NATURALEZA

Una plaga de escarabajo se extiende ya por las palmeras de indianos de toda Cantabria: "Las está destruyendo"

El picudo rojo ataca a los ejemplares, que tienen hasta 150 años y 20 metros de altura y son una de las señas de identidad de la comunidad

Dos palmeras de indianos afectadas por el picudo rojo en una finca de Cantabria.

Dos palmeras de indianos afectadas por el picudo rojo en una finca de Cantabria. / HISPANIA NOSTRA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Madrid
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La palmera canaria (Phoenix canariensis) procede de Canarias y está perfectamente adaptada al norte peninsular y a su climatología. En Cantabria, los miles de ejemplares repartidos por la comunidad, sobre todo en la costa, son una seña de identidad, pero una plaga de escarabajo las ha puesto en greve peligro. Tanto, que la asociación Hispania Nostra ha inlcuido a la llamada también palmera indiana en la Lista Roja de Patrimonio en riesgo de desaparecer. 

"No sabemos hacer una estimación concreta porque están muy repartidas por toda la comunidad, pero creemos que entre el 60 y el 80% de las palmeras están infectadas ya por el picudo rojo", asegura Salvador Vicente Calvente, presidente de la asociación de Jardineros de Cantabria. 

Insecto dañino

Originario del sureste asiático, el picudo de las palmeras es uno de los insectos más dañinos para los ejemplares, que en Cantabria pueden superan los 150 años de vida y los 20 metros de altura. 

El escarabajo vive de 12 a 16 semanas y deposita, de forma cíclica, hasta 500 huevos en las heridas de la planta, normalmente en la base de las hojas. 

Vista de una larva de picudo rojo, el escarabajo que se extiende ya por las palmeras de toda Cantabria.

Vista de una larva de picudo rojo, el escarabajo que se extiende ya por las palmeras de toda Cantabria. / EL PERIÓDICO

Entre dos o tres meses después de esta puesta, se transforma en capullo con larvas y cuando están en periodo de alimentarse penetran en el árbol, donde crean galerías y se van comiendo todos los brotes. Así, evitan su desarrollo e impiden que la palmera crezca. Pasada esta fase, se convierten en otro nuevo escarabajo que volverá a empezar el proceso. 

Decaimiento de hojas

Las palmeras afectadas son claramente identificables porque las ramas no se extienden sino que caen hacia abajo, en una suerte de decaimiento de las hojas. "En menos de tres años, que fue cuando empezó a detectarse el picudo rojo, se ha extendido de forma muy rápida", señala Salvador sobre una plaga que también afecta, aunque en menos medida, a partes de Galicia, Euskadi o Asturias. 

Lo ideal, según el experto, es el tratamiento preventivo con inyecciones, un proceso llamado endoterapia, "que inyectan productos químicos en el árbol para contaminar el ejemplar", las "duchas químicas, con productos autorizados", o la "ducha biológica", que lo que hace es "introducir parásitos colonizadores de las larvas".  

Según asegura Salvador, están teniendo "muchos casos recuperados [solo en su empresa han recuperado 200], pero muchos clientes no quieren seguir adelante con estos tratamientos preventivos y si es así las vamos a dejar desaparecer". El coste del tratamiento de las palmeras, que en muchos casos están en fincas privadas y frente a casonas de indianos, oscila entre los 500 y 800 euros anuales. 

Una palmera afectada por el picudo rojo en Cantabria deja sus hojas caer.

Una palmera afectada por el picudo rojo en Cantabria deja sus hojas caer. / EL PERIÓDICO

A juicio del presidente de los jardineros de Cantabria, desde el Gobierno autonómico "no se están haciendo nada". Recientemente incluso, el diputado y portavoz del PRC en materia de Medio Ambiente, Guillermo Blanco -exconsejero del área-, instó al Ejecutivo a retomar las medidas -entre ellas ayudas económicas a ayuntamientos- que ya puso en marcha la Consejería en 2022, cuando se detectaron los primeros casos en Cantabria.

Desde la Asociación Hispania Nostra recuerdan que las palmeras "vinieron desde muy lejos hace ya más de cinco siglos y hoy están plenamente integradas en nuestro paisaje, ocupando un espacio singular entre robles y encinas, castaños y nogales". 

Importancia cultural

En el colectivo destacan que, además de su valor paisajístico y medioambiental, tienen una "importancia cultural al constituir la memoria del fenómeno indiano". 

"Identifican lugares habitados, con una historia detrás y un relato de ultramar en la mayoría de las ocasiones; suelen dar entrada a jardines y antiguos solares edificados por indianos, aquellas personas que, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, emigraron a países latinoamericanos en busca de una vida mejor y que, tras conseguir aquel sueño, regresaron o enviaron los caudales necesarios para mejorar su lugar de origen, construir su nueva casa o mejorar la que siempre tuvieron, al tiempo que pagaban traídas de aguas, puentes y carreteras, vías férreas, escuelas, hospitales, asilos, fuentes y el jardín con sus palmeras se convirtió en su seña de identidad", afirma la asociación en su página web.  

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