"Esto no es política ni colores; nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos e hijas, de nuestros nietos, y el nuestro mismo. Esperemos que le den una vuelta, queremos vivir tranquilos en nuestro entorno, que es nuestra reserva, con un turismo sostenible". La teniente de alcalde de Ibarranguelu, donde sufren asimismo la saturación del turismo, también lamenta que "se necesitan muchas otras cosas antes que esto, que no es necesario". "Es que además los turistas que vienen al pueblo ni lo pisan, no generan riqueza, van a la mejor playa no se qué, que es como publicitan la playa de Laga, y se van", prosigue. "En mi pueblo la gente está muy en contra. Es que primero ejecutan y luego preguntan", lamenta. 

Imagen de la antigua fábrica de Dalia, en Guernica, donde estaría la entrada al nuevo museo de Guggenheim.

Imagen de la antigua fábrica de Dalia, en Gernica, donde estaría la entrada al nuevo museo de Guggenheim. / José Luis Roca

Más de 144.000 visitas al año

Según la información de la que dispone la plataforma, más de 144.000 personas visitarían el nuevo museo en los meses de verano, aunque en la página web del Museo, como apunta David, se especifica "que se va a jugar con las estaciones. ¿Qué significa eso, que van a abrir todo el año? En primavera y otoño generarían problemas para la reproducción de muchas aves acuáticas", se pregunta. 

"No está nada claro cómo van a dar respuesta al transporte; además, quieren que sea un transporte verde, pero no sabemos nada, todo lo que sabemos es por lo que filtran a la prensa", prosigue David mientras saltamos al otro lado de la ría, cruzando la entrada al bosque de Oma y Gautegiz Arteaga, donde está el Bird Center, un privilegiado lugar de avistamento de hasta 230 especies de aves cada año

"Más atascos"

La carretera, que va serpenteando por abruptas curvas y que casi todo el trayecto ofrece impresionantes vistas del estuario tachonado de cumbres, siempre es de un carril por sentido, y los vecinos temen que los atascos que ya se viven en verano se multipliquen. 

Ahora, la pelea de la plataforma y de Greenpeace está en los tribunales y en demostrar que las mareas, que pueden subir hasta cuatro metros de altura, llegan en uno de los extremos de la ría, donde está el astillero, hasta casi las vías del tren, lo que haría que esos terrenos fueran de dominio público marítimo terrestre, con "lo cual no se podrían vender y no se podría hacer el museo", afirman desde el colectivo. 

Varias aves reposan en la marisma de Urdaibai, en una imagen tomada en el International Bird Airport.

Varias aves reposan en la marisma de Urdaibai, en una imagen tomada en el International Bird Airport. / ALBA VIGARAY

De hecho, aseguran que el astillero le ganó terreno a la ría porque en su origen estaba todo cubierto por la marisma. "En 1940 el agua entraba en la zona del astillero", señalan ambos portavoces, cuya plataforma ha tenido que pedir ayuda en sus alegaciones y recursos a abogados, topógrafos o fotógrafos de fuera de la comarca, porque "quien más quien menos tiene algún conocido trabajando para las administraciones vascas o municipales". "Nos tienen que oír en Bruselas, donde sea, cuanto más lejos mejor. Aquí, mientras, los que están a favor están callados", concluye Ramón.

Demanda de Greenpeace

En noviembre, Greenpeace de igual forma demandó al Gobierno por reducir de 100 a 20 metros la servidumbre de protección del dominio público marítimo-terrestre de Murueta en lo que consideran que es una "desviación de poder". "El Ministerio de Transición Ecológica está haciendo algo que es contrario a sus deberes", señala Lorea Flores Companys, portavoz de Greenpeace en Euskadi y Navarra, que destaca el alto "valor natural" de la reserva, que alberga 729 especies de fauna, 821 especies de flora, 86 hábitats y 52 lugares de interés geológico.

Una turista en la desembocadura del río Oca, en Mundaca, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

Una turista en la desembocadura del río Oca, en Mundaca, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai. / José Luis Roca

"Urdaibiai está incluida en la Red Natura 2000 y es una Zonas de Especial Conservación (ZEC) y una Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA), ya que es un lugar muy importante para el descanso de aves migratorias, muchas de ellas en peligro de extinción", aprecia la portavoz. "Un museo se puede colocar en cualquier sitio, no es necesario al borde de la ría".  

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