Vaticano
Los inesperados protagonistas de la fumata blanca del nuevo papa León XIV: una gaviota y sus crías
Estas aves, incluyendo una cría, se convirtieron en el centro de atención al posarse sobre el techo de la Capilla Sixtina
El deporte favorito del nuevo papa, León XIV: lo ha practicado en su tiempo libre

Lucía Feijoo Viera
El reciente cónclave que culminó con la elección de Robert Francis Prevost como el Papa León XIV no solo estuvo marcado por la expectación y la solemnidad inherentes a tan trascendental evento, sino también por un insólito y encantador interludio protagonizado por una familia de gaviotas. En un giro que capturó la imaginación global, estas aves, incluyendo una cría, se convirtieron en el centro de atención al posarse sobre el techo de la Capilla Sixtina, justo en las horas previas a que la tradicional fumata blanca anunciara al mundo la decisión de los cardenales. Este episodio, que ofreció un respiro de ligereza en medio de la tensión y el protocolo, demostró cómo, incluso en los momentos más sagrados, la naturaleza puede encontrar una forma de hacerse presente y, en este caso, de robarse el espectáculo.
Un nido improvisado en el corazón del Vaticano
Durante dos días, mientras el mundo contenía la respiración esperando noticias desde el interior de la Capilla Sixtina, las gaviotas ofrecieron un espectáculo aparte. Su presencia no fue fugaz; revolotearon y se asentaron con una sorprendente naturalidad en uno de los tejados más observados del planeta. Para los millones de espectadores que seguían las transmisiones en vivo, la chimenea, de donde debía emanar la señal definitiva, compartió protagonismo con estas aves.
En lugar de un mero punto de enfoque, la escena se enriqueció con este elemento vivo y espontáneo. La imagen de la gaviota adulta, acompañada por su cría, vigilando desde las alturas vaticanas, se convirtió en un símbolo inesperado de la espera. Periodistas y observadores no tardaron en adoptar a las aves como una suerte de "mascota no oficial" del cónclave, un detalle que humanizó la prolongada y a menudo hermética deliberación de los purpurados. La conductora de CNN, Erin Burnett, desde la Plaza de San Pedro, no pudo evitar destacar el fenómeno: "Todos están prestando atención a estas gaviotas", comentó, reflejando cómo la atención del público se había desviado momentáneamente hacia estos inesperados visitantes alados.
Del tejado a las redes: #HabemusSeagull y el alivio cómico
Lo que comenzó como una curiosidad visual rápidamente escaló a fenómeno viral, especialmente en las redes sociales. El ingenio popular no se hizo esperar, y pronto el hashtag #HabemusSeagull (un juego de palabras con la tradicional frase latina "Habemus Papam") comenzó a inundar plataformas como X (anteriormente Twitter). Las imágenes de las gaviotas, capturadas desde diversos ángulos por las cámaras de televisión, se compartieron masivamente, acompañadas de comentarios ingeniosos y memes. Este toque de humor y ligereza fue bienvenido por muchos, sirviendo como un contrapunto a la seriedad del evento. Incluso figuras religiosas, como el padre Cassidy Stinson de Virginia, se unieron a la conversación con un toque de humor, escribiendo en X: "¡Una gaviota completamente concentrada en los procedimientos del Cónclave!". Esta espontánea reacción colectiva transformó a las aves en un símbolo de la espera compartida, un punto de conexión para una audiencia global unida por la expectativa, pero también por la capacidad de encontrar lo extraordinario en lo cotidiano, o en este caso, en lo inesperado sobre un tejado sagrado.
Un preludio alado a un anuncio histórico
A pesar del protagonismo que las gaviotas acapararon, el verdadero acontecimiento histórico estaba, por supuesto, aún por desarrollarse. Su presencia, aunque entretenida y simbólicamente rica para muchos, fue el preludio de un momento de profunda significación para la Iglesia Católica. Finalmente, la fumata blanca se alzó, señalando que un nuevo sucesor de Pedro había sido elegido. Poco después, Robert Francis Prevost, con el nombre de León XIV, apareció en el balcón de la Logia de las Bendiciones.
En sus primeras palabras, visiblemente emocionado, rindió homenaje a su predecesor: "Gracias Papa Francisco", expresó, reconociendo la influencia y el legado del pontífice fallecido, con quien mantuvo una estrecha relación y cuya línea reformista se espera que continúe. "Dios que nos ama a todos e incondicionalmente. Aún mantenemos en nuestros oídos, esa voz débil, pero siempre valiente del Papa Francisco bendiciendo en Roma", añadió el nuevo Papa. Así, mientras las gaviotas comenzaban a desvanecerse de la atención principal, la historia seguía su curso, con un nuevo líder espiritual presentándose al mundo. Las aves, sin embargo, quedarán como una anécdota entrañable, un recordatorio de que incluso en la elección de un Papa, la vida, en sus formas más sencillas e inesperadas, siempre encuentra una manera de dejar su huella.
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