Cristóbal López, el cardenal salesiano formado en Girona que podría ser Papa

Cristóbal López Romero es uno de los nombres que suenan para convertirse en el próximo papa (de hecho, se rumorea que es el cardenal español con más opciones de ser Papa, aunque este sea su primer cónclave). Nacido en 1952 en Vélez-Rubio (Almería), el salesiano es el actual arzobispo de Rabat y tiene vínculos con Girona: se formó en el seminario salesiano de Pont Major entre 1963 y 1967.

Un compañero de promoción y amigo del seminario (ahora vicario de la parroquia de Sant Joan Bosco de Barcelona), Rafel Gasol, recuerda que "los años que pasamos en Girona fueron fantásticos, estudiamos mucho, pero también nos lo pasamos muy bien". Lo conoció cuando tenía 13 años y asegura que "ya era un chico muy simpático e inteligente, que como todos los demás, se preguntaba qué hacer con su vida".

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Afincado en Badalona, llegó a Girona porque "era el único seminario salesiano donde podías hacer los estudios superiores" (allí llegaban alumnos de toda Catalunya, pero también de Huesca y Navarra). También coincidió con Josep Maria Camprubí, actual rector de la parroquia de Santa Eugènia de Ter en Girona. "Cuando tuvimos más relación fue en su etapa de Provincial, venía a Girona al menos una vez al año a visitar la comunidad, donde pasaba dos o tres días", recuerda. "Siempre nos preguntaba cómo estábamos y qué hacíamos, y en la medida de lo posible, hablaba con el resto de sacerdotes de la diócesis para conocer su opinión sobre nuestro trabajo", asegura.

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La comunidad salesiana en Girona, con la que mantiene contacto, destaca que es una persona "muy abierta, inquieta, dialogante y alegre, convencido y enamorado de su vocación, y lo demuestra con su manera de ser. Nunca se ha cerrado en la rectoría y siempre ha querido llegar a los suburbios. Es una figura muy continuista con la línea del papa Francisco". Con las personas marginadas, afirma, "tiene mucha mano": "Es muy apostólico y partidario de esta Iglesia en salida del papa Francisco, de ir a buscar a las personas pobres y necesitadas."

Pisar los suburbios

Cristóbal López ingresó en 1964 a la familia religiosa fundada por Juan Bosco, emitiendo sus primeros votos en 1968, con 16 años, y los votos solemnes a los 22, en 1974, detalla Europa Press. Después de completar sus estudios secundarios en el seminario salesiano de Girona, entre 1973 y 1979 finalizó su formación filosófica y teológica en el seminario salesiano de Barcelona. Además, en 1982 se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ordenado sacerdote en 1979, ejerció inicialmente su ministerio a favor de los marginados en el barrio periférico de la Verneda de Barcelona. En 1984 se trasladó a Paraguay, donde durante dos años se dedicó a la pastoral juvenil en la escuela salesiana de Asunción y posteriormente fue delegado provincial de pastoral juvenil vocacional (1986-1992). Simultáneamente, durante un año editó el Boletín Salesiano (1991-1992) y después fue rector en la capital paraguaya (1992-1994). Posteriormente, fue Superior de la Sociedad Salesiana de Don Bosco en Paraguay (1994-2000) y director de comunidad y docente en el Colegio Asunción (2000-2002), y luego ejerció su ministerio en las misiones salesianas del país sudamericano (2002-2003).

Luego se trasladó a Marruecos, donde fue director de la comunidad y de la pastoral parroquial y escolar en el centro de formación profesional de Kénitra (de 2003 a 2011), antes de regresar a América Latina como Superior de la provincia salesiana de Bolivia (2011 a 2014). Después regresó a España como Superior de la provincia salesiana de María Auxiliadora, de 2014 a 2017, año en que fue nombrado arzobispo de Rabat por el papa Francisco, sucediendo al francés Vincent Landel, que pertenecía a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Bétharram.

Al servicio de la minoría

Recibió la ordenación episcopal en 2018 en la catedral de San Pedro de Rabat (tanto Gasol como Camprubí asistieron) a manos del cardenal Juan José Omella, entonces arzobispo metropolitano de Barcelona, siendo consagrantes el cardenal franciscano Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, y el arzobispo Vito Rallo, nuncio apostólico en Marruecos. Su lema episcopal fue Adveniat regnum Tuum ("Venga tu reino"), centrado en servir a la minoría católica.

Anfitrión del papa Francisco

Como arzobispo de Rabat, en 2019 recibió al papa Francisco durante su visita a Marruecos con motivo del octavo centenario del histórico encuentro entre San Francisco de Asís y el sultán Al-Malik Al-Kamil. Camprubí confiesa que "nos decía que le contaba chistes al Papa mientras lo acompañaba en coche de un lado a otro de Marruecos", y añade que "el estilo del papa Francisco era muy abierto y alegre y seguro que se alegró de encontrar a un obispo con sentido del humor".

Medio año después, el Papa lo proclamó cardenal con el título de San Leone I, en reconocimiento a su amplio conocimiento, tanto del mundo islámico como de las comunidades populares de la Iglesia en América Latina. También es miembro de los Dicasterios para el Diálogo Interreligioso y para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

"Hay que ser un enfermo mental para querer ser Papa"

En las últimas semanas, al ser preguntado por la posibilidad de ser elegido Papa, ha reiterado que no tiene ninguna intención de ocupar el cargo. "Ser obispo de Roma sobrepasa a cualquier persona, y por lo tanto, pretender eso significa estar mal de la cabeza o no asumir lo que significa, o estar mal del corazón y tener ansias y pretensiones de poder", aseguró en una entrevista tras el funeral del papa Francisco, una frase que se ha hecho viral. Aclaró que "una cosa es lo que uno dice", pero que "si la Iglesia lo pide" y "los hermanos cardenales" lo eligen, "no se puede decir que no se está disponible". "Además, en eso de la elección del Papa, la lógica no funciona mucho. Ya pasó con Francisco y con muchos otros que nadie esperaba, pero fueron elegidos. Así que estoy muy tranquilo", argumentó, aunque quiso dejar claro que "no me siento ni mucho menos a la altura ni preparado".

También apuntó que, al ser preguntado por la edad ideal para el próximo obispo de Roma, "la lógica humana" sugiere elegir a alguien "entre los 60 y los 70 años", por lo que, con 72 años cumplidos, volvió a insistir en que no se veía como candidato.

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