Movilidad

El mundo rural reclama que la T-16 llegue a toda Catalunya y que el bus escolar se abra a otros viajeros

Cerca del 60% de los desplazamientos en los pequeños municipios se hacen en coche, hábito, dicen los expertos, que solo se cambiará con más oferta de transporte público, tarifas claras y mucha información

De buses a demanda a taxis subvencionados: la Catalunya rural reinventa su movilidad para combatir su riesgo de desconexión

El Govern planea que la T-Mobilitat tenga un título con tarifa plana para viajar por toda Catalunya

El bus a demanda Clic.cat de la Vall d'en Bas

El bus a demanda Clic.cat de la Vall d'en Bas / Gerard Vilà (ACN)

Clàudia Mas
Carlos Márquez Daniel
Barcelona
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Las comparaciones no son siempre recomendables, pero sí convenientes cuando se trata de abordar el reto de la movilidad rural. Los desplazamientos en vehículo privado dentro del ámbito de Barcelona (coches y motos que se mueven por el interior de la ciudad) suponen el 12% del total de los viajes. Ese mismo porcentaje, aplicado a los municipios rurales, asciende hasta el 60%. Es una suma de muchos factores, pero se pueden resumir en dos: hábitos enquistados muy difíciles de modificar y escasa cultura (y a menudo oferta e información) del uso transporte público. Para tratar de darle la vuelta a la estadística, el mundo rural ha presentado este lunes una hoja de ruta con 50 medidas, como abrir el transporte escolar al resto de viajeros convencionales (y viceversa), aplicar la T-16 a todo el territorio, dignificar las paradas que hoy son un triste poste callejero, crear una plataforma de viajes compartidos o mancomunar el servicio de taxi entre distintos pueblos.

Dos usuarios del bus a demanda del barrio de Torre Baró de Barcelona

Dos usuarios del bus a demanda del barrio de Torre Baró de Barcelona / Jordi Otix

La Associació d'Iniciatives Rurals i Marítimes de Catalunya (ARCA) creó a principios de 2024 un grupo de trabajo que ha derivado en el documento presentado este lunes. Una quincena de entidades y organismos públicos han participado en los debates, centrados en identificar carencias, señalar oportunidades y poner nombre y apellido a las propuestas. Sergi Méndez, presidente de la ARCA ha recordado que la movilidad "no es una cuestión de desplazamientos, sino una pieza central de la calidad de vida de la ciudadanía". "Tenemos que garantizar -ha resumido- que vivir en un pueblo no sea un obstáculo, sino una oportunidad".

Rodalies a un lado

Es este un informe de máximos que, sin embargo, no incluye, por una cuestión de realismo pragmático, mención alguna al sistema ferroviario de Rodalies y Regionals, la verdadera columna vertebral de la movilidad en Catalunya. No aparece, relatan sus autores, "porque el margen de maniobra es ínfimo, a pesar de ser un condicionante inmenso". Llama la atención, de igual manera, que la bicicleta solo sea mencionada, de manera sucinta, en dos ocasiones. Fue en su momento (antes del monopolio del motor, y también en la gran ciudad) uno de los principales medios de transporte del mundo rural, y con una conexión segura entre municipios colindantes sería una alternativa. La situación actual, pedalear por el ridículo arcén de una carretera comarcal, no es una opción.

Lo que sí aparece de manera repetida pero con distintas fórmulas es la necesidad de muscular el sistema. Y no solo con más líneas de bus interurbano o taxis compartidos entre distintos pueblos, también con más técnicos expertos en movilidad que desde, por ejemplo, los consejos comarcales, puedan coger estas 50 iniciativas y darles forma en función de las necesidades reales del territorio. Porque no es lo mismo el Urgell que el Pallars Jussà, ni tiene mucho que ver la Garrotxa con el Delte de l'Ebre.

Autobuses interurbanos, en la ronda de la Universitat de Barcelona

Autobuses interurbanos, en la ronda de la Universitat de Barcelona / Ferran Nadeu

Sobre el maridaje entre transporte escolar y el convencional de viajeros, plantean un "procedimiento estándar consensuado entre los departaments de Territori y Educació", sobre todo "en las comarcas rurales con poca oferta de transporte público regulado". Instan, del mismo modo, a "ofrecer incentivos a los operadores de bus de corta distancia en entorno rurales para que ofrezcan la posibilidad de reserva de plazas para escolares".

También es necesario informar a la población, extremo que ha puesto sobre la mesa Cristina Pou, responsable del Servicio de Transporte Público por Carretera del Departament de Territori, que escuchaba la ponencia desde el público. Ha recordado que en Catalunya ya hay 250 servicios de transporte a demanda (una inversión de 1,3 millones de euros, ha detallado), pero ha alertado sobre su escaso uso: "Seguro que podemos hacer más, invertir más, poner más oferta, pero tenemos que incidir mucho más en la difusión, porque hay mucha gente que no conoce estos servicios". "Tenemos que cambiar los hábitos a través de hacer las cosas más fáciles", ha añadido Eugènia Domènech, gerente de la Autoritat del Transport Metropolità del Camp de Tarragona, también presente en la sala.

Cambiar las rutinas

Es una de las cosas más complicadas de conseguir: crear nuevas rutinas y romper con la comodidad del vehículo privado. Está por ver cuál es la predisposición de los ciudadanos afectados. No son pocos: solo 23 municipios, de un total de 947 en toda Catalunya, tienen más de 50.000 habitantes. Difícil calibrar si hay ganas de saltar hacia una movilidad más sostenible y compartida, pero una reciente encuesta realizada por el Institut Metròpoli puede arrojar algo de luz: el 70% de los residentes en los 36 municipios que forman el Área Metropolitana de Barcelona se muestran dispuestos a usar menos el coche por el cambio climático. Pero claro, no es lo mismo ir de Badalona a Cornellà, que de Sant Hipòlit de Voltregà a Prats de Lluçanès.

El documento de la ARCA también hace referencia al sistema tarifario. En concreto, a la necesidad de completar la integración de todos los territorios pendientes (debería ser una realidad antes de 2026), al deseo de eliminar las subzonas y a la "definición del futuro modelo tarifario", con el objetivo de definir un sistema "que resulte apropiado para las diferentes realidades territoriales del país".

¿Y la T-Mobilitat?

La T-Mobilitat nació hace 10 años con la idea de cobrar por la distancia recorrida, pero la propuesta lanzada el pasado enero por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, de crear un billete único, que también se implantaría en Catalunya, ha hecho saltar por los aires el plan inicial. Es decir, que el mundo rural sabe que necesita más alternativas de transporte sostenible, compartido y eficiente, pero no sabe cómo lo pagará.