Ciclo ignorado

Nadie estudia esta FP: roza el pleno empleo y se cobran sueldos de hasta 35.000 euros

Este grado es una apuesta segura y rentable, un camino directo hacia un futuro profesional prometedor que, sorprendentemente, muchos todavía no han descubierto

Personas realizando un examen.

Personas realizando un examen. / GABRIEL UTIEL

Alexandra Costa

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En un panorama educativo y laboral en constante evolución, la percepción tradicional que situaba a la formación universitaria como el único camino hacia un futuro profesional exitoso está experimentando una transformación significativa. Durante décadas, la universidad fue vista como el culmen de la preparación académica, pero los vientos de cambio soplan con fuerza, y la Formación Profesional (FP) emerge con un vigor renovado, desafiando viejos paradigmas. Esta alternativa educativa, que en el pasado pudo ser considerada de menor prestigio, está ganando terreno a pasos agigantados, ofreciendo un modelo de aprendizaje más práctico, concentrado en el tiempo y, crucialmente, más asequible que muchas carreras universitarias.

El crecimiento del alumnado de FP en un 33% durante el último lustro no es una casualidad, sino el reflejo de una demanda creciente por perfiles técnicos altamente cualificados y una mayor valoración de la inserción laboral rápida y efectiva que estos estudios proporcionan. Sin embargo, dentro de este auge, existen verdaderas joyas ocultas, ciclos formativos que, a pesar de ofrecer condiciones laborales envidiables, pasan sorprendentemente desapercibidos para la mayoría de los estudiantes.

Técnico en comercialización de productos alimentarios

Entre la vasta oferta de ciclos de Formación Profesional, que abarcan desde el ámbito sanitario hasta el administrativo o el industrial, existe uno que brilla con luz propia por sus excepcionales perspectivas laborales y salariales, aunque paradójicamente, no figura entre los más demandados: el Grado Medio de Técnico en Comercialización de Productos Alimentarios. Este ciclo, con una duración de tan solo dos años, se presenta como una opción extraordinariamente atractiva, prometiendo una inserción laboral que roza el pleno empleo y salarios que oscilan entre los 25.000 y los 35.000 euros anuales. Según plataformas de empleo como Jooble, esta cifra se traduce en un ingreso mensual que puede acercarse a los 3.000 euros, con regiones como Cádiz, Elche y el País Vasco destacando por ofrecer las remuneraciones más elevadas en este sector.

El plan de estudios, aunque con variaciones según el centro educativo y la comunidad autónoma, está diseñado para dotar al alumnado de competencias eminentemente prácticas y directamente aplicables al mercado laboral. Se profundiza en materias como técnicas de venta eficaces, gestión del aprovisionamiento y logística de almacén, normativas de manipulación de alimentos, escaparatismo y promoción en el punto de venta, marketing alimentario y atención al cliente especializada. Esta formación integral prepara a los graduados para desenvolverse con soltura en una diversidad de roles: desde vendedores especializados en productos alimentarios, ya sea por cuenta propia o ajena, hasta dependientes cualificados en charcuterías, fruterías, panaderías y tiendas gourmet. Además, abre puertas a puestos de responsabilidad en establecimientos de alimentación, incluyendo la gestión y supervisión de equipos y operaciones, e incluso la capacidad de "establecer protocolos y aplicar objetivos estratégicos fijados en el plan de negocio para determinar la línea de actuación comercial del pequeño comercio alimentario", como especifica la web gubernamental Todo FP.

Una inversión inteligente con retorno casi garantizado

La pregunta que surge es inevitable: si las condiciones son tan favorables, ¿por qué este ciclo no acapara las listas de matriculación? La respuesta podría encontrarse en una combinación de factores: desconocimiento, una percepción errónea sobre el sector alimentario, o quizás la atracción hacia campos percibidos como más tecnológicos o "modernos". Sin embargo, obviar esta FP es pasar por alto una oportunidad de oro.

La empleabilidad cercana al 100% es un argumento de peso en un mercado laboral competitivo. Además, la inversión inicial es notablemente baja si se opta por la educación pública, donde el coste puede no superar los 400 euros anuales, una cifra irrisoria en comparación con las tasas universitarias o los precios de los centros de FP privados, que pueden ascender a unos 5.000 euros por curso.

Es crucial entender que el sector alimentario es resiliente y esencial, y la especialización en comercialización dentro de este ámbito ofrece una estabilidad y un potencial de crecimiento considerables. Aquellos que decidan cursar este ciclo no solo aseguran una entrada rápida al mundo laboral, sino que también tienen la posibilidad de continuar su formación, ya sea mediante otro ciclo de Grado Medio, accediendo a un Grado Superior para ampliar sus competencias gestoras o de marketing, o especializándose en nichos de mercado en auge como los productos ecológicos, gourmet, o de proximidad, lo cual puede traducirse en un incremento salarial progresivo a medida que se acumula experiencia y se perfeccionan habilidades. En definitiva, el Técnico en Comercialización de Productos Alimentarios representa una apuesta segura y rentable, un camino directo hacia un futuro profesional prometedor que, sorprendentemente, muchos todavía no han descubierto.